Sombras del destino

Prologo

Encuentro del destino:

En este mundo, cada persona nacía con una marca invisible que revelaba el nombre de su alma destinada al primer contacto físico. Sin embargo, en el violento universo de la mafia, pocos creían en el amor predestinado, y menos aún tenían tiempo para buscarlo.

La lluvia caía con fuerza sobre las calles adoquinadas de moscú, creando charcos que reflejaban las luces neón de los bares y clubes nocturnos. En un callejón estrecho, el sonido de pasos apresurados resonaba entre las paredes de ladrillo húmedo.

Irina "La Sombra" Romanova, una de las sicarias más letales del cartel de los Krov , avanzaba con determinación, su silueta apenas visible bajo la capucha negra que cubría su rostro.

A pocos metros de distancia, Nikolai "El Lobo" Volkov, líder de la familia rival, los Volchya, observaba cada movimiento de Irina desde las sombras. Sus ojos grises con destello oscuros, brillaban con intensidad mientras evaluaba a su enemiga, consciente de que cualquier error podría ser fatal.

Irina se detuvo frente a una puerta de metal oxidado, sacando una pistola con silenciador de su cinturón. Antes de que pudiera entrar, una mano fuerte la agarró por el hombro, obligándola a girar bruscamente. Sus ojos ámbar se encontraron con los de Nikolai, y en ese instante, ambos sintieron un calor intenso en la piel.

Nikolai soltó a Irina, y ambos miraron con asombro cómo, en sus antebrazos, aparecían letras que se formaban lentamente: "Nikolai Volkov" en la piel de Irina y "Irina Romanova" en la de Nikolai.

—Esto no puede estar pasando —murmuró Irina, retrocediendo con la pistola aún en mano, observando su brazos con asombro y a la vez un profundo odio y asco.

—Parece que el destino tiene un retorcido sentido del humor —respondió Nikolai, esbozando una sonrisa sádica.

—Lo dice la maldita escoria de los volchya o debería decir su líder ahora, un maldito bastardo despreciable.—respondio Irina, esbozando una mirada venenosa que podría matar a cualquiera que la observará por demasiado tiempo.

—Tu tampoco eres inocente—respondio Nikolai esbozando una sonrisa siniestra—Quien en el bajo mundo no conocen a la perra loca de los krov, una huérfana que fue criada con el único propósito de acatar órdenes—Respondio Nikolai con una voz baja y profunda.

Antes de que Irina pudiera responder se oyeron las sirenas de la policía. El sonido de sirenas policiales interrumpió el momento tenso entre ambos.

Ambos sabían que quedarse allí no era una opción.

—Tenemos que irnos, la policía está cerca—dijo Nikolai, guardando su arma.

—¿"Tenemos"? —replicó Irina con recelo en su voz.

—Nos guste o no, ahora estamos vinculados. Y si la policía nos atrapa juntos, será el fin para ambos.

Irina dudó por un instante, pero sabía que tenía razón. Con un suspiro de resignación, asintió y ambos corrieron por el callejón, desapareciendo en la oscuridad mientras las sirenas se acercaban.

Mientras se adentraban en el laberinto de calles de Moscú, una ciudad conocida por su actividad criminal y la presencia de diversas organizaciones mafiosas, Irina no podía dejar de pensar en la ironia de su situación.

El destino la había unido a su peor enemigo, y ahora, en medio de una guerra entre mafias, tendrían que descubrir qué significaba realmente esa conexión.

¿Que pasará con dos enemigos de bandos opuestos?

¿Sucumbiran a la conexión que los une?

¿Romperán el vínculo que decido unirlos?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.