Sombras de Vanessa

Mi vida dio un giro inesperado cuando la asistente social me llevó a vivir con mi Tía Alicia al pueblo vecino. Tras el horrible suceso que acabó con la vida de mi familia, mi tía se convirtió en mi única familia y responsable de mi cuidado.
La transición ha sido difícil. Apenas una semana ha pasado desde aquel fatídico día en que perdí a papá y Sarah, y aún me cuesta asimilarlo.
No pude despedirme de ellos, y eso me duele profundamente. ¿Quién pudo ser capaz de cometer semejante atrocidad? Mi mente se llena de preguntas sin respuestas, y el vacío en mi corazón solo crece.

En momentos de soledad, los recuerdos de mi hermana Sarah vienen a mí como un susurro en el viento. Veo su rostro en mi mente y escucho sus palabras de advertencia sobre Lucas, que resonaban como un eco constante. "No confíes en él, Vanessa, solo juega contigo", solía decirme. Ahora, en medio de mi dolor, me doy cuenta de lo acertada que estaba.
 

Mi tía intenta acercarse a mí, ofrecerme consuelo y hablar sobre lo ocurrido, pero me resulta demasiado doloroso revivir esa noche. Nuestras conversaciones son breves y tensas, llenas de silencios incómodos. Ambas estamos lidiando con el peso de la tragedia de formas diferentes, y nuestras emociones a veces chocan en el proceso.
En lugar de buscar respuestas sobre el terrible suceso que arrasó con mi familia, mi mente se ha refugiado en los buenos momentos que viví con mi papá y hermana. Los recuerdos de su amor incondicional, de las risas compartidas y de los abrazos reconfortantes se convierten en mi salvavidas en medio de este mar de dolor.

Siento que aquí, entre estas calles y sus habitantes, podré encontrar una nueva perspectiva, quizás incluso sanar mis heridas.
Mientras camino por las calles del pueblo, me encuentro pensando en Lucas, a pesar de su traición. Es difícil borrar de mi mente el amor que sentí por él. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo ser fuerte y dejar atrás aquello que me lastimó. Es hora de centrarme en sanar y reconstruir mi vida, paso a paso.

La verdad sobre el asesinato de mi familia puede esperar. Por ahora, necesito encontrar mi propio camino hacia la sanación y la recuperación. No puedo permitir que la sombra del pasado me consuma por completo.
Este capítulo de mi vida es una oportunidad para reinventarme, para descubrir quién soy más allá de las tragedias que me han marcado. Me enfrentaré a mis miedos, encontraré apoyo en aquellos que me rodean y aprenderé a confiar en mí misma una vez más.

— A quien engaño...— digo con un melancólico suspiro. 

Incluso en medio de esta determinación, no puedo negar el profundo dolor que siento por la traición de Lucas. El amor que una vez sentí hacia él se ha convertido en un tormento constante en mi corazón. Me pregunto cómo alguien a quien entregué mi confianza y mi amor incondicional pudo lastimarme de esta manera.
La tristeza me envuelve, y el peso de su traición se hace cada vez más difícil de llevar. Me encuentro atrapada entre el amor que aún siento por él y la amargura que ha dejado en mi alma. A veces me pregunto si alguna vez podré superar esta herida tan profunda.

En este momento, el futuro parece incierto y oscuro. Mi corazón está roto, y la sombra de la traición de Lucas me persigue en cada pensamiento y cada sueño. Me encuentro en el abismo de la tristeza, luchando por encontrar una forma de encaminarme.
Pero a pesar de todo, sé que debo encontrar la fuerza dentro de mí para seguir adelante. La vida continúa, y aunque el dolor sea abrumador, no puedo permitir que me consuma por completo. Buscaré apoyo, buscaré formas de sanar y encontraré la manera de amarme a mí misma nuevamente.

Este capítulo de mi vida no es el final de mi historia, aunque en este momento la tristeza y la confusión me dominen. Prometo luchar, incluso en medio de la oscuridad, para encontrar la luz en mi interior y encontrar la fuerza para superar esta terrible traición.
La batalla será difícil, y el camino hacia la curación puede ser largo y tortuoso. Pero sé que merezco más que la tristeza que me consume. Lucharé por encontrar mi propio camino hacia la felicidad y la paz interior, incluso si eso significa dejar ir al amor que una vez pensé que sería eterno.

No sé qué me depara el futuro, pero estoy decidida a liberarme del tormento en el que me encuentro atrapada.
Mi lucha apenas comienza, pero estoy lista para enfrentarla.

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Me despierto cada día sumida en un abismo de tristeza, arrastrada por pensamientos oscuros que me asedian sin piedad. Cierro los ojos y trato de aferrarme a los recuerdos felices, pero la realidad se impone con fuerza, recordándome que ya no están aquí, que nunca más podré abrazar a Sarah, que nunca más escucharé sus risas llenas de amor.

Me levanto de la cama con pasos lentos y pesados, arrastrando mi alma agotada por el peso de la pérdida. Camino por los pasillos de esta nueva casa, que se siente más como una prisión de recuerdos dolorosos que como un hogar. Cada rincón, cada mueble, me susurra su ausencia, y mi corazón se rompe una y otra vez.

Tía Alicia con los ojos llenos de compasión y preocupación, intenta acercarse a mí. Pero sus palabras suenan huecas y vacías, incapaces de alcanzar las profundidades de mi dolor. Intenta hablarme del pasado, de los buenos momentos compartidos con Sarah y papá, pero solo logra abrir heridas que ya están sangrando.

— ¿Recuerdas cuando íbamos al parque juntas, Vanessa?— me dice con voz temblorosa.

Cierro los puños, luchando contra las lágrimas que amenazan con escapar de mis ojos.

— Sí, los recuerdo. Y duele, duele demasiado recordarlos. ¿Cómo puedo seguir adelante sin ellos?— le respondo con la voz quebrada.

Un silencio incómodo se cierne entre nosotras, y puedo ver la tristeza reflejada en los ojos de mi tía. Ella también está herida, también está tratando de encontrar una forma de lidiar con la pérdida, pero nuestras heridas son distintas y no podemos comprender plenamente el dolor del otro.
Vuelvo a sumergirme en mi propia melancolía, incapaz de encontrar consuelo en las palabras de mi tía. Sus intenciones son nobles, pero mi corazón está demasiado roto para encontrar alivio en ellas.