Sombras de Medianoche: El Despertar de Aerin

Capítulo 5

La ceremonia fue sencilla, pero impregnada de solemnidad.
Aerin se arrodilló en el centro del círculo, mientras las figuras encapuchadas entonaban un cántico antiguo.
Las palabras, incomprensibles al oído humano, resonaban en sus huesos, despertando memorias que no eran suyas.
Una daga ceremonial, de hoja negra y mango de plata, fue depositada frente a ella.
La mujer de cabellos plateados habló:
—Esta arma es tu vínculo. No una herramienta de destrucción, sino de equilibrio. A través de ella, sellarás tu pacto.
Aerin tomó la daga.
La hoja parecía latir en su mano, como si reconociera su toque.
Sin esperar instrucciones, dirigió la punta hacia su palma.
Con un movimiento decidido, se hizo un corte limpio. La sangre brotó, cálida y viva.
El símbolo en su brazo brilló con una intensidad abrasadora.
Las llamas de las velas titilaron como si el aire mismo hubiera contenido la respiración.
Una corriente de energía fluyó desde el suelo hasta envolverla, ligándola de manera irreversible a aquel juramento ancestral.
Cuando abrió los ojos, supo que algo en ella había cambiado para siempre.
Ya no era solo Aerin, la muchacha marcada por la pérdida.
Era parte de algo más grande, más antiguo.
Era la portadora de las Sombras de Medianoche.
Y su despertar acababa de comenzar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.