"Sombras de Sangre y Corona"

Capítulo 9: Tejiendo Sombras.

La Conclave de Magos continuó durante horas, pero la demostración de poder de Lilianne dejó una huella imborrable. Las tensiones flotaban en el aire como un perfume denso, mientras las casas nobles y los magos competían por la supremacía en sus respectivos campos. Pero Lilianne no estaba interesada en competir. Ella estaba aquí para controlar.

Tras su demostración de magia oscura, Lilianne había quedado en el centro de todas las conversaciones. Sabía que su poder había dejado una marca, pero también sabía que era solo el principio. Los ojos de los demás estaban sobre ella, y mientras algunos murmuraban de admiración, otros se preguntaban si sería una amenaza o una herramienta útil.

Entre ellos, destacaba Lady Morgana Vellmont, la matriarca de la Casa Vellmont, una mujer de unos 50 años, de mirada fría y calculadora. Aunque su cabello plateado ya comenzaba a perder su brillo natural, su porte y su aura de poder eran inquebrantables. Había observado la demostración de Lilianne con atención, su mirada fija en la joven maga.

—Es… fascinante —murmuró Morgana, mientras daba un paso hacia Lilianne, con una sonrisa en los labios. —Eres una chica con mucha audacia, Lilianne Ashford. No me equivoco al decir que, de todas las casas aquí presentes, pocos tienen el coraje de desatar tal poder tan abiertamente. Aunque, claro, este tipo de magia oscura puede ser… peligroso.

Lilianne la miró fijamente, sin inmutarse. La Casa Vellmont había sido una de las más poderosas durante generaciones, y Lady Morgana era conocida por ser una de las magas más astutas y maquiavélicas del reino. Era un pez gordo en la política mágica, y formar una alianza con ella podría ser beneficioso. Sin embargo, Lilianne sabía que debía tener cuidado.

—La magia oscura no es peligrosa cuando se sabe controlarla, Lady Morgana —respondió Lilianne, su voz baja, pero cargada de poder. —Y yo la controlo perfectamente. Más que muchos, diría yo.

Morgana sonrió, como si disfrutara del desafío. —Quizás. Pero controlar no es suficiente. En este mundo, como en la política, es necesario algo más. Es necesario saber cuándo mostrar el poder y cuándo ocultarlo, cuándo atacar y cuándo retirarse. La magia, como todo en la vida, es un juego de paciencia.

Lilianne no dijo nada durante unos segundos, midiendo sus palabras. No iba a dejarse intimidar por una mujer que había pasado toda su vida manipulando a los demás. Sin embargo, el consejo de Morgana no era completamente erróneo.

—Entonces, ¿estás sugiriendo que me mueva con cautela? —preguntó Lilianne, su tono ligeramente irónico.

Morgana asintió, pero su sonrisa se suavizó. —No exactamente. Lo que te sugiero es que, cuando llegue el momento, el primer movimiento debe ser el definitivo. Eso es lo que separa a los verdaderos líderes de aquellos que solo siguen el curso de la historia. Y yo veo un líder en ti, aunque, claro, todavía estás aprendiendo.

Eldric, que había estado observando desde la distancia, se acercó en ese momento, su mirada penetrante fija en Lilianne, casi como si estuviera midiendo a Lady Morgana.

—¿De qué hablaban ustedes dos? —preguntó con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

—Sobre paciencia y liderazgo —respondió Lilianne, su tono enigmático. —Aparentemente, me considera una líder en potencia.

Eldric ladeó la cabeza, su expresión neutral, pero con un brillo de aprobación. —Es cierto. Pero no olvides, Lilianne, que liderazgo no solo se forja con poder. También con… confianza y alianzas. Necesitarás aliados que respalden tus movimientos, especialmente en este entorno tan peligroso.

Lilianne asintió, comprendiendo las palabras de Eldric. La Casa Vellmont podría ser útil en el futuro, y Morgana, aunque una adversaria en el fondo, podría servir como una aliada estratégica.

Mientras tanto, un murmullo comenzó a recorrer la sala. Algunos magos, principalmente de las casas más pequeñas y de aquellos que temían a la magia oscura, comenzaban a prepararse para dar el siguiente paso: los desafíos mágicos.

El Maestro Ravel, en su posición elevada, alzó la mano, y la sala cayó en silencio inmediato.

—Como es tradición, esta Conclave culminará con un duelo de magia. Los más valientes se enfrentan, y el vencedor recibirá una recompensa de poder y respeto. Esta es tu oportunidad, Lilianne Ashford. La Conclave no es solo para hablar, sino para demostrar quién realmente tiene el control.

Lilianne no necesitó más. El desafío estaba claro. Su mirada se endureció y, sin decir palabra alguna, dio un paso hacia el círculo de duelos.

A lo lejos, Lorian Vellmont, el arrogante mago de la Casa Vellmont, la observaba con una mezcla de desprecio y curiosidad. Sabía que Lilianne era peligrosa, pero no creía que fuera capaz de derrotar a los mejores duellistas de la Conclave. Era un error que pronto lamentaría.

Cuando Lilianne se ubicó en su lugar, la magia comenzó a brillar en sus manos. La oscuridad que la rodeaba era palpable, y su poder comenzó a crecer con cada respiración. El duelo estaba por comenzar.

Fin del Capítulo 9.




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