Sombras de un nuevo imperio

Capítulo 9 y 10: "El rostro que no quiero ver"

La oscuridad es mi aliada, aunque nunca la elegí. Siempre estuvo allí, como un peso pesado que se arrastra detrás de cada uno de mis pasos. Sofía lo sabe, pero hay algo en su mirada que delata la duda, como si se preguntara si es capaz de seguir caminando en esta sombra. Lo he visto antes, en los que fracasan. La diferencia es que ella tiene algo que la hace peligrosa, algo que nunca he entendido completamente.

Esta ciudad está llena de secretos, secretos que solo se revelan cuando ya no pueden ser ocultados. ¿Quién soy? No importa, ni siquiera quiero que lo sepas. Lo único que necesitas entender es que cada movimiento que ella hace, cada palabra que dice, cada respiración que toma, está siendo observada.

La mayoría cree que las decisiones se toman en solitario, pero todos somos piezas en un tablero mucho más grande. Ella, al igual que los demás, no entiende que nada es casual. Cada paso que da, cada adversario que enfrenta, cada aliado que encuentra, está siendo calculado. Cada fragmento de su vida, de su alma, está siendo manipulado.

Lo sé porque estuve allí, desde el principio. Vi cómo cayó, cómo se levantó. Vi cómo se convenció de que la venganza era el único camino, cómo se convenció de que no había vuelta atrás. Pero hay algo que no comprende: el juego nunca termina cuando crees que lo hace. Siempre hay más, siempre hay algo más.

Sofía se enfrenta a su propio reflejo, pero no sabe que lo que ve no es lo que parece. Ella sigue buscando respuestas donde no las hay, como una niña que juega con fuego. Pero el fuego consume, y lo que queda es ceniza. Y cuando llegue el momento, ella sabrá lo que esto significa.

El rostro que ha estado buscando, el que tanto anhela ver, ya está frente a ella. Pero no será lo que espera. Nunca lo es. Es la última pieza en el rompecabezas que nunca quiso completar. A veces, el mayor enemigo está más cerca de lo que uno cree.

La verdad se aproxima, y Sofía... ella se aleja sin saberlo, alejándose de lo que realmente le importa. El precio que paga será demasiado alto, y su destino ya está sellado, aunque no lo sabe.

Hay algo que no puedes ocultar para siempre, no importa cuánto lo intentes. Ella está demasiado atrapada en su propia red de engaños para ver lo que viene. Y cuando lo vea, ya será demasiado tarde.

Nunca es tarde para entender, pero algunas lecciones son demasiado crueles para aprenderlas cuando ya no hay tiempo para cambiar.

Sofía está caminando hacia su final. Un final que ni ella misma sabe cómo llegará, pero que está predestinado. Las máscaras caerán. Las piezas encajarán. Y cuando se revele la verdad, la única pregunta que quedará será: ¿es ella la verdadera víctima o la verdadera villana?

Solo el tiempo lo dirá.

La Madre de Sofía

Marina, la madre de Sofía, observaba el reloj con nerviosismo. Había algo en el aire esa noche que la ponía ansiosa, algo que la hacía pensar que el tiempo que había estado esperando para actuar finalmente había llegado. Había guardado tantos secretos, había manipulado tantas situaciones, pero ahora todo parecía estar fuera de control. La sonrisa de Sofía, la misma que había crecido bajo su cuidado, ahora estaba llena de una oscuridad que ella misma había ayudado a cultivar.

"Sofía…" susurró, casi como si invocara el nombre de su hija, esperando que apareciera ante ella en ese mismo instante. La madre siempre supo que su hija tenía algo especial, algo peligroso. Desde pequeña, Sofía había mostrado una astucia impresionante, una habilidad para manipular las emociones ajenas que Marina no tardó en notar. Pero todo eso era parte del plan, un plan en el que ella había sido pieza clave. Sin embargo, en su corazón, Marina sabía que el amor que sentía por su hija era más fuerte que cualquier juego de poder. Y eso la aterraba.

"¿Cuánto tiempo más podrá mantener el control?", se preguntaba en silencio mientras caminaba por su casa vacía, perdida en sus pensamientos. La familia, las mentiras, todo lo que había hecho en nombre de una vida mejor para Sofía, ahora estaba a punto de explotar en su cara. Y la pregunta seguía retumbando en su cabeza: ¿Era ella también una víctima de sus propios actos? ¿O había llegado el momento en el que finalmente Sofía tomaría las riendas, marcando el fin de todo lo que ella había planeado?

Marina cerró los ojos y se permitió un suspiro. Lo que había iniciado como una protección se había convertido en un monstruo. Y ahora, ese monstruo estaba a punto de devorarlas a ambas.

Parte II: Sofía

Sofía estaba sola en su habitación. Las luces estaban apagadas, y el sonido de la ciudad parecía lejano, como si todo se hubiera desvanecido en un silencio profundo. En sus manos, sostenía una carta, una que había estado esperando durante mucho tiempo. La carta de su madre, el último vestigio de una conexión que había intentado romper sin éxito. Cada palabra escrita en esas páginas le quemaba la piel, y al mismo tiempo, le daba una sensación de vacío en el estómago. ¿Por qué había tardado tanto en revelarlo todo?

“Te lo dije, Sofía. Todo lo que has hecho, todo lo que creíste saber, ha sido parte de un plan mucho mayor. Es momento de que lo entiendas.”

Esas palabras retumbaban en su mente mientras observaba la carta. La verdad le estaba siendo revelada, pero ya no sabía si podía confiar en lo que estaba leyendo. La duda y la rabia se entremezclaban en su corazón, creando una tormenta de emociones que la consumía. Había pasado tanto tiempo buscando respuestas, tanto tiempo buscando venganza. Pero ahora, cuando la verdad estaba a su alcance, la angustia la inundaba.




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