SUSURROS EN LA NIEBLA

La niebla había comenzado a extenderse por los jardines de la mansión, densa y fría, como si la tierra misma estuviera exhalando sus secretos más profundos. Violet observaba por la ventana mientras las siluetas de los árboles se desdibujaban, envueltas en aquel manto espectral. Una inquietud inexplicable la invadía; era como si la niebla estuviera llamándola, susurrando algo que no podía entender.

Marcus entró al salón, llevando el libro en una mano y una vela encendida en la otra. "La niebla no es natural," dijo, su voz tranquila pero firme. "Parece que el espejo ha extendido su influencia más allá del sótano. Está reaccionando."

"¿A qué?" preguntó Ross, cruzando los brazos mientras intentaba ocultar su propia inquietud.

Marcus colocó el libro sobre la mesa y lo abrió en una página marcada con un símbolo circular. "Aquí hay una descripción de algo llamado El Llamado del Velo. Según estas notas, la niebla puede ser una manifestación del Umbral del Corazón. Es una advertencia… o una invitación."

"¿Una invitación a qué?" insistió Violet, su mirada fija en Marcus.

"Al Umbral," respondió Marcus, dejando escapar un suspiro. "La niebla podría ser una señal de que está listo para abrirse. Pero si aceptamos su llamado, debemos estar preparados para enfrentarnos a las sombras que aguardan allí."

Ross sacudió la cabeza, frustrado. "No sé por qué estamos siquiera considerando esto. Ese espejo ya nos ha mostrado que no juega limpio. ¿De verdad quieres entrar en algo que podría acabar contigo?"

Violet se giró hacia Ross, su expresión decidida. "No se trata de querer. Se trata de necesitar. Mi abuela dejó este libro por una razón. Todo lo que hemos encontrado hasta ahora apunta a que este Umbral guarda las respuestas que ella intentó proteger."

Marcus asintió, apoyando las palabras de Violet. "El libro menciona que el Umbral puede revelar verdades ocultas, pero también advierte sobre los peligros de desentrañarlas. La niebla es solo el principio. Si decidimos avanzar, estaremos aceptando lo que sea que el espejo nos depare."

De repente, un sonido bajo y susurrante llenó la habitación, como si la niebla hubiera comenzado a hablar. Violet sintió un escalofrío recorrerla mientras las palabras, aunque incomprensibles, parecían estar dirigidas a ella.

"Escuché algo," dijo en voz baja, acercándose a la ventana.

"Yo también," admitió Marcus, aunque su mirada no estaba fija en la ventana, sino en el espejo que permanecía en el sótano.

Ross, que parecía más desconfiado que nunca, avanzó hacia la puerta del salón, ajustando la linterna en su mano. "No me importa lo que diga esa niebla. Si algo intenta arrastrarnos, debemos estar preparados para enfrentarlo."

La niebla se intensificó, y las palabras susurrantes parecieron volverse más claras. Violet sintió que un nombre surgía entre los ecos: el suyo. "Está llamándome," dijo, sin apartar la vista de la ventana.

La niebla comenzaba a infiltrarse por las ventanas y puertas de la mansión, como si estuviera reclamando el espacio que había perdido durante años de silencio. Violet sentía cómo su nombre resonaba en los susurros, llamándola hacia algo que no podía comprender. Marcus, con el libro en sus manos, seguía repasando las notas, buscando respuestas antes de que la situación se desbordara.

"Esto no es solo una señal," dijo Marcus, con el ceño fruncido mientras trazaba los símbolos en una de las páginas. "La niebla no es una simple advertencia. Es el primer paso para abrir el Umbral. Si seguimos ignorándola, podría tomar su propia forma."

"¿Tomar forma?" preguntó Ross, mirándolo con incredulidad. "Por favor, dime que eso no significa lo que creo."

Marcus cerró el libro lentamente y levantó la mirada. "Podría manifestarse en algo tangible. Una sombra, una figura... algo que la mansión ha guardado durante generaciones."

Violet sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras los susurros parecían intensificarse. Sabía que había algo más en la niebla, algo que no solo buscaba comunicar, sino que también comenzaba a cobrar fuerza. "Necesitamos hacer algo antes de que sea demasiado tarde."

Marcus asintió. "Si aceptamos el llamado de la niebla, debemos avanzar hacia el sótano. Allí es donde el espejo reaccionó por primera vez. El Umbral está conectado con ese lugar."

Ross golpeó la mesa con frustración. "¿Por qué siempre todo tiene que ir hacia ese maldito espejo? Esto se está convirtiendo en una pesadilla."

"No tenemos elección, Ross," respondió Violet, con más fuerza en su voz de la que esperaba. "Si queremos respuestas, debemos enfrentar lo que sea que esta mansión guarda. Yo... yo necesito hacerlo."

La niebla comenzó a moverse más rápido, como si respondiera a sus palabras. Las sombras en la habitación parecían alargarse y deformarse, proyectando formas que no coincidían con los objetos reales. Marcus observó atentamente, su expresión serena pero alerta.

"Está empezando," dijo. "La niebla está buscando a su receptor. Debemos avanzar antes de que pierda el control."

Violet lideró el camino hacia el sótano, con Ross y Marcus siguiéndola de cerca. Cada paso en las escaleras parecía más pesado, como si la mansión estuviera resistiéndose a su presencia. Al llegar al sótano, la niebla era tan espesa que apenas podían ver el espejo, cuya superficie brillaba tenuemente.

"Estamos aquí," dijo Marcus, posicionándose frente al espejo. "Ahora debemos decidir. Si queremos entrar al Umbral, debemos aceptar las condiciones del espejo. No será fácil, pero ya hemos llegado demasiado lejos para detenernos."

Violet se acercó al espejo, sintiendo una mezcla de miedo y determinación. Su reflejo parecía distorsionado, como si el espejo estuviera mostrando más de lo que debía. "Estoy lista," dijo con firmeza.

De repente, los susurros se intensificaron, y la niebla comenzó a girar alrededor de ellos, formando una especie de espiral que parecía conectarse con la superficie del espejo. Las sombras en la habitación cobraron vida, moviéndose como si tuvieran voluntad propia. Violet sintió que el suelo bajo sus pies vibraba levemente, y Marcus comenzó a recitar las palabras del libro en voz baja.