"Sombras de Sangre y Corona"

Capítulo 13: El Precio de la Verdad.

El aire en el Bosque de las Sombras era denso, pesado con el manto de misterio y peligro que emanaba de cada rincón. La figura encapuchada se mantenía inmóvil, observando a Lilianne y a Eldric, como si esperara que alguien hiciera el primer movimiento. Lilianne no titubeó. Sus ojos brillaban con determinación, y su pulso se mantenía firme.

¿Quién eres? —preguntó Lilianne una vez más, esta vez con una firmeza que reflejaba su creciente desconfianza.

La figura se echó hacia atrás la capucha lentamente, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices y marcas oscuras que parecían haber sido grabadas por la misma magia oscura que corría por sus venas. Sus ojos, de un rojo profundo, brillaban con una intensidad peligrosa.

Mi nombre no importa, —dijo la figura, su voz grave y llena de poder. —Lo que importa es lo que sé. Y lo que sé, Lilianne Ashford, es que la venganza que buscas puede consumirlo todo.

Eldric dio un paso hacia adelante, su postura defensiva más pronunciada, pero Lilianne levantó una mano, indicándole que no interferiera.

Lo que busco es el control. El poder que me fue arrebatado en mi vida pasada. —Lilianne respondió, su voz serena pero cargada de determinación. —Y no dejaré que nada ni nadie me detenga.

El desconocido asintió lentamente, como si ya lo hubiera esperado.

Entonces, sabes que lo que ofrezco tiene un precio. —El hombre hizo una pausa antes de continuar, mirando con detenimiento a Lilianne. —He observado tus movimientos, tus pasos hacia el poder. El camino que has elegido es peligroso, y más aún, los enemigos que enfrentarás son muchos. Los traidores no siempre son fáciles de identificar, pero todos ellos tienen un patrón: la avaricia, el miedo al poder que tú representas.

Lilianne frunció el ceño. No estaba acostumbrada a escuchar sobre sus enemigos con tanta claridad, como si estuviera siendo expuesta ante alguien que conocía cada uno de sus pasos.

¿Qué propones? —preguntó ella, casi retóricamente, sabiendo que no podía retroceder ahora.

Quiero ofrecerte información, —dijo el hombre, su tono grave como una promesa de algo oscuro y peligroso. —Información sobre tus verdaderos enemigos. Sobre las casas que conspiran en las sombras. Y también, sobre lo que le ocurrió a la mujer que ocupó este cuerpo antes que tú.

El último comentario hizo que Lilianne frunciera el ceño. ¿Qué sabía sobre ella? Nadie más debía conocer el secreto de su reencarnación. La magia que lo había permitido era algo oculto, algo que solo Lilianne y los más cercanos debían conocer. Sin embargo, había algo en la mirada del extraño que la hizo dudar.

¿Cómo sabes lo que me ocurrió? —preguntó con voz baja, cada palabra cargada de suspicacia.

Sé lo suficiente. —El hombre sonrió de manera sombría. —Lo que ocurre en este mundo está interconectado con lo que sucedió en el pasado. La energía de las almas no desaparece, Lilianne. Se transforma, se conecta. Y tú, más que nadie, lo entiendes. Esa es la razón por la que regresaste.

Lilianne se mantuvo en silencio por un momento. Era cierto, su conexión con el pasado nunca había sido normal. Su reencarnación no era solo una casualidad, sino el resurgir de una fuerza ancestral. Todo lo que había hecho, todas las decisiones que había tomado, parecían estar relacionadas con algo más grande que ella misma.

Y si acepto tu oferta, ¿qué ganaré? —preguntó, su mirada penetrante fija en él.

El hombre se acercó un paso, la oscuridad del bosque parecía intensificarse a su alrededor.

El poder de la verdad, —respondió con voz profunda. —Pero recuerda, la verdad puede ser un veneno. Te mostrará lo que no quieres ver. Los rostros de tus enemigos, las traiciones que se ocultan bajo la capa de las apariencias. El precio será alto, Lilianne. Pero te daré lo que buscas. Todo lo que necesitas para llevar a cabo tu venganza.

Lilianne dudó por un momento. La tentación de conocer la verdad era grande, pero sabía que la verdad también podía desatar un caos irreversible.

Finalmente, decidió que no podía rechazar la oferta. Conocer sus enemigos era el primer paso para aplastarlos.

Acepto. —Dijo Lilianne, su voz resonando con una determinación fría y calculada.

El hombre asintió y extendió su mano hacia ella. Su toque fue frío como el hielo, y en el instante en que sus dedos se cruzaron, una ola de magia oscura la envolvió. Una visión oscura apareció ante sus ojos, como una tormenta de imágenes y sonidos. Recuerdos fragmentados, fragmentos de su vida pasada, recuerdos de una mujer poderosa, pero también traicionada. Una escena se hizo clara: la traición de aquellos a quienes había confiado.

Y entonces, la voz del hombre volvió a resonar en su mente.

Recuerda, Lilianne, la venganza es un ciclo que nunca termina. Pero tú eres la única que puede decidir cómo romperlo. Sin embargo, debes tener cuidado. —Su voz se desvaneció, dejándola con una sensación de vacío y oscuridad que la envolvía.

Cuando la visión se desvaneció, Lilianne cayó de rodillas, jadeando por la intensidad de la magia que acababa de recibir. Sus ojos brillaban con la energía oscura que ahora la rodeaba, y por un momento, todo a su alrededor parecía desvanecerse.

Eldric... —musitó, levantándose lentamente, con una nueva resolución en su rostro. —Ahora sé lo que debo hacer.

Eldric la miró con preocupación, pero también con un creciente respeto. Sabía que Lilianne estaba a punto de desatar algo aún más grande de lo que había anticipado.




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