Capitulo 7

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Friedensdorf es un pueblo pequeño que consta de muchas limitaciones y una de esas limitaciones es el servicio de mensajería, los repartidores solo trabajan dos veces a la semana, los lunes y los viernes, así que, si quieres enviar una carta con urgencia, es más recomendable llevarla tú mismo (en el caso de que el destino sea cerca) en vez de enviarla por correo, pues pienso que llegaría mucho más fácil y rápido utilizando la primera opción. Por eso me sorprende bastante que un domingo en la mañana un repartidor de cartas toque mi puerta para hacerme entrega de una carta que está especialmente dirigida a mí.

La carta que me entregó no tiene remitente, solo dice mi nombre en una cursiva impecable, el sobre es extraño, el material me parece caro y demasiado fino, es muy difícil encontrar este material aquí. La carta viene bastante sellada y tengo que tomar un cuchillo para ayudarme a abrirlo, el interior aun es más raro y tremendamente impresionante. La abro viendo como el material de color marfil se despliega ante mis ojos y comienzo a leer.

Querida Nancy:

Siento presentarme ante usted mediante esta nota y no en persona, pero me temo que aún no es tiempo de encontrarnos, dejemos que el destino haga lo suyo sin interponernos en su paso, pero hay algo que, si podía hacer y quise recurrir a este medio, para hacérselo saber.

Se preguntara quien soy y porque le estoy escribiendo esta carta, como ya se lo dije aun no le puedo revelar mi identidad, pero si   mis intenciones, quería comunicarme con usted para decirle la gran admiración que siento por su persona, es usted una mujer muy audaz y extraordinariamente hermosa, me honra el mero hecho de poder contemplarla, quizás sea un poco atrevido decirlo, pero es usted, Nancy, una mujer que solo existe para ser exclusivamente para mí, tal vez se oiga posesivo pero las mentiras nunca han sido parte de mí y créame tampoco tendría porque hacerlo.

Yo siempre cuido lo que es mío y no dejo que nadie se le acerque y usted pequeña dulzura es mía.  Completamente mía y por lo tanto no dejare que nada le suceda, es una promesa y yo nunca rompo una.

Me complace saludarla y que pueda entender una parte de mis intenciones. Espero que este bien y recuerde: siempre estaré vigilándola desde las sombras.

Suyo

S.M

¿S.M? nunca he conocido ni he tenido algún trato con una persona que tenga esas iniciales. La amenaza es clara, quien sea que esté detrás de esto está obsesionado conmigo y no dejara que nadie se me acerque, pero quien ha de creerse ese sujeto para hacer tales advertencias, sin duda hay alguna retorcida y maniática mente detrás de esto. A pesar de que mis dedos tiemblan y mi sangre burbujea mientras recojo la carta y la guardo en el cajón superior de mi cuarto, mi cabeza ya empieza hacer planes porque sea lo que sea no me dejare amedrentar, la preparación física tanto mental que he tenido estos años no han sido en vano y cualquiera que tenga la osadía de enfrentar al monstruo que tengo en mi, tiene que atenerse a las consecuencias. Puedo ser un ángel, pero llegado al límite puedo ser una fiera mucho más fuerte y cruel que el monstruo que me atormenta.

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Shadow Master.

Quizás fue estúpido de mi parte escribirle y hacerle llegar esa nota a Nancy, pero las ganas de hacerlo y ver su reacción me sobrepasaron impidiéndome poder contenerme. La advertencia que le hice fue clara y concisa, no soporto que nadie se le acerque y logre sobrepasar la muralla que he creado en ella. El protegerla es uno de mis grandes objetivos y mi mayor obsesión, tal vez ella no lo sepa, pero en mi tiene a su peor pesadilla, pero también tiene a su más grande protector.

Tiro de la piedrecilla que tengo en mi mano hacia el pequeño lago que se posiciona frente a mi dejándome admirar la belleza del lugar, mientras que mi mente esta alborotada pensando en Nancy, en lo que significa ella para mí. Es hermosa, bastante hermosa para ser verdad, pero no es eso lo que me tiene atado irremediablemente a ella, es su esencia, su olor, esa fragancia tan fascinante que domina todos mis sentidos y los pone a su merced. Mis sentimientos por ella no son más que deseo por cuidarla y conocerla, ser el destructor de todas las murallas y tormentos que yo mismo creé. Al contrario de lo que creen, No la amo, no aun, solo existe en mí el deseo desenfrenado de conocer a la chica que hace que mi mundo se sacuda removiendo las cosas de su lugar, solo deseo saber la causa que llevo a mi mente y a mi corazón obsesionarse con ella.

Una diminuta mano se pasea por mi espalda acariciándola haciéndome saber que alguien llegó, la cual reconozco por el olor que trasmite. Tomo de su mano trayéndola hacia delante dejándome ver esos ojos ámbar que tanto me gustan a pesar que son del mismo color de los míos. Le coloco un mechón de cabello castaño detrás de su oreja y acerco mis labios a los suyos, nos movemos en sincronía en un beso salvaje y dominante, toma mi cabello entre sus manos y lo jala haciéndome gruñir de satisfacción por el momento, muerdo y succiono su labio inferior antes de apartarme de ella por falta de aire.

- ¿En qué pensabas? - inquiere luego de unos minutos mirándome con inquietud.

- En ti- le doy un corto beso- Pensaba solo en ti.

Sonríe de esa manera que tanto me gustaba y que en su momento enceguecía y dominaba mi corazón.