Sombras de cristal

Capítulo 14: Las Verdades que Queman

**El Poder de la Revelación**

Con la carta que exponía el acuerdo entre el Conde Ashcroft y el Marqués en sus manos, Sebastián y Isolde sabían que tenían la herramienta perfecta para desmantelar al Marqués. Pero usarla requería astucia. Era necesario presentarla ante la sociedad de una manera irrefutable, sin dejar espacio para que el Marqués pudiera refutar la verdad.

Esa misma noche, Sebastián convocó a Lord Vance y otros aliados confiables para discutir el plan.

—Debemos asegurarnos de que esta carta llegue a los oídos adecuados, a los que no solo escuchan, sino que también tienen la influencia para actuar —dijo Sebastián, su voz firme.

Lord Vance, siempre el estratega, asintió.

—Hay un evento organizado por Lady Whitmore en tres días. Es una de las anfitrionas más respetadas de Londres, y entre sus invitados estará el Lord Canciller. Si la carta se presenta de manera estratégica, su credibilidad quedará destruida —sugirió.

Isolde, que había permanecido en silencio hasta ese momento, intervino.

—No solo debemos destruir al Marqués, sino también reconstruir nuestra reputación. Si presento la carta personalmente, no será visto como un ataque, sino como una defensa de mi dignidad —dijo, con una determinación que sorprendió a todos en la sala.

Sebastián la miró, con una mezcla de admiración y preocupación.

—Eso pondrá toda la atención sobre usted, Isolde. ¿Está segura de que puede enfrentarlo? —preguntó.

Ella sostuvo su mirada.

—He pasado demasiado tiempo escondiéndome. Es hora de que todos sepan que no seré una víctima más.

**El Banquete de Lady Whitmore**

Tres días después, la mansión Whitmore estaba llena de luces y conversaciones animadas. Los vestidos de seda brillaban bajo la luz de los candelabros, y los invitados se movían como piezas en un tablero de ajedrez, cada uno buscando su ventaja social.

Isolde entró al salón del brazo de Sebastián, vistiendo un vestido de terciopelo verde esmeralda, con encajes dorados que brillaban como llamas bajo la luz. Su presencia era magnética, y las conversaciones cesaron por un instante cuando cruzó el umbral.

El Marqués de Greystone, que también estaba presente, observó la escena desde un rincón, sus ojos oscuros fijos en la pareja.

—Qué ironía que decidan aparecer aquí, sabiendo lo que les espera —murmuró, con una sonrisa gélida.

Pero Isolde no se inmutó. Se movió entre la multitud con gracia, saludando a los presentes mientras Sebastián permanecía a su lado, como un guardián silencioso.

Finalmente, llegó el momento que habían planeado. Durante el brindis principal, Isolde dio un paso adelante, capturando la atención de todos.

—Damas y caballeros, les agradezco su hospitalidad esta noche. Pero debo tomar este momento para dirigirme a todos ustedes con una verdad que ha sido ocultada por demasiado tiempo —dijo, su voz resonando con claridad.

Con mano firme, sacó la carta que Sebastián había rescatado y la presentó al Lord Canciller.

—Esta carta es una prueba de que mi compromiso con el Marqués de Greystone no fue más que un acuerdo para salvar las finanzas de mi familia, un acuerdo del que yo no tenía conocimiento. Estoy aquí para reclamar mi dignidad y para dejar claro que no seré manipulada por intereses ajenos a mi voluntad.

El salón quedó en silencio absoluto. El Lord Canciller leyó la carta, y una expresión de incredulidad y disgusto se apoderó de su rostro.

—Esto... esto es imperdonable, Marqués —dijo finalmente, volviendo su mirada hacia Greystone.

El Marqués intentó hablar, pero las palabras se le atoraron en la garganta. La verdad había salido a la luz, y no había forma de negarla.

**La Liberación**

Esa noche marcó un cambio definitivo. La reputación del Marqués quedó destruida, y sus aliados comenzaron a abandonarlo, temerosos de ser arrastrados por su caída.

Isolde, por su parte, recibió una oleada de apoyo inesperada. Damas y caballeros que antes la habían juzgado ahora la miraban con respeto, reconociendo su valentía al enfrentarse a uno de los hombres más poderosos de su tiempo.

De regreso en su residencia, Sebastián tomó las manos de Isolde entre las suyas.

—Lo logró, Isolde. Su fuerza cambió todo —dijo, con una mezcla de orgullo y amor.

Ella lo miró, con lágrimas en los ojos.

—No podría haberlo hecho sin usted, Sebastián. Pero ahora sé que somos más fuertes juntos.

Sebastián inclinó la cabeza hacia ella, sus labios encontrando los de Isolde en un beso que sellaba no solo su amor, sino también su victoria.

**El Nuevo Comienzo**

Con el Marqués fuera del camino, Isolde y Sebastián comenzaron a construir una vida juntos. Aunque sabían que aún enfrentarían desafíos, también sabían que no los enfrentarían solos.

La sociedad londinense, siempre cambiante, los aceptó como una pareja que había desafiado las normas y había ganado. Y mientras paseaban por los jardines de su nueva residencia, Isolde tomó la mano de Sebastián y sonrió.



#2530 en Novela romántica

En el texto hay: amor, valentia, retos.

Editado: 19.03.2025

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