"Sombras de Sangre y Corona"

Capítulo 16: Ecos del Pasado.

Capítulo 16: Ecos del Pasado

Lilianne y Eldric salieron del Laberinto de las Sombras, pero el aire afuera no estaba mucho mejor. El Palacio de las Sombras aún estaba envuelto en una atmósfera densa, cargada de magia oscura que parecía correr por el suelo y las paredes, como si el mismo palacio estuviera vivo. Los ecos de los pasos resonaban en el aire mientras ambos caminaban rápidamente por el pasillo hacia la salida.

Lilianne sentía que algo dentro de ella había cambiado. La magia oscura no solo se sentía más fuerte, sino que parecía que algo más estaba despertando en su interior. Cada vez que se enfrentaba a los secretos del pasado, una fuerza desconocida comenzaba a crecer dentro de ella, una fuerza que no podía identificar completamente, pero que la impulsaba hacia un destino del cual no podía escapar.

¿Qué hacemos ahora? —preguntó Eldric, su tono preocupado. —Sabes que esto no termina aquí. Lo que descubriste en ese lugar… Hay más en juego de lo que pensábamos.

Lilianne lo miró, sus ojos brillando con una intensidad peligrosa. No respondía con palabras, sino con una sonrisa sombría.

Lo sé. —dijo con calma. —Pero cada paso que doy me acerca más a la verdad. La venganza, Eldric, no solo es sobre destruir a mis enemigos. Es también sobre despertar algo mucho más grande.

Eldric la observó con preocupación, pero no dijo nada. Sabía que Lilianne ya había cruzado el umbral. Ya no era solo la mujer noble de la Casa Ashford. Ahora era la maga oscura, y esa transformación traería consigo consecuencias que ni ella misma podría prever.

A medida que cruzaban el umbral del palacio, un viento helado sopló, como si la misma naturaleza estuviera reaccionando a su presencia. El cielo estaba oscuro, cubierto por nubes negras que parecían moverse de manera extraña, como si el tiempo mismo estuviera distorsionado por el poder que Lilianne había desatado.

Eldric levantó la vista, sintiendo la presión en el aire. Un presentimiento recorrió su espalda, como si el peligro estuviera más cerca de lo que pensaba.

Nos están observando. —dijo, mirando alrededor con desconfianza.

Lilianne no respondió, pero la oscuridad en su corazón estaba más viva que nunca. Ella ya no solo veía el mundo con los ojos de la venganza, sino también con los ojos de la magia oscura, que le permitía ver más allá de lo que los demás podían. En su mente, los ecos de su vida pasada comenzaban a desdibujarse, fusionándose con su presente. Recuerdos oscuros, visiones distorsionadas de un poder antiguo, comenzaban a filtrarse en su conciencia.

De repente, un grito rompió la quietud del aire. Un grito que provenía de una figura encapuchada que emergió de las sombras cercanas. La figura, con una capa negra que fluía a su alrededor, caminó hacia ellos con pasos seguros, desafiantes.

Así que has vuelto. —dijo la figura, su voz grave y autoritaria. —Sabía que no podías quedarte quieta por mucho tiempo.

Lilianne observó a la figura con una calma peligrosa. No podía reconocerlo, pero algo en la voz le resultaba familiar.

¿Quién eres? —preguntó, su tono firme, aunque había una ligera curiosidad en sus ojos.

La figura levantó la capucha, revelando un rostro que Lilianne reconoció al instante. Un rostro del pasado, uno que pertenecía a una persona a la que había conocido en su vida anterior.

Soy Mordain, —dijo la figura, con una sonrisa fría y calculada. —Un viejo conocido tuyo. Pero no importa lo que recuerdes de mí, Lilianne. Lo importante es que has cruzado una línea. Ya no hay vuelta atrás.

Eldric se tensó a su lado, pero Lilianne no apartó la mirada de Mordain.

Mordain... —murmuró ella, sus pensamientos rápidos y agudos. Recuerdos pasados comenzaron a llenar su mente, fragmentos dispersos de una vida anterior. —Tú... fuiste uno de los más cercanos a mí en el pasado. Pero si has venido a detenerme, ya te has equivocado. No estoy aquí para jugar con sombras. Estoy aquí para destruirlas.

Mordain soltó una carcajada baja, pero llena de amenaza.

¿Destruir sombras? —preguntó, acercándose lentamente. —Eres una maga oscura, Lilianne. Las sombras son parte de ti. Y no puedes destruir lo que eres. No importa cuántos secretos desentierres, no importa cuánto poder adquieras. Las sombras te consumirán.

Lilianne no retrocedió ni un paso. En su interior, la magia oscura comenzaba a arder con mayor fuerza. La esencia del poder antiguo que había estado buscando durante tanto tiempo comenzaba a responder a su llamada.

Lo único que me consume es la venganza. Y cuando termine con todos, la oscuridad será mía para controlarla. —respondió con frialdad, mientras sus ojos brillaban con un resplandor oscuro.

Mordain la observó durante un largo momento, evaluando sus palabras. Luego, se adelantó un paso más, y la atmósfera alrededor de ellos cambió. La magia oscura comenzó a envolverlos, como si estuvieran rodeados por una tormenta invisible que amenazaba con desbordarse.

No has aprendido nada, Lilianne. Las sombras no se pueden controlar. Sólo se pueden dominar. Pero tú ya has cruzado el límite. Y ahora, el precio de tu poder será mucho más alto de lo que puedes imaginar.

Antes de que pudiera continuar, la tierra bajo sus pies tembló. Un rugido profundo resonó, como si el suelo estuviera reaccionando a las palabras de Mordain.




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