LA MARCA DEL PASADO

El aire en el pasaje era más frío que nunca, y cada paso resonaba con un eco que parecía atravesar el tiempo. Violet, Marcus y Ross avanzaban lentamente, con la llave nueva en las manos de Violet brillando débilmente, como si guiara el camino hacia el próximo nivel del núcleo. Los susurros habían desaparecido por un momento, pero la tensión que sentían era casi palpable.

"¿Esto se siente diferente para ti?" preguntó Ross, mirando alrededor con una mezcla de desconfianza y curiosidad. "No hay susurros. No hay sombras moviéndose. Es como si la mansión estuviera... esperando."

Marcus revisó el libro, cuya tinta parecía cambiar cada vez que intentaba leer las páginas. "Estamos entrando en un nivel más profundo. El núcleo más cercano al corazón de la mansión guarda no solo secretos, sino marcas del pasado que definirán lo que viene después."

Violet sostenía la llave con fuerza mientras avanzaba. "Mi abuela protegió este lugar porque sabía que su verdad no podía ser destruida. Si estamos aquí, es porque esa marca también nos pertenece."

El pasaje finalmente se abrió hacia una nueva sala, diferente de todas las anteriores. Era enorme, pero en su centro había algo que capturaba toda la atención: una estructura que parecía un árbol antiguo, cuyas raíces se extendían por el suelo, cubiertas de inscripciones. En su base descansaba un objeto brillante, un espejo pequeño pero intacto, rodeado por un círculo de luz que parecía protegerlo.

Marcus se acercó al árbol, observando las inscripciones con atención. "Estas son marcas de diferentes épocas," dijo en voz baja. "El núcleo de la mansión guarda los eventos que han moldeado su existencia. Cada raíz representa una decisión, un sacrificio, y cada uno deja una marca en quienes están conectados a ella."

Ross observó las raíces, notando cómo algunas parecían más oscuras que otras. "¿Esto es lo que mi pasado ha dejado aquí? No quiero ser parte de esto, pero parece que ya no tengo opción."

Violet se acercó al espejo en el centro, sintiendo cómo la energía que emanaba de él la atraía. Cuando finalmente lo tocó, una visión se proyectó ante ellos: la mansión en su origen, con figuras moviéndose a través de sus pasillos, dejando marcas en las paredes, las raíces, y finalmente en el espejo. La última figura era su abuela, cuya marca parecía brillar más intensamente que todas las demás.

"Estas marcas... son elecciones," dijo Violet mientras la visión continuaba. "Mi abuela dejó una parte de sí misma aquí, para proteger lo que esta mansión guarda. Si estamos aquí ahora, es porque nuestras propias marcas también están conectadas con ella."

Los susurros regresaron, llenando la sala con palabras claras: "La marca del pasado no se borra. Solo se acepta. El espejo guarda sus historias, y quien las mire comprenderá el precio de la verdad."

Violet, con la mirada fija en el espejo, sintió cómo su luz se intensificaba, proyectando nuevas imágenes en el aire que llenaban la sala. Los susurros eran más claros ahora, como si la mansión estuviera dispuesta a contar su historia. Las figuras del pasado aparecieron de nuevo, mostrando escenas de sacrificios, rituales y decisiones que habían dejado marcas imborrables en las raíces del árbol.

Las raíces parecían moverse, mostrando cómo cada decisión se había ramificado, creando nuevas conexiones que habían moldeado la mansión. Marcus, que se había acercado para estudiar los grabados, señaló uno en particular. "Este grabado es diferente a los demás," dijo, con los ojos llenos de curiosidad. "Parece estar conectado directamente con el corazón de la mansión. Tal vez esta marca es la clave para entender su núcleo."

Ross, aunque renuente, miró las raíces que parecían más oscuras, como si reflejaran decisiones que habían traído consecuencias negativas. "¿Esto muestra nuestras marcas también? Porque si lo hace, no quiero saber qué oscuridad he dejado atrás."

Violet respiró profundamente, sintiendo cómo el peso de las imágenes en el espejo y las inscripciones en las raíces comenzaban a conectarse con su propia memoria. "Esto es más que un reflejo de nuestras elecciones," dijo con firmeza. "Es la esencia de lo que somos. La mansión nos está mostrando que nuestras marcas, sean buenas o malas, son parte de su historia."

De repente, las imágenes en el espejo comenzaron a cambiar, mostrando una escena familiar para Violet. Era su abuela, joven, avanzando por los pasillos de la mansión con la misma llave que Violet sostenía ahora. La figura se detuvo frente a las raíces y colocó su mano sobre ellas, pronunciando palabras que se mezclaron con los susurros: "Las marcas del pasado son nuestras guías. Solo quien las acepte podrá encontrar el camino."

Marcus miró a Violet con seriedad, su voz baja pero cargada de importancia. "Tu abuela entendió lo que significaban estas marcas. Protegió esta mansión, pero también hizo sacrificios para mantener su legado. Ahora tú debes decidir cómo llevar eso contigo."

Violet mantuvo sus ojos en el espejo, sintiendo que cada reflejo que había visto hasta ahora la estaba guiando hacia una verdad inevitable. "No se trata solo de lo que mi abuela sacrificó. Se trata de lo que nosotros estamos sacrificando al estar aquí. Estas marcas nos han cambiado, y la mansión quiere que aceptemos eso."

Las raíces comenzaron a moverse, como si estuvieran vivas, y el suelo bajo sus pies tembló ligeramente. Las inscripciones en el árbol se iluminaron, proyectando palabras que llenaron el aire con claridad: "Cada marca deja una huella. El pasado no solo guía, también define. Solo quien lo acepte podrá avanzar."

Ross dejó escapar un suspiro frustrado, pero su mirada reflejaba una introspección que no había mostrado antes. "¿Aceptar estas marcas significa que estamos atrapados aquí? ¿Que siempre estaremos conectados a esta mansión?"

Marcus sacudió la cabeza lentamente, mirando al árbol con atención. "No estamos atrapados, pero estamos marcados. La mansión no nos pide que vivamos aquí, sino que entendamos lo que estas marcas significan para cada uno de nosotros. Es un legado, pero también una elección."