EL PRIMER SECRETO

La habitación de los espejos comenzó a desvanecerse lentamente, y Violet sintió como si estuviera siendo arrastrada hacia otro espacio, uno más profundo y oscuro. El pequeño espejo que sostenía en sus manos seguía brillando, pero su luz se tornaba más tenue, como si el objeto estuviera agotándose.

"Has abierto el Umbral, Violet," murmuró la voz de su abuela, resonando en su mente. "Ahora, enfréntate al primer secreto que guarda esta mansión. Pero recuerda: la verdad no siempre será amable contigo."

La niebla regresó, envolviendo a Violet en un abrazo helado, hasta que finalmente se disipó, revelando un espacio completamente diferente. Era un salón que nunca había visto antes, con paredes cubiertas de cuadros antiguos. En cada lienzo había retratos de personas que parecían observarla con una mezcla de juicio y curiosidad.

En el centro de la habitación había un pedestal, y sobre él descansaba un objeto cubierto por un paño rojo oscuro. Violet se acercó lentamente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Podía escuchar pasos detrás de ella, y al girarse, vio a Marcus y Ross, quienes finalmente habían logrado reunirse con ella.

"Esto se siente diferente," dijo Ross, mirando a su alrededor con desconfianza. "Estos retratos... parece que nos están observando."

Marcus, con el libro aún en sus manos, caminó hacia el pedestal, pero mantuvo distancia. "Este es el corazón del secreto de la mansión," dijo en voz baja. "Todo lo que hemos enfrentado hasta ahora nos ha llevado aquí. Pero antes de desvelar lo que guarda este pedestal, debemos estar seguros de que estamos listos."

Violet, ignorando la advertencia, extendió su mano y retiró el paño. El objeto que se encontraba debajo era una llave, pero no una cualquiera. Era grande, intrincada, con símbolos grabados en su superficie que brillaban suavemente con la luz de la habitación.

"Es una llave," dijo Violet, tomando el objeto con cuidado. "¿Pero qué puerta abre?"

Marcus revisó las páginas del libro, que ahora mostraban nuevos símbolos y palabras que no estaban allí antes. "La llave está conectada al corazón de la mansión. Es el primer secreto que tu abuela dejó detrás. Pero también es el comienzo de algo más grande."

De repente, los cuadros en las paredes comenzaron a cambiar. Los retratos de las personas se desvanecieron, siendo reemplazados por escenas de la historia de la mansión: los primeros dueños, rituales antiguos, y un espejo similar al que Violet había encontrado en el sótano.

Ross dio un paso atrás, visiblemente inquieto. "Esto no es solo un lugar. Es un recordatorio de todo lo que esta mansión ha presenciado. ¿Qué más estamos desenterrando aquí?"

Violet observó una de las escenas, donde una mujer que parecía ser su abuela sostenía la llave que ahora estaba en sus manos. En el lienzo, la mujer parecía hablar con alguien, pero su expresión era de desesperación, como si estuviera suplicando.

Marcus señaló el lienzo. "Esa es tu abuela. Y parece que la llave era parte de algo que intentó proteger. Debemos descubrir lo que esta puerta guarda antes de que sea demasiado tarde."

La habitación comenzó a temblar, y los cuadros se deformaron lentamente, como si la mansión misma estuviera reaccionando a la presencia de la llave. Violet sintió un impulso inexplicable de avanzar hacia una nueva puerta que se materializaba al fondo del salón. "La puerta está lista para abrirse," dijo en voz baja.

"Espera," dijo Ross, colocando una mano en su hombro. "No sabemos qué hay detrás. ¿Estamos preparados para enfrentar lo que sea que esta mansión nos muestre?"

Violet miró la llave en sus manos y luego a la puerta. Sabía que no podía detenerse ahora. "No hay marcha atrás," dijo con determinación. "Este es el primer secreto que mi abuela quería que descubriéramos. Y debemos hacerlo juntos."

Violet sostuvo la llave con fuerza, su mirada fija en la puerta que había emergido al final del salón. Su diseño era intrincado, con símbolos tallados en madera oscura que brillaban débilmente con la luz tenue del lugar. Había algo en la puerta que evocaba tanto fascinación como temor, pero Violet sabía que debía abrirla.

Ross, claramente preocupado, permaneció cerca de ella, observando cada movimiento. "Esa puerta... no parece normal. La mansión sigue jugando con nosotros, y no sabemos qué pasará si la cruzas."

Marcus se acercó, revisando las páginas del libro que aún sostenía. "Esta puerta es diferente. Según las notas de tu abuela, lleva a un espacio que conecta con el núcleo de la mansión. Pero lo que encontraremos allí... será el comienzo de las respuestas que buscamos."

Violet miró a ambos antes de hablar. "No tengo miedo. Si mi abuela dejó este camino para mí, entonces confiaba en que podría recorrerlo. No podemos detenernos ahora."

Con esas palabras, giró la llave en la cerradura, que emitió un sonido profundo y resonante. La puerta comenzó a abrirse lentamente, revelando un pasillo oscuro que parecía extenderse más allá de lo que los ojos podían ver. La temperatura del salón descendió bruscamente, y un viento helado emergió del pasillo, trayendo consigo ecos lejanos y susurros incomprensibles.

"Esto no se siente bien," dijo Ross, ajustando la linterna en sus manos. "¿Están seguros de esto? Porque yo no lo estoy."

Marcus dio el primer paso hacia el pasillo, seguido de Violet. "No hay vuelta atrás, Ross. Si deseas respuestas, debes estar dispuesto a enfrentarte a las sombras."

El grupo avanzó por el pasillo, que parecía alargarse con cada paso, como si la mansión estuviera jugando con sus percepciones. Las paredes, cubiertas de símbolos antiguos, parecían susurrar mientras los observaban. Violet sentía que cada paso la acercaba a algo más grande, algo que la mansión había querido proteger durante generaciones.

Finalmente, llegaron a una sala abierta, iluminada por una luz dorada que emanaba de un objeto en el centro. Era otro espejo, pero este era diferente. Su marco estaba cubierto de símbolos que brillaban con una intensidad hipnótica, y su superficie parecía reflejar más que imágenes; reflejaba emociones, recuerdos y pensamientos.