Sombra y Luz

Capítulo 32

— “¡SALVE ANARQUIA!”

Con este particular grito de guerra, Rivius se lanzó directamente al ataque contra los 6 héroes del Campus, los 5 de la Luz, liderados por el Portador de Luz, Magnus, y el Portador de Sombra, Silfer.

La batalla final por la supervivencia de todos los estudiantes había dado inicio de manera abrupta en medio de la peor guerra que el Campus haya presenciado jamás. Con todas las Facultades dañadas, dos de ellas totalmente destruidas, y los pocos supervivientes refugiados en la última que seguía en pie, Derecho, el escenario estaba más que preparado para afrontar el lance definitivo entre las fuerzas del bien y del mal, por la esperanza o la aniquilación total.

El primer golpe fue entre Magnus y Rivius, quienes chocaron sus brazos de inmediato con el fin de medir sus propias fuerzas, a lo que después siguió una verdadera avalancha de puños e intercambios de golpes entre ellos, siguiendo después con los ataques de rayos por parte del oscuro y los extraordinarios resplandores de Luz emitidos por el joven héroe.

Poco después fue el turno de Julius, quien apoyó a su mejor amigo por medio de sus extraordinarios súper puños, con lo que la pelea se tornó en deseventaja para Rivius, pero este último fue más astuto y dispersó a Magnus, para después desquitarse con su antiguo pupilo por medio de tortuosos movimientos y golpes traicioneros. Sin embargo, aquello no le funcionó del todo, pues Josy corrió a toda velocidad para despedazar al malévolo con una lluvia de combos a velocidad Mach 3, frustrando sus planes. Aún así, el ex leguleyo, adivinando sus pasos, la pateó en una de sus piernas dejándola incapacitada, causando así la ira de su pololo, quien fue en su auxilio atacando duramente al malévolo leguleyo, sin lograr absolutamente nada. En eso Rivius se disponía a matarla con un potente rayo de Sombra.

 

— Muere mocosa. —Dijo este.

— ¡Josy! —Gritó desesperado Julius.

Pero el malvado energúmeno fue inmediatamente batido por Sena, quien la rescató milagrosamente, para luego golpearlo con todas sus fuerzas y utilizar los objetos del campo como armas de apoyo, lanzándole basureros, rocas, escombros e incluso fierros sacados de la nada, además de proyectar las trayectorias de dichos objetos por medio de sus poderes. El impacto de los golpes envió a Rivius más allá del Foro, entre la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas y el Parque de la Laguna, donde este último se midió a muerte con la pelinegra.

Pero Rivius, que era un tramposo, agarró fuertemente del cuello a Sena, la electrocutó y posteriormente la lanzó por los aires contra la muralla del edificio de Ciencias Naturales y Oceanográficas con tal violencia que atravesó todo el inmueble, impactando ella contra el frontis del Campus, cerca de los primeros jardines que se ven al acceso de este por el camino principal. El oscuro quiso darle el golpe final, pero Flora salió a su rescate arremetiendo contra el primero por medio de múltiples flashes de anulación, para después propinarle una fuerte patada de karateca y usar sus puños contra él. Sena, aprovechando la intervención de su hermana, la apoyó con sus poderes, y justo cuando Rivius estaba distraído, la pelinegra le devolvió el favor con una violenta patada al cuerpo, mandándolo lejos de regreso hacia las cercanías del Foro.

Ambas hermanas volvieron a la carga, pero el malévolo leguleyo creó dos vórtices de energía con sus manos y las lanzó directo contra ellas, siendo impactadas violentamente y enviadas lejos hacia la Facultad de Farmacia, despedazando la mitad del edificio. Rivius se rió a carcajadas tras su victoria personal sobre las dos chicas, cuando de pronto fue embestido brutalmente por Silfer, empujando al primero en dirección hacia el Parque de la Laguna, cayendo ambos en sus estancadas aguas.

Los dos oscuros midieron sus respectivas fuerzas, haciendo gala de su brillantez en el combate mano a mano. Entre puños y patadas, truenos y relámpagos, Rivius y Silfer se batían a duelo intensamente, buscando superar la fuerza del otro sin siquiera darse un segundo de descanso.

El Portador de Sombra logró retener por un segundo a su rival por medio de potentes vórtices oscuros, con los cuales lo envió directamente hacia los campos verdes del Parque, a donde luego se impulsó para propinarle una mortal golpiza, pero el anárquico era más astuto y logró agarrarlo del cuello, impidiendo su brutal estocada, para luego crear una letal cuchilla de Sombra con la cual lo atravesó varias veces en el cuerpo, pero sin lastimar sus órganos vitales, con el fin último de torturarlo el mayor tiempo posible.

Pero Silfer astutamente consiguió engañarlo por medio de una sustitución, apareciendo este por un costado y electrocutando violentamente al malévolo leguleyo, logrando así ponerlo de rodillas. El Portador de Sombra reía por su victoria, pero Rivius esbozó una particular sonrisa que sorprendió al primero y en forma súbita, este último revirtió su ataque devolviéndole así el dolor de los rayos, para luego patearlo en el rostro y enviarlo lejos hacia los límites del Parque.

 

— ¿Eso es todo lo que puedes hacer, Silfer? —Preguntó con ironía Rivius.

Enfurecido, el de Sombra le devolvió el favor con otra brutal patada, a lo que el maligno leguleyo se defendió con sus brazos, para nuevamente volver al forcejeo habitual y al intercambio de puños entre los dos. De pronto, otra figura emergió para ayudar a Silfer y causar el desconcierto en Rivius.




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