La mañana avanzaba lentamente, pero para Ross, el amanecer no significaba claridad. No importaba cuántas veces cerrara los ojos, cuántas veces tratara de convencer a su mente de que todo había terminado. La verdad seguía ahí.
Había pasado horas caminando, alejándose del grupo sin rumbo fijo. No era que quisiera huir de Violet o Marcus, pero algo dentro de él lo empujaba a apartarse, como si necesitara enfrentar esto solo. Las revelaciones sobre la mansión, el sacrificio que se había hecho, la marca que había quedado impresa en ellos… todo pesaba en su mente, en su pecho, en cada respiración.
Y entonces, lo sintió.
No podía explicarlo con palabras, pero era una sensación visceral, profunda. Algo lo observaba.
Se detuvo en seco, mirando a su alrededor. El bosque era tranquilo, los árboles inmóviles, el viento casi inexistente. Pero la sensación estaba allí, en su piel, en su sangre. Un eco de la mansión que, aunque invisible, aún lo seguía.
Ross apretó los puños, tratando de contener el impulso de correr. No podía seguir escapando.
—Si tienes algo que decirme —susurró al aire—, hazlo ya.
El silencio lo envolvió, pero esta vez no era un vacío. Era presencia, algo que permanecía más allá de lo tangible, más allá de lo explicable.
Y entonces, la sombra se movió.
Era apenas un destello, un cambio en la luz, pero Ross lo vio con claridad. No en el bosque, no en el suelo. Lo vio en sí mismo.
Una forma oscura, apenas perceptible, reflejada en sus propias manos, en el aire alrededor de él. No era la sombra de los árboles. Era su sombra. Pero algo en ella estaba mal. Algo en ella no pertenecía a él.
Ross sintió su corazón acelerarse. La mansión no los había dejado ir. La mansión aún tenía algo que mostrarle.
Y entonces lo entendió.
Su conexión con la mansión era más profunda de lo que había aceptado.
Los sacrificios de los que hablaron en la llama silenciosa, la verdad que habían descubierto, el núcleo de la mansión… todo estaba ligado a él de una forma que no había querido enfrentar.
Pero ahora, no tenía opción.
Si quería seguir adelante, si quería salir realmente de la oscuridad, debía enfrentarse a su propia sombra.
Debía descubrir lo que la mansión aún guardaba dentro de él.
Ross no podía moverse.
Las sombras a su alrededor parecían haberse detenido con él, como si el bosque entero estuviera expectante, esperando su reacción. Pero lo peor no era el entorno. Lo peor era la sensación de algo en su interior.
Sabía que la mansión había cambiado a Violet. Sabía que Marcus había encontrado respuestas que lo transformarían para siempre. Pero ¿por qué él? ¿Por qué sentía que su historia con la mansión no había terminado, aunque quisiera convencerse de lo contrario?
Respiró profundamente, tratando de calmarse. Su sombra seguía allí, quieta, pero algo en ella le decía que no era solo un reflejo. Era una parte de él que no estaba dispuesta a soltarlo.
—Lo que sea que quieras mostrarme, hazlo ahora. —Su voz fue firme, aunque por dentro su pulso latía con fuerza.
Y entonces, la sombra comenzó a moverse.
No con el viento, no con la luz cambiante del amanecer. Se movió por sí misma.
Ross retrocedió un paso instintivamente, pero no podía alejarse de sí mismo. Las sombras parecieron expandirse por su cuerpo, como si estuvieran absorbiéndolo lentamente, rodeándolo con una presencia que no podía ignorar.
La mansión seguía dentro de él.
Las memorias de lo que enfrentó allí no habían sido un capítulo cerrado. Había algo más. Algo que la mansión nunca les mostró por completo.
Las imágenes aparecieron en su mente, como un susurro de recuerdos que no reconocía. No eran suyos. No los había vivido antes.
Pero se sintieron reales.
Una figura de pie frente al Núcleo, con la llave en su mano.
Un sacrificio.
Un último susurro de una decisión irreversible.
"El equilibrio requiere entrega."
La voz resonó en su cabeza, no como la voz de la mansión, sino como un eco de algo más antiguo. Más profundo. Más unido a él de lo que jamás había imaginado.
Ross sintió que su cuerpo se tensaba, que su respiración se volvía pesada. ¿Por qué estaba viendo esto? ¿Por qué él, y no Violet o Marcus?
Las sombras se estabilizaron por un momento, y Ross sintió una fría certeza atravesarlo.
La mansión no solo le había mostrado la historia de un sacrificio.
La mansión le estaba mostrando que su sombra estaba conectada con aquel sacrificio.
El aire se volvió pesado a su alrededor, y por primera vez en mucho tiempo, Ross sintió miedo de lo que podía descubrir.
Ross sintió cómo el aire a su alrededor se volvía más denso, como si el mismo mundo estuviera reaccionando a lo que acababa de descubrir. Su sombra no era simplemente un reflejo. Era una extensión de algo que había quedado en la mansión, un fragmento del sacrificio que nunca había sido revelado por completo.
Su respiración estaba agitada. Cada pensamiento en su mente se volvía caótico, retorciéndose en posibilidades que nunca antes había considerado. ¿Por qué él? ¿Por qué la mansión había elegido mostrarle esto?
Las palabras en su cabeza resonaban como un eco implacable. "El equilibrio requiere entrega."
Ross tragó saliva, sintiendo cómo su propio cuerpo reaccionaba a esa frase. ¿Quién había dicho eso? ¿Era una voz del pasado o algo que la mansión aún guardaba dentro de él?
De pronto, sintió algo en su pecho. Un peso que no había estado allí antes. Algo que lo jalaba hacia el suelo, como si su misma sombra tratara de arrastrarlo al núcleo de la verdad.
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Editado: 05.05.2025