Capítulo 1

El aire en la habitación estaba cargado de tensión, mezclado con el aroma metálico de las armas limpias y el café frío sobre la mesa. Sofía estaba sentada al final de una larga mesa de madera oscura, sus dedos tamborileando con calma calculada. Su cabello, recogido en una trenza apretada, caía sobre su espalda como un látigo. Nadie se atrevía a hablar sin su permiso.

—La filtración ocurrió anoche —dijo un hombre al otro extremo de la mesa, con la voz temblorosa—. Dos de nuestros depósitos fueron comprometidos. Perdimos más de lo que estimábamos.

Sofía levantó la mirada lentamente, sus ojos fríos como el acero. Su silencio era más intimidante que cualquier grito. El hombre tragó saliva y continuó:

—Los atacantes tenían información que solo nuestros círculos más cercanos conocen. Esto... esto fue interno.

Sofía inclinó la cabeza, procesando las palabras. Había dedicado años a construir este imperio, a establecer lealtades férreas y a eliminar cualquier amenaza antes de que pudiera crecer. Pero ahora, alguien había encontrado una grieta en su fortaleza.

—¿Nombres? —preguntó finalmente, su tono suave pero cargado de peligro.

—Todavía no sabemos... —balbuceó el hombre, pero Sofía levantó una mano, deteniéndolo.

—No me interesan las excusas, Jorge. Si no tienes respuestas, busca a alguien que las tenga. Ahora.

Jorge asintió nerviosamente y salió de la sala. Sofía se recostó en la silla, exhalando despacio. Había esperado enfrentarse a traiciones, pero esto era diferente. No era un simple golpe financiero; era personal.

Esa noche, en su oficina, Sofía revisó los informes. Cada detalle de los ataques estaba meticulosamente planeado: los tiempos, los accesos, incluso las rutas de escape. No era obra de amateurs. Mientras analizaba los patrones, algo llamó su atención. Un pequeño detalle que no cuadraba: un mensaje dejado en uno de los sitios atacados.

La nota, escrita con tinta negra sobre papel blanco, era simple y directa:

"Pensaste que el pasado quedaría enterrado, pero las sombras siempre encuentran su camino de regreso."

Sofía apretó la mandíbula, sus dedos sosteniendo el papel con fuerza. Había algo en esas palabras que le resultaba familiar, pero no podía precisar por qué. Por un instante, su mente retrocedió a los últimos días antes de desaparecer: Alexei, Vladimir, las traiciones que la habían llevado al borde de la locura. ¿Era posible que alguien de esa época hubiera sobrevivido?

Dejó el papel sobre la mesa y cerró los ojos, luchando contra los recuerdos que amenazaban con arrastrarla de nuevo al caos. Sofía no era la misma mujer que había sido hace dos años. Ahora era más fuerte, más fría, más calculadora.

Cuando abrió los ojos, su resolución era clara. Si alguien quería jugar con su pasado, tendría que enfrentarse a la mujer en la que se había convertido.

Tomó su teléfono y marcó un número.

—Camila, necesito que rastrees esta nota. Encuentra cualquier pista: la tinta, el papel, las huellas. Todo. Quiero respuestas para ayer.

Camila, su mano derecha, respondió con un simple "entendido" antes de colgar. Sofía dejó el teléfono sobre la mesa y miró por la ventana. Afuera, la ciudad estaba envuelta en sombras, igual que su vida.

El pasado estaba regresando, y esta vez, ella no planeaba huir.