El sol apenas comenzaba a iluminar la mansión, pero sus rayos parecían insuficientes para disipar la sombría atmósfera que envolvía el lugar. Violet se levantó temprano, con la determinación de desentrañar los secretos que sentía resonar en cada rincón de la casa. Sus pensamientos regresaron a la oficina de su abuela, la puerta cerrada y la incógnita que parecía llamarla como un susurro en su mente.
Después de un desayuno rápido con Ross en el comedor, en el que apenas intercambiaron palabras, ambos decidieron dirigirse al escritorio de la abuela. "Si hay algún lugar donde pueda estar la llave, sería allí," dijo Ross mientras caminaban hacia una sala amplia en el ala este de la mansión.
El escritorio era imponente, hecho de caoba oscura, y su presencia parecía dominar la habitación. Violet se acercó lentamente, sus dedos rozando la superficie cubierta de polvo. Cada pequeño detalle del mueble parecía contener una historia. Abrió uno de los cajones, encontrando papeles amarillentos, cartas y pequeños objetos. Pero no había rastro de la llave.
Mientras revisaba los compartimentos, encontró una caja de metal envuelta en tela. Dentro de ella había un conjunto de fotografías antiguas. Violet detuvo su búsqueda al ver la imagen de su abuela, sonriendo junto a un hombre desconocido frente a la mansión. “No recuerdo haber visto a este hombre nunca,” murmuró, su voz cargada de confusión.
Ross se acercó, observando la foto por encima de su hombro. "Quizás esto tenga que ver con los secretos que tu abuela guardaba," dijo, su tono bajo pero serio.
Antes de que pudieran discutir más, un crujido proveniente del pasillo los interrumpió. Violet giró hacia la puerta, su corazón acelerándose. "¿Qué fue eso?" preguntó en un susurro.
Ross frunció el ceño, mirando hacia las sombras que se proyectaban en la entrada. "Tal vez no estamos solos," respondió mientras su mirada escudriñaba el pasillo.
Violet dejó las fotos sobre el escritorio y se levantó. Se acercó lentamente hacia la puerta, pero cuando llegó al pasillo, este estaba vacío. Aún podía sentir una presencia, como si la mansión respirara alrededor de ellos.
"Sea lo que sea, parece que hay algo que no quiere que encontremos la llave," dijo Violet, volviendo hacia Ross.
Violet se sentó en el mueble, su postura rígida y su mirada fija en Ross. Su voz resonó en la sala, firme pero tranquila: "Ven, siéntate."
Ross la miró por un instante, evaluando su tono, antes de acceder y acomodarse en el sillón que quedaba justo frente a ella. La sala pareció congelarse, atrapada en un silencio tenso, donde incluso el leve crujido de las maderas del piso parecía amplificar la incomodidad del momento.
Violet entrelazó los dedos y los apoyó sobre su regazo, mientras su mirada se volvía más profunda, como si quisiera penetrar cada capa del misterio que rodeaba a Ross. Finalmente, rompió el silencio con una pregunta que llenó la sala como un trueno inesperado: "¿Tú... qué eres de mi abuela?"
Su tono no llevaba reproche ni curiosidad evidente, pero algo en su mirada inquietante hacía imposible ignorarla. Ross sostuvo su mirada, su rostro inexpresivo, antes de inclinarse ligeramente hacia adelante. "Tu abuela fue una mujer excepcional," comenzó, su voz baja pero cargada de un peso intangible.
Violet se tensó ante esas palabras, sus ojos buscando una pista en los gestos de Ross. "¿Excepcional? ¿Cómo? Nunca habló de esto. Nunca mencionó nada..."
Ross soltó un leve suspiro, desviando su mirada hacia un rincón oscuro de la habitación. "Ella tenía un don, algo que no podía compartir con cualquiera. Era cuidadosa... pero ese don venía con responsabilidades que pesaban sobre ella."
Violet sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había una parte de ella que sabía que Ross no estaba diciendo todo, pero también entendía que no sería fácil obtener todas las respuestas. "¿Entonces me dejó esta mansión... como un legado? ¿O como una advertencia?" preguntó, inclinándose ligeramente hacia él.
Ross, con los ojos fijos en las sombras, no respondió de inmediato. Pero la tensión en la sala parecía crecer con cada segundo que pasaba.
Ross asintió con una expresión grave. "La mansión está llena de secretos, y no todos se revelan fácilmente," murmuró. "Quizás debamos revisar otros lugares. Su oficina no será el único espacio donde dejó cosas importantes."
Violet lo miró fijamente. "No pienso darme por vencida. Si esta mansión quiere ocultarme algo, encontraré la manera de descubrirlo."
Ross dejó escapar una pequeña sonrisa ante la determinación de Violet, pero no dijo nada más. La atmósfera en la sala era pesada, cargada de un misterio que ambos apenas comenzaban a entender.
Ross mantuvo su mirada fija en el suelo por un momento antes de alzarla hacia Violet. Su expresión era seria, casi distante, como si los recuerdos estuvieran regresando desde un rincón oscuro de su mente. Finalmente, rompió el silencio, su voz baja pero cargada de un peso que parecía llenar la sala.
"La señora fue una gran persona," comenzó, su tono revelando una mezcla de respeto y melancolía. "Cuando era pequeño, vivía felizmente en una casita en el bosque. Tenía los mejores padres del mundo. Todo era paz hasta aquel día..." Ross hizo una pausa, como si las palabras estuvieran luchando por salir.
"Salí a dar un paseo por el bosque. Recuerdo que caminé por aproximadamente una hora, disfrutando de la naturaleza. Pero cuando regresé a casa, algo no estaba bien. El ambiente se sentía extraño... tenso y peligroso." Sus ojos se oscurecieron mientras continuaba. "Cuando entré, vi a mis padres... destrozados, destripados de la peor manera posible, ambos con las entrañas afuera. Frente a mí había un gran charco de sangre."
Violet contuvo la respiración, incapaz de imaginar el horror del que Ross hablaba. Él seguía, sin mirar directamente a ella. "Tenía tanto miedo que no sabía qué hacer. Me acerqué a mis padres, intentando entender lo que había pasado, pero todo en ellos estaba dislocado... roto. Entonces, sentí un golpe en la cabeza, fuerte, devastador. Caí al suelo, empapándome con la sangre que cubría el piso. Mi vista estaba nublada, y lo único que pude distinguir fue una sombra... una silueta que me miraba fijamente desde las sombras. Después de eso, todo se apagó."
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Editado: 05.05.2025