Sombras de Erytharis

Capitulo 42: La eternidad

Kael y Nald seguían su lucha, pero no era la única que sucedía por el lugar, había mas de una sucediendo en ese mismo momento.

Mientras tanto Aeryon y Zenlei.

La pelea entre ellos acababa de empezar, Aeryon deja de interrogar a Zenlei y empieza su ataque, mandando su báculo atacando a Zenlei de forma vertical.

Pero él enemigo solo lo esquiva dando un salto atrás, Aeryon levanta su báculo y ataca de forma directa. Pero Zenlei logra esquivarlo de un salto, apoyándose en la punta del báculo con el pie derecho y se eleva en el cielo dando una voltereta y caer en la tierra haciendo una sentadilla y quedando hay como si nada.

"Esto es muy aburrido, te esfuerzas mucho, pero puedo ver cada uno de tus movimientos" Aclara Zenlei con orgullo levantando su mirada a Aeryon y suelta un bostezo.

"Desgraciado, eres muy escurridizo" Se queja Aeryon con frustración mientras sigue atacando a Zenlei repetidas veces de varias formas, por abajo, en diagonal, pero Zenlei esquivaba todo sin el mínimo esfuerzo dejando que el ataque siga derecho y golpee a los árboles.

"Solo diré que es imposible para ti tocarme, mi magia me permite de alguna manera ver cada uno de tus movimientos y reaccionar a ellos, ese es mi ojo" Explica Zenlei relajado, mientras se agacha esquivando otro ataque.

"Ya veo, es por eso que mantienes tus ojos cerrados, hay algo en ellos que activa tu poder" Deduce Aeryon deteniendo sus ataques con frustración y frenando en seco.

"Eso mismo, y entre mas rápido vayas mas lento te voy a ver y mas te voy a percibir, pero vasta de hablar, quiero ver que tanto resistes" Reta Zenlei estirándose un poco y levantándose.

<Debe ser un Ragnor, hay algo en él que no me cuadra por completo, su habilidad esta demasiado desarrollada como para que sea simple magia, no tiene una debilidad latente como la debe tener cada magia y esta perfectamente pulida, su cuerpo ya se acostumbro, es como un Pecado, pero no siento ese tipo de Aura, es como si fuera magia evolucionada> Intenta deducir Aeryon agarrando con fuerza su báculo y empezando a atacar por donde puede.

Hace 10 años...

Un pequeño Aeryon se encontraba bajo la luz del sol levantando su báculo, pero en ese entonces, el solo entrenaba, sus pies descalzos bailaban en el piso de madera fino mientras sigue entrenando, dando varios ataques al aire, su cuerpo sudaba y jadeaba con cansancio, pero sin titubear seguía entrenando.

"Eso, lo haces muy bien, a este paso serás todo un guerrero " Dice la voz de un hombre orgulloso, ese hombre era igual a Aeryon, su padre, pero este era mas musculoso y su pelo era corto y revuelto, ese hombre se encontraba sentado en el piso tomando algo de licor de un tarro mientras veía a Aeryon entrenar.

"Si, claro que si, con esto podre proteger a mi madre y a mi hermana, estoy seguro" Afirma Aeryon con valentía agarrando con fuerza su arma y levantándola para volver a atacar.

<Ese era mi padre, un hombre que fue desterrado de Drakoria, era un sacerdote que llego a formar parte de los signos, pero no lo vieron digno de estar cargando con ese nombre, perdió una apuesta en el Hower y termino retirado, pero eso nunca le quito la sonrisa, él igual siguió entrenando y teniendo una vida feliz, tuvo una esposa y dos hijos de donde salí yo, a mis 10 años me entere de la verdad, pensé que mi padre era increíble y noble, no pude evitar volverme un adicto a entrenar, esa es mi motivación, entrene por años enteros, desde que tengo 10 años, y a pesar de que mi padre era muy viejo siempre me enseñaba con una sonrisa...> Recuerda Aeryon con cariño, viendo como el tiempo pasaba.

Cada año pasa con un ataque que lanza al aire, lentamente va creciendo, y a sus 16 años, después de mucho entrenamiento Aeryon fue aceptado por un vidente en la torre de Drakoria.

A los 18 años Aeryon se convertiría en un signo oficial, siendo uno de los mas viejo en esta época y una noche, Aeryon regresa a casa, corriendo con su uniforme de sacerdote y en su pecho la insignia de su signo, el águila.

"¡Papá, papá, lo conseguí!" Grita Aeryon de la felicidad corriendo descalzo por su casa, pero se detiene en seco y mira hacía el patio con curiosidad, mirando como lentamente empieza a llover.

Y a pesar de la lluvia, el padre de Aeryon bajo la lluvia seguía entrenando, pero su cuerpo era demasiado viejo, con cada paso que da su cuerpo tronaba pero igualmente seguía atacando al aire cortando las gotas de lluvia.

"Lo conseguí padre... Soy un signo" Exclama Aeryon con felicidad.

"No sabes lo feliz que eso me hace, ven, entrena una última vez conmigo" Pide el padre de él, sus ojos ya estaban muy pequeños y su cuerpo se movía lento.

Aeryon sonríe con algo de melancolía y sin decir nada llega al lado de su padre sacando un arma de practica, empezando a entrenar.

Su madre desde lejos miraba con una pequeña sonrisa, y la hermana de Aeryon, una niña de unos 8 años miraba con cierta tristeza la escena aferrándose fuertemente a una columna de madera.

<"Viví una vida tranquila y feliz, es tu turno Aeryon, yo no elegí tu camino, quería que fueras libre de tener que tocar un arma, pero no sabes lo feliz que fui al ver como seguías entrenando con tu padre todos los días, te dejo a cargo de todo esto, de mi felicidad y mi eternidad"> Esas fueron sus últimas palabras, porque cuando Aeryon regreso meses después de la torre de Drakoria lo que vio fue en ese patio donde entrenaron por última vez, una tumba y un par de flores.

"¿Hermano?" Pregunta la suave voz de la hermana de Aeryon llegando detrás de él tocando su espalda con preocupación.

"Estoy bien hermana, estoy bien, cumpliré con su última voluntad" Responde Aeryon apretando con fuerza y tristeza mirando la tumba de su padre aguantando las lagrimas, sus manso estaban rojas, como si sintiera que no pudiera llorar.

En el presente Aeryon seguía atacando directamente a Zenlei, mandando su báculo cada vez mas desesperado, en ese momento Zenlei aprovecha para quitar la defensa de Aeryon desviando su ataque con la palma de su mano izquierda y con la mano derecha saca una cuchilla y sin que Aeryon pueda hacer algo clava esa cuchilla en el pecho de Aeryon.




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