"Sombras de Sangre y Corona"

Capítulo 5: La Llama del Caos

El viento aullaba a través del Bosque Oscuro, susurros de antiguas criaturas que vivían en las sombras, observando a los mortales con ojos hambrientos. Lilianne permaneció inmóvil, con las manos alzadas hacia el cielo nocturno. La llama negra seguía ardiendo en sus dedos, su fuego oscuro brillando como un faro de poder recién desatado. El calor era intenso, pero no la quemaba. Era su poder, y no la destruiría.

Eldric, parado en la oscuridad, observaba atentamente. La magia que fluía de ella era primitiva, caótica, pero también increíblemente poderosa. Había despertado algo en el Bosque Oscuro, algo que solo aquellos con una verdadera conexión a las fuerzas más oscuras podían controlar.

—Es impresionante —dijo Eldric, con una sonrisa que denotaba algo entre admiración y satisfacción. —Pero aún no es suficiente.

Lilianne no lo miró. Mantuvo su atención en las llamas, que parecían latir con vida propia. Su control sobre ellas aún era inestable, como si la magia fuera una serpiente dispuesta a morder, pero ella no podía detenerse. No ahora. —¿Qué más debo hacer? —preguntó, su voz grave, decidida.

Eldric dio un paso hacia ella, su mirada fija en las llamas. —Debes aprender a enfocar tu poder. El fuego es solo la manifestación externa de tu magia. La verdadera magia, Lilianne, es la que reside en tu alma. Y para aprender a controlarla, primero debes entender el caos dentro de ti.

Lilianne frunció el ceño. ¿Caos dentro de ella? Estaba empezando a entender que su poder no solo era una herramienta, sino una parte intrínseca de quien era. Era la sombra, el fuego, la oscuridad. Y, por mucho que odiara admitirlo, todo eso formaba parte de ella.

La risa suave de Eldric la interrumpió. —¿Crees que la oscuridad solo se trata de destruir? No. Es mucho más que eso. La oscuridad guarda secretos que ni siquiera los magos más poderosos conocen. Si logras aceptar la oscuridad en su totalidad, entonces te convertirás en algo más grande que una simple noble. Te convertirás en una fuerza imparables.

Lilianne bajó las manos lentamente, observando cómo la llama oscura se extinguía, pero el calor persistía en su piel. El aire a su alrededor había cambiado, cargado de un poder palpable. Ella estaba cambiando, y no había vuelta atrás.

—Lo que haces no es solo magia —dijo Eldric, ahora acercándose más. —Lo que tienes dentro es una maldición. Pero es la misma maldición que te dará el poder para vengarte.

Lilianne lo miró por fin, sus ojos violeta brillando con la intensidad de la luna. —No quiero ser una sombra más. Quiero destruirlos todos. Mi padre, mi familia… Ellos me despreciaron. Ahora será su turno de temerme.

Eldric asintió lentamente, como si lo hubiera anticipado. —El primer paso es siempre el más difícil. Pero la venganza, Lilianne, es una llama que consume todo a su paso. La pregunta es, ¿estarás dispuesta a sacrificarlo todo por ella?

Lilianne sintió una punzada en su pecho. Sacrificarlo todo… El poder era tentador, pero también era una carga. Sabía que el camino de la venganza la llevaría por un sendero oscuro, y que tal vez no podría regresar una vez que lo cruzara. Pero ya no le importaba.

Con una expresión decidida, se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección al castillo. —Lo sacrificaré todo. Pero nadie me detendrá.

Eldric observó su marcha, su sonrisa curvándose con satisfacción. —Eso es lo que quería escuchar.

El regreso al castillo fue silencioso, y la oscuridad de la noche parecía abrazar cada paso de Lilianne. Su mente estaba llena de pensamientos y planes, pero también de una creciente sensación de poder. La Prueba del Fuego había sido solo el comienzo. Ahora, su magia oscura estaba tomando forma, y pronto, todos se darían cuenta de lo que ella podía hacer.

Al llegar a la mansión, Lilianne no se detuvo a descansar. Sabía que lo siguiente que debía hacer era enfrentarse a aquellos que la habían desechado, comenzando con su padre.

Pero no solo él sería su objetivo. Seraphina Vellmont, la hija de una casa rival, la había despreciado siempre. Y era hora de recordarle a todos que el poder de Lilianne Ashford no solo venía de su linaje, sino de la oscuridad que había jurado dominar.

Con una sonrisa fría, Lilianne entró en la mansión, lista para comenzar el siguiente capítulo de su venganza.

Fin del Capítulo 5.




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