Sombras de amor

Prologo: Nika

Miro la hora y sonrío. Todavía no puedo creer que mañana me voy a casar. Justo ahora debería estar chequeando con mi suegra los últimos detalles de la boda antes de la cena de ensayo, sin embargo, decidí pasar por el departamento de Iñaki para ultimar unos detalles para la noche de boda.

Iñaki y yo llevábamos saliendo un año cuando me propuso matrimonio seis meses atrás. Mi hermana Naila me dijo que él me lo propuso para acostarse conmigo y que viviéramos juntos porque yo tomé la decisión de llegar virgen al matrimonio y que solo casada viviría con alguien. Iñaki fue siempre paciente, amable y tolerante; todo un caballero. Por lo que cuando me lo propuso, acepté de inmediato.

Ya sé que es una locura que una mujer de veinticuatro años siga siendo virgen, pero no me avergüenzo porque no me pareció bien entregarme a cualquiera. Mi hermana y mi madre no estaban de acuerdo y les pareció una locura cuando se los comenté.

Mi padre, antes de morir cinco años atrás, me dijo que entregarse al verdadero amor hace que todo sea diferente y le prometí que esperaría al hombre correcto. No sabía si podría mantener la promesa, no era una obligación, sin embargo, lo hice y estoy feliz por ello.

Saco las llaves de mi bolso y abro la puerta con una sonrisa. Después de mañana, esta será mi casa. El lunes nos iremos de luna de miel al Caribe durante diez días y luego seré la esposa de alguien, de Iñaki Santos, un abogado guapo y amable por el que mis amigas suspiran y me envidian.

He estado aquí muchas veces, pero es la primera vez que siento que será mi hogar.

Camino hacia la cocina para guardar las fresas y el chocolate que traje cuando escucho ruidos provenientes de la habitación.

Arrugo el ceño, dejo el bolso sobre la barra y camino hacia allá. ¿Será Iñaki? Hace una hora me dijo que estaba con su amigo Gideon tomando algo en su departamento y que iría directamente de ahí a la cena. Puede que haya llegado más temprano o se olvidó algo.

A medida que me acerco a su habitación, escucho claramente que esos ruidos son gemidos. Intento no hacerme una mala idea. Tal vez le dio la llave a algún amigo y este decidió que tener sexo en su cama estaba bien.

—Oh sí, así Iñaki.

¿Esa voz es de Naila?

Empujo la puerta media abierta y encuentro la escena más asquerosa que he visto en mi vida, una que no creí que presenciaría.

Parpadeo creyendo que esto es una imagen producto de la imaginación y me doy cuenta que no es así. No puedo ni hablar porque la garganta se me seca y las palabras quedan atoradas en la garganta.

Siento que una fuerte ráfaga de viento me golpea con fuerza y que mis pulmones pierden la capacidad de respirar.

Doy un paso atrás, chocándome con la puerta y en ese momento la mirada de dos de las personas que creí que me querían, me observan.

—Nika. —exclama Iñaki, atónito.

Niego con la cabeza, logro salir de la habitación, corro por el pasillo agarrando mi bolso y salgo del departamento ignorando que ambos me llaman.

No me interesa escuchar lo que te tienen para decir. No puedo con esa verdad, ni sus excusas o lo que sea.

Detengo un taxi y subo a este dándole la dirección del mejor amigo de Iñaki, con quien se suponía que estaría.

No conozco mucho a Gideon, él es un ingeniero en sistema que viaja mucho. Un hombre serio de pocas palabras que apenas he visto dos o tres veces, y en todas esas ocasiones apenas ha hablado conmigo. Gideon e Iñaki se conocen desde la preparatoria y han mantenido el contacto todos estos años, mientras que yo no hablo con nadie de aquella época.

No tengo idea por qué voy a su casa, no es como si no fuera a cubrir a su amigo. Aun así, necesito cuestionarlo.

Mientras el taxi me lleva hasta el cómplice de mi prometido, ahora ex prometido, dejo que las lágrimas caigan por mis mejillas sintiéndome horrible. Y no debería sentirme mal porque no hice nada malo, aun así, me siento deprimida.

Iñaki me engañó y no puedo estar segura desde hace cuanto lleva haciéndolo. Y tuvo que ser con mi única hermana. Bueno, no la única, pero de las dos es con quien he estado en contacto y tenido una relación porque la otra se fue de casa en cuanto papá murió porque no tenía buena relación con mamá y mucho menos con Naila. Recuerdo que Assia me dijo que no me dejara influenciar por ellas y que siempre estaría para mí, luego se mudó a Canadá y casi perdimos el contacto, si bien de vez en cuando nos escribimos correos.

Entiendo que mamá puede ser intensa, siempre intentando controlar nuestras vidas. No es novedad que su única hija deseada sea Naila, la pequeña, por lo que la apaña y la defiende de todo. Y es por eso que dudo que ella vaya a defenderme en esta ocasión. Me dirá que eso sucedió por no querer acostarme con él, aunque acostarse con un hombre no es garantía de retenerlo, y ella es un buen ejemplo que busca pareja desde hace años y sin suerte.

Mi celular recibe llamadas de Iñaki, las ignoro por completo porque no deseo hablar con él. Me llega un mensaje de mi suegra preguntando si estoy de camino. Tampoco respondo. Si bien ella ha sido amable y nos llevamos bien, dudo que se ponga de mi lado. Iñaki es su único hijo, la luz de sus ojos y lo apoyará ignorando todas sus fallas.




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