Sombra y Luz

Capítulo 16

"Y la Oscuridad se iluminará para siempre"

 

4to Año

Crisis Leguleya, La Caída de la Sombra y el Renacer de la Luz

 

La lluvia ha cesado al fin, pero las nubes seguían manifestando su presencia sobre los terrenos del imponente Campus, escenario de grandes gestas heroicas, pero también, de momentos tremendamente lapidarios y dolorosos, que han puesto a una de sus tantas facultades en el ojo del huracán, siendo el resto, testigos de terribles acontecimientos.

En ese escenario se alza la derruida y envejecida Facultad de Derecho, hundida en la oscuridad total, dominada por fuerzas oscuras que tomaron el control desde hace poco tiempo, y aislada del resto del Campus, sin tener contacto con los demás, viviendo su realidad al alero de individualismos, rivalidades, competencias desleales, envidias, odiosidad y una extrema obsesión por el perfeccionismo, ese que si no te sacas un 7 en un certamen, te escupen en la cara por ser tonto e ignorante. Esta es la nueva Facultad que dirigen hoy sus nuevos líderes, los 5 de la Sombra: Aivi, Gaby, Marcus, Sans, y el más temible de todos, el Portador de Sombra, Silfer.

Tras los hechos acontecidos el año pasado, todos en Derecho estaban convencidos de que las muertes de aquellos 3 estudiantes habían sido causadas por Magnus, el Portador de Luz, a quien escupieron, humillaron y expulsaron finalmente, para alegría de Silfer y sus aliados, quienes celebraron esta su primera victoria frente a sus rivales, pues no solo habían sacado del camino al repudiado joven, sino también a sus grandes amigos, Julius y Josy, a su ahora ex polola, Sena, y también a Flora, la hermana menor de esta, quien decidió irse junto al Portador de Luz, renunciando a los leguleyos, a sus amigos y a su única familia. El terrible acto de crueldad maquinado por Silfer y sus lacayos había logrado aquello que parecía imposible: Disolver definitivamente a los 5 de la Luz.

El resultado final es el que ya todos conocemos. Sena dejó la Facultad y los tórtolos hicieron un alto en su relación, cosa que llamó profundamente la atención de los leguleyos, ya que ellos siempre habían sido muy unidos, y ahora que estaban separados ni siquiera se hablaban cuando se encontraban, a lo más el saludo, cosa que hoy era algo raro de ver por aquellos días, dadas las estrictas normas de exigencia que los 5 de la Sombra habían impuesto a sus compañeros. Nada de relaciones de amistad, ni compañerismo, ni romances, ni mucho menos favores, ni amabilidad, ni nada. La regla era clara y precisa: TODOS LOS LEGULEYOS ERAN ENEMIGOS Y TODOS DEBIAN ENFRENTARSE UNOS CONTRA OTROS.

Aquel era el panorama actual a comienzos de este cuarto año, y los resultados ya estaban a la vista. Un ambiente de absoluta odiosidad y rechazo entre los mismos, que era visto de cerca por el resto de los estudiantes del Campus, quienes no entendían como Derecho había cambiado su visión en tan poco tiempo, pasando del fenómeno heroico iniciado por Magnus y sus amigos, hasta llegar al estado de rabia y frustración que hoy en día viven quienes integran dicha comunidad. La imponente gloria de la Facultad se había resquebrajado casi por completo, al igual que su fachada, que ahora lucía fracturada y dañada, debido a la terrible influencia del poder oscuro y maligno de Silfer, el mismo que ahora dirigía con dureza los destinos de los leguleyos como una suerte de rey coronado forzosamente, un monarca oscuro sentado en un tenebroso trono hecho de oscuridad.

Sin embargo, a pesar de sus grandes hazañas, el maléfico estudiante llevaba consigo una carga muy pesada. Y era evidente, pues su cuerpo había absorbido una enorme cantidad de energía negativa, generada por sus propios compañeros de carrera, y era de tal nivel que se hacía insostenible incluso para él mismo poder soportar tamaña cantidad de odio y rencor. A pesar de que sus poderes de Sombra habían incrementado considerablemente, el desgaste de su cuerpo era tan exagerado que constantemente sufría de punzadas al corazón, debido al excesivo poder acumulado durante todo el año anterior, cosa que terminó preocupando enormemente a sus aliados, especialmente a Aivi, quien solía observar el estado de Silfer constantemente y no podía ocultar su preocupación, por muy disimulada que fuera.

Los 5 de la Sombra celebraban la victoria lograda el año pasado, con Silfer encabezando la ceremonia en la misteriosa guarida de las catacumbas, lugar donde se habían fraguado muchos de los planes del grupo, en su mayoría fracasos, a excepción de este último, que finalmente resultó muy bien gracias a la colaboración de su nuevo miembro, Gaby, la amiga de Julius y Josy, quien con el afán de protegerlos de la supuesta mala influencia de Magnus, proveyó de lo necesario para lograr el cometido de Silfer, colaborando directamente en la maquinación de este para inculpar al Portador de Luz y provocar así su expulsión de la Facultad.

Pero había algo dentro de la joven, una sensación de incomodidad, que no la dejaba tranquila. Recordó las palabras que le dijo Monty el año pasado, el día en que fue expulsado Magnus:

 

— "Un amigo de verdad no aleja a los suyos de otras personas a quienes consideran como tales. ¡Mira a los tórtolos y a Sena! ¡Están destrozados y deshechos, porque perdieron a dos de los suyos! ¡Piensa en lo doloroso que debe ser para Sena el haber perdido al hombre que amaba y a su hermana menor al mismo tiempo! ¿Pensaste en eso antes de decidir acusarlo junto a tus nuevos amigos?"




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