Sombras de tinta

novena: siempre deseada nunca amada

Creo que tenía seis o siete años (quizás menos) cuando descubrí que no poseía una belleza étera, atrayente, electrica y de esas que quita el aliento. De hecho, ni entraba en el círculo de bellezas promedios. Recuerdo que nuestro uniforme de juego estaba marcado con el nombre de aquel grupo de amigas de cierta famosa serie en el momento "Las Divinas", me encuentro en el banco cuando estudiantes de quizás 16 años pasan por donde nos encontrabamos. Y, miran el nombre en mi pecho, detallan mi rostro y se burlan: Dizque divina. Todavía escucho sus risas calandome en la profundidad. Yo era una niña y ellos eran adolescentes y aún así no les importó destruir a una pequeña. Ellos siguieron con sus vidas, seguro tienen hijos, trabajos destacados y yo estoy aquí sin poder superarlo.

Años después, me dijeron que era un seis. Tiempo después era la niña más fea del salón de cuarenta personas. Después era una loca porque me gustará alguien que era mucho más atractivo de lo que podría aspirar.

Cuando la adolescencia tocó la puerta, mis atributos salieron de manera impactante. Senos grandes, cintura definida, caderas anchas y no mucho trasero. Ahora, era la que le ponían la bolsa o eso decían.

A los trece ya estaba en redes sociales o salas de chat hablando con hombres mucho mayores y con tendencias pedofilicas haciendo cosas para nada apropiadas para mi edad. Siempre me querían por el cuerpo y cuando acaban con el, ya no había valor en mí. Lo que pensaba, lo que quería, lo que era pasaban siempre a un segundo plano. Hasta el día de hoy creo que debo mostrar el cuerpo para que un chico se fije en mi.

Lastimosamente, a los 23 años sigo siendo aquella que no miran más de dos veces. Me han gustado hombres, pero nunca puedo lograr que ellos gusten de mí, ¿es mi personalidad? ¿Qué hay de mal conmigo? El chico que me gusta ni me voltea a ver, cualquier minima interacción la atesoro ¡Me miro! ¡Se puso a mi lado! ¡Qué patética!

Perdón si este texto se encuentra con errores o si no hay cohesión, pero mi mente esta dispersa.

Lo vi con una chica. Se veían felices. La veía como quisiera que me viera a mí.

¿Qué debo hacer?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.