Sombras de amor

Capítulo 7: Gideon

Victoria, la capital de Columbia británica, es un bonito lugar. Es una ciudad limpia y muy segura para vivir, muy diferente y más chico que Nueva York. Supongo que me alegra que Nika se haya establecido aquí con nuestra hija. Si bien hace frío, no hace tanto como en Nueva York y menos en abril.

Prefiero el frío ante que el calor y si la mayor parte de mi estadía está en Nueva York es porque mi empresa física está ahí, si bien, podría trabajar desde cualquier parte.

Tengo que considerar la posibilidad de abrir una sucursal aquí o en Vancouver para estar cerca de mi hija. Podría vivir sin trabajar si no me gustara trabajar y odiara pasar el tiempo haciendo deportes o viajando de un lado al otro. Soy un hombre que prefiere tener una lugar estable y fijo para vivir. Disfruto de pasar tiempo en mi casa leyendo un buen libro con una copa de vino antes que salir por ahí.

No soy bueno socializando y lo evito siempre que puedo.

Y probablemente no merezca una buena hija después de que mi vida se ha movido en base a la venganza y mi alma se ha oscurecido al punto que me he vuelto desconsiderado y duro con las personas, sin embargo, es mi hija y quiero que sepa que tiene un padre que la quiere y la apoya, tal como yo lo tuve durante ocho años. No quiero que crezca con la ausencia de una figura paterna.

Se me pasó por la mente intentar acercarme a Nika y plantearle el casamiento para criar juntos a nuestra hija y no andar con líos de custodia compartida, sin embargo, sus mensajes cortantes me dejaron claro que me rechazaría.

Creo que solo se casaría por amor y yo no puedo dárselo.

Tampoco deseo que otro se lo dé, se case con ella y esté con mi hija a diario mientras yo deba conformarme con verla de vez en cuando. Y eso es que lo me motiva a intentar conquistarla y tocar la cuestión del matrimonio una vez que ella me conozca y se sienta segura de mí.  Suponiendo que no esté con nadie, pues no lo sé. Casada no está, en la información que conseguí dice que está soltera y Regina tiene el apellido de Nika, pero puede tener novio o una relación.

Llamo al timbre de la casa de Nika dejando de pensar en ella con otro hombre.

Me sorprendió que me invitara a su casa. Pensaba que nos veríamos por ahí hasta que dijo que quiere que conozca la habitación de la pequeña y la vea en un día común y corriente.

No debo decirle que soy su padre, primero debo ganarme su confianza y luego podré decirle esperando que me acepte y quiera que esté en su vida.

La puerta se abre y es Assia quien asoma. No le agrado a la hermana y no pretendo lo contrario mientras Nika esté de mi lado y pueda conocer a mi hija.

—Nika fue a buscar a Regi a su clase de natación y todavía no llegaron. Yo te dejaría esperando aquí afuera, pero debo intentar ser amable por ser el padre de mi sobrina, así que—abre la puerta—, pasa. No esperes que te ofrezca café. ¿Quieres agua? Es del grifo.

—Estoy bien. Gracias.

Me guía hasta una bonita y modesta sala de estar. La casa es acogedora y hogareña. Hay un rico aroma a lavanda y desde aquí se puede observar un bonito jardín donde hay una hamaca colgada en un árbol y una pequeña casa rosa con blanco que asumo pertenece a Regina.

La casa está en una linda zona, en un barrio familiar donde las personas cortan el césped, los vecinos se conocen y hay niños todo el tiempo.

—¿Qué pretendes con mi hermana?

Vaya, no se anda con vueltas.

—Ganarme su confianza para que me permita estar cerca de mi hija.

—¿No tienes intenciones románticas?

No sé si llamar intenciones románticas las intenciones que tengo. Aun así, no pretendo revelarle nada a la hermana. Es pronto para eso y cuando lo tenga en claro, lo hablaré con Nika.

—Quiero conocer a mi hija y que me acepte. Mi único deseo en este momento es ser un buen padre, nada más.

Me observa con atención durante un momento. Si espera descifrar algo, dudo que pueda, pues he aprendido a esconder mis intenciones y emociones muy bien. Mostrarlas te hace débil y no se puede ser débil frente a las personas.

Además, llevo años sin sentir amor, cercanía o algo parecido. Mis únicas emociones han sido movidas por la venganza, la ira y la tristeza. Aunque pude olvidarme de todo en la única noche que pasé con Nika y ahora Regina despierta sentimientos nuevos que creía haber perdido.

¿Será mi hija la salvación de mi alma? Probablemente una parte.

—Bien. Aunque me gustaría saber los conflictos por lo que estabas pasando. Nika mencionó algo así y dijo que no te preguntó.

Y me sentí aliviado porque no podía decirle que en ese momento estaba a punto de comprar la empresa de mi tío para desmantelarla y dejarlo en la quiebra, y que la compra falló, lo que me puso furioso y lo último que deseaba era tratar con alguien, menos con Nika.

—Si Nika quiere saber, se lo diré, de lo contrario, lo mantendré para mí. Sin ofender, no es asunto tuyo y me da igual que hayas estado con ella durante el embarazo y a su lado los últimos cuatro años—intento no sonar muy duro al decirlo—. Ella me dijo que fueron a buscarme a la empresa y fueron echadas. Probablemente estaba ocupado con alguna cuestión y pedí que nadie me molestara. Pude haberme negado a recibirlas sin ser consciente de quienes eran. A veces mi mente se satura, bloquea y no registro muchas cosas. Lo lamento por eso. No voy a justificar no haber atendido las llamadas ni respondido los mensajes.  




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