"Sombras de Sangre y Corona"

Capítulo 20: El Precio de la Oscuridad.

El Palacio de las Sombras tembló bajo el poder que Lilianne había desatado. La magia oscura que surgió de su cuerpo era una fuerza incontrolable, como una tormenta que recorría todos los rincones del lugar. Las paredes crujían, y las sombras que solían ser aliadas de Lilianne ahora se retorcían, como si quisieran desprenderse de su control.

El Guardián de la oscuridad se mantenía erguido, imperturbable ante el torbellino de sombras que Lilianne había creado. Eldric, de pie a un lado, observaba la escena con una mezcla de admiración y creciente preocupación. Sabía que el poder que Lilianne estaba liberando no solo podría destruir el palacio, sino que podría consumirla si no tenía cuidado.

No es suficiente, Lilianne. —dijo el Guardián con una voz sombría, su figura rodeada por una niebla oscura que lo hacía aún más inquietante. —Lo que has desatado es solo una fracción de lo que puedes alcanzar. Pero aún no has entendido lo que implica.

Lilianne lo miró fijamente, su expresión decidida. La oscuridad que ahora fluía por sus venas no la había derrotado, al contrario, había fortalecido su voluntad. El poder de la magia ancestral le hablaba, susurros del pasado que la llamaban a entender y dominar.

Ya no me importa lo que sea. —respondió, su voz resonando con una autoridad inquebrantable. —Lo que quiero es vengar lo que me fue arrebatado.

El Guardián ladeó la cabeza ligeramente, como si estuviera estudiando las palabras de Lilianne. Pero no pareció sorprendido.

Venganza... —dijo, dejando que la palabra flotara en el aire. —Eso es lo que siempre ha guiado a los que han tomado el camino oscuro. Pero te advierto, Lilianne: la venganza no es suficiente para sostener este poder.

La figura del Guardián comenzó a dissolverse en las sombras, como si fuera una proyección de la oscuridad misma.

El verdadero precio de la oscuridad es algo que no puedes pagar tan fácilmente. Y si decides seguir adelante con esta búsqueda, prepárate para perder más de lo que crees que has ganado.

Las sombras se arremolinaban a su alrededor, y antes de que Lilianne pudiera reaccionar, el Guardián desapareció por completo, llevándose consigo una parte de la oscuridad que había rodeado al palacio.

Lilianne se quedó quieta, su respiración agitada. El palacio estaba ahora en completo silencio. Pero dentro de ella, el eco de las palabras del Guardián seguía retumbando. ¿Realmente estaba lista para pagar el precio de lo que había desatado? Y si era así, ¿qué consecuencias le esperaban en el camino?

Eldric se acercó lentamente, con cautela, al ver la expresión sombría en el rostro de Lilianne. Sabía que el poder que había despertado en ella no era solo una bendición. Era una maldición que, si no se controlaba, podría consumirla por completo.

¿Qué vas a hacer ahora? —preguntó, su voz suave pero llena de una preocupación palpable.

Lilianne giró lentamente hacia él, sus ojos brillando con una luz oscura y peligrosa.

Voy a seguir adelante, Eldric. —respondió, su voz baja, pero llena de decisión. —El Guardián no me detendrá. Nadie lo hará. Pero tengo que encontrar la fuente de este poder, entender lo que me conecta con todo esto. Sólo entonces podré controlarlo por completo. Y si eso me lleva a enfrentarlos a todos, entonces será lo que tenga que hacer.

Eldric la miró, sabiendo que en sus palabras había algo terrible y profundo. Lilianne ya no era solo una noble caída en desgracia, ni una chica buscando venganza. Había algo más grande dentro de ella ahora, algo que ni siquiera él podía comprender por completo.

Eldric suspiró, pero asintió lentamente.

Entonces, que sea así. —dijo. —Te apoyaré, sin importar lo que el destino tenga preparado.

Lilianne le dirigió una mirada que era casi una promesa. No necesitaba la aprobación de nadie. El poder que había despertado en su interior ya la había cambiado para siempre. Pero tener a alguien como Eldric a su lado, alguien que no la temiera, era algo que valía más de lo que había imaginado.

De repente, una vibración profunda recorrió el suelo del palacio, y el aire se llenó de una energía oscura que parecía provenir de las profundidades más remotas de la tierra.

Lilianne se giró hacia el sonido, y una sombra oscura apareció ante ellos, una figura imponente que emanaba un poder que hacía temblar las mismas raíces del mundo.

El tiempo se acaba, Lilianne. —dijo la figura, su voz profunda y resonante, como un eco del vacío. —Estás cerca de descubrir lo que verdaderamente eres, pero el camino hacia la oscuridad eterna ya ha comenzado. No hay vuelta atrás.

La figura comenzó a desvanecerse, pero antes de desaparecer por completo, dejó una última advertencia.

Recuerda, el precio de la oscuridad no solo será tuyo. Todo lo que amas, todo lo que crees conocer, será arrasado si no eliges sabiamente.

Y con eso, la figura desapareció, dejando solo un rastro de neblina oscura que se desvaneció en el aire.




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