Ira. Es lo único que se siente en aquel trozo de tierra escondida, lejos de los ojos curiosos y de todo aquel que quiera encontrarlo. Tan lejano como un sueño, pero tan cerca como tu reflejo. Rodeado de criaturas tan hermosas como la risa de un bebé o el rocío en una flor. Pero no todo es lo que parece, pues esas mismas criaturas tan preciosas esconden una brutal naturaleza, con la capacidad de lograr que hasta el más temerario de los caballeros sea un cobarde.
Aun así, ese lugar conservaba risas, memorias y conmovedoras historias entre amantes, que ahora solo son susurros en el viento, reemplazados por los gritos desgarradores de madres buscando a sus hijos y lamentaciones de aquellos que están arrepentidos por sus acciones. Pensando que tendrían una eternidad para disculparse, pero sabiendo ahora; que solo quedaban segundos para despedirse, confiesan todo lo que con palabras no lograron. Porque aunque aquel lugar fuera en el que muchos crecieron y otros se refugiaron, ahora está reducido a escombros, con los cuerpos de amigos, padres y niños esparcidos, piedras quebradas, familias separadas, corazones desgarrados y casas consumidas en las llamas y el desespero. Y que aunque el cielo esté nublado, lleno de cenizas de sus hogares y seres queridos, lloran; en parte con su sufrimiento y en parte de esperanza porque al menos su sacrificio valió la pena asegurandose que tendrían un legado y un ajuste de cuentas seguro, con aquellos que por tanto tiempo los atormentaron.
A lo lejos, más allá de los pinos silvestres de hojas rojas como la sangre, se alzaban los robles centenarios de troncos oscuros y hojas doradas. Bajo ellos, reinaba una paz inquietante que ningún animal o espíritu osaba romper, pues sabían que en lo profundo de un lago helado se ocultaba un secreto terrible. Siendo de ese modo lo único que rompia tal silencio una respiracion agitada y tan apresurada como sus pasos, alejandose y dejando atras todo lo que para una madre es su mundo, dejando a merced del destino y del lago el bienestar de su niña.
Se decía que el hielo se alimentaba de los lamentos, las súplicas y los sentimientos arrolladores que rondaban} en el bosque, de los mortales que intentaron sobrepasar sus límites y fallaron en su débil intento.
Allí se encontraba ella, una criatura única, mortal pero no del todo humana, congelada en el interior de sus infinitos cristales que se partían en bellos copos. Parecía un escudo que la protegía o quizás una cadena que la ataba a la quietud de las aguas, hasta que el caos que se libraba en ese momento menguara.
Por supuesto, la joven de cabellos negros como la noche, con sus característicos ojos plateados resguardados bajo una piel tersa y espesas pestañas que escondían un ser pícaro y curioso, hambriento de conocer el mundo, ignoraba el desastre que había a su alrededor y seguiría así hasta que el mundo se calmara lo suficiente para creer que abría prosperidad dutante un largo tiempo.
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Hola
Solo espero que les guste y puedan sentir aquello que transmito en palabras soy nueva en esto y tambien soy estudiante asi que pido paciencia si demoro en subir capitulos. Y nada mas disfruten:)
Y comenten me gusta saber que piensan
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Editado: 31.03.2024