Sombra y Luz

Capítulo 31

5to Año, 2da Parte

La Guerra del Campus, Rivius y la Batalla Final

Desde los rincones más lejanos del Campus, una enorme hueste de encapuchados descendió las alturas de los cerros aledaños, atravesando por completo gran parte de los edificios que albergaban a las diferentes facultades, desde Biotecnología hasta Ciencias Forestales, pasando por los gimnasios deportivos, las aulas mater y el imponente Edificio Central, llegando así hasta los senderos del enorme Jardín que daba directo al Foro, uniéndose a miles y miles de anárquicos desaforados y monstruosos que aparecían de la nada como una enorme plaga, formando así una gigantesca legión de soldados que corrían desenfrenados en medio de un frenesí de destrucción, odio y maldad puros, como consecuencia de haber sido convertidos finalmente al poder de la Sombra.

Al llegar a la escalinata, estos comenzaron a saltar como cucarachas, evitando así la bajada de los peldaños, para luego lanzarse en masa contra un pequeño grupo de héroes que defendía a la última Facultad que resistía heroicamente los embates de la oscuridad. Aquella era Derecho, y sus defensores, los leguleyos, quienes al mismo tiempo daban refugio a los últimos estudiantes supervivientes de una terrible crisis que los tuvo divididos un tiempo, y que ahora los unía en pos de luchar juntos para sobrevivir a esta terrible guerra que acababa de comenzar.

Mientras, en el frente de batalla, la enorme masa de encapuchados anárquicos desafiaba a los únicos 6 héroes que los repelían con todo su poder. Aquellos eran Magnus y sus amigos, quienes habían unido fuerzas con Silfer, su antiguo rival y enemigo, para despedazar al primer grueso del ejército de Anarquía y eliminar así a su cruel y despiadado general, el malvado Tarso. Sin embargo, ahora enfrentaban a una descontrolada hueste liderada por Rivius, el despiadado líder de aquella nefasta organización, quién ya consiguió destruir por completo dos de las tres facultades insignia del Campus, Ingeniería y Medicina, y estaba obcecado con destruir a la última que quedaba en pie, consolidando así aquel plan final que tanto anhelaba cumplir.

Los 6 héroes se defendían férreamente del increíble contingente de fuerzas oscuras comandado por el propio Rivius, quien desde las alturas observaba risueño los movimientos de sus fuerzas mientras esbozaba una particular y malévola sonrisa, confiando que sería capaz de lograr su cometido.

 

— ¡Julius, cubre la retaguardia! ¡Sena, ve adelante y golpealos con todas tus fuerzas! —Daba instrucciones como general Magnus.

— ¡Entendido viejo! —Exclamó Julius.

— ¡Sí, cariño! —Afirmó Sena.

— ¡Es una legión demasiado numerosa! ¡No resistiremos por mucho tiempo! —Advertía Josy en vista de la situación.

En medio del conflicto, dos contingentes pequeños de anárquicos intentaron atacar por los costados a la novia de Julius, pero Flora y Silfer percatándose de aquello, combinaron sus fuerzas, logrando así repelerlos aunque con algo de dificultad.

 

— Eso estuvo cerca amiga, que suerte tienes de que Silfer y yo podamos cubrir tus espaldas. —Decía Flora sonriente a pesar del caos.

— Es verdad, muchas gracias Flora… aunque no puedo decir lo mismo de quien es tu compañero. —Agradeció Josy a la pelirroja, ninguneando a la vez a Silfer.

— Con que solo agradezcas a Flora basta y sobra. —Respondió con tono serio el de Sombra.

— ¡No te quieras pasar de listo! —Exclamó enojada Josy.

— Ya chicos… —Intentó calmarlos Flora.

En ese momento, un contingente enorme de encapuchados salió de la nada y se dirigió hacia la Facultad de Derecho, intentando destruir la fachada del edificio desde todos los ángulos posibles, por lo que Monty y su directiva ordenaron a todos los leguleyos cubrir todas las ventanas y puertas y reforzar las trincheras y puestos dañados del perímetro de este para así evitar la entrada de enemigos, al mismo tiempo que Chechus y Frank, junto a Cris, Bruna e Isa, colaboraron juntos en cerrar el enorme portón que daba al acceso principal del edificio, reforzándolo con mesas y sillas, además de mobiliario pesado y dejando solo un hueco por el cual acceder, custodiado por los dos varones, mientras Bruna e Isa apoyaban desde el otro lado y Cris hacía las veces de centinela.

 

— ¿Seguro que con todo esto evitaremos la entrada de esos monstruos diabólicos? —Preguntó Lily con incredulidad.

— No lo sé, pero al menos nos dará algo de tiempo para organizar la resistencia. —Respondió Monty.

— Pero Monty… ¿Qué hay de los chicos? No podemos abandonarlos allá afuera. —Decía Vicky preocupada.

— Eso ya lo sé amiga, por algo envié a Chechus y a Frank para apoyar su reingreso. Incluso los 6 siendo superdotados son tan humanos como nosotros, por lo que asumo que quedarán exhaustos después de esta pelea tan larga. —Explicó Monty.

— Es verdad. —Afirmaba Lily—. Han estado luchando por horas contra esos demonios. ¡Oh Dios mío, protege a esos chicos! —Exclamaba mientras se ponía de rodillas para orar.

Y mientras los leguleyos reforzaban sus defensas dentro de Derecho, Magnus, Sena, Julius, Josy, Flora y Silfer comenzaban poco a poco a minar sus fuerzas tras la extenuante batalla contra los encapuchados de Rivius, a tal punto que incluso el propio Portador de Luz comenzaba a dar señales de cansancio, parpadeando muy seguido sus ojos y sintiendo muchos calambres en el cuerpo, además de mareos constantes por la falta de agua y descanso. Por su parte Rivius, solo se limitaba a reírse en silencio de la desgracia de sus enemigos, mientras observaba conforme el avance de sus tropas que rodeaban por completo a la Facultad.




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