Capítulo 16 – Nieve Roja
Desde el punto de vista dual
La nieve caía en silencio sobre la ciudad, amortiguando los sonidos del mundo como un velo de muerte.
En lo alto de una azotea, dos sombras se enfrentaban bajo la luz pálida de la luna.
Irina Romanova tenía el dedo sobre el gatillo. Nikolai Volkov, de brazos cruzados, observaba sin temor, el rostro parcialmente oculto por su abrigo oscuro. La tensión era un nudo invisible entre ambos.
—Dijiste que no me seguirías —escupió ella, el viento levantando mechones húmedos de su cabello—. ¿Qué haces aquí, Volkov?
—¿No es obvio? —respondió él con tono seco—. Quería ver si sobrevivías al infierno que soltaste.
—No me necesitas para eso —respondió ella, apuntándolo sin dudar—. ¿Viniste a matarme o a burlarte?
Nikolai avanzó un paso. El arma no se movió.
—¿Por qué no ambas?
Irina apretó la mandíbula, el gatillo cediendo apenas. Pero no disparó.
—Juegas con fuego.
—Y tú eres el fuego, Irina —dijo con una media sonrisa.—Pero aún no decido si quiero apagarte… o quemarme contigo.
La frase la descolocó un segundo. Solo un segundo. El tiempo justo para que Nikolai se acercara otro paso.
—Aléjate —susurró ella, tensa como una cuerda al borde del quiebre.
—¿Por qué? ¿Porque tienes miedo de lo que vas a hacer? ¿O de lo que quieres hacer?
—Tú no sabes nada de lo que yo quiero.
Nikolai ladeó la cabeza, los copos acumulándose en sus pestañas oscuras.
—Sé que alguien te quiere muerta. Sé que tú lo sabes también. Y sé que ese alguien no soy yo.
—¿Y por qué te importa?
—Porque sólo yo tengo derecho a matarte.
Irina lo miró, entre furia e incredulidad. Su dedo seguía firme, pero su corazón se desbocaba.
—Eres un hijo de puta.
—Y tú, una sombra con nombre. Siempre huyendo. Siempre a punto de disparar.
Ella bajó el arma, no por confianza, sino porque el temblor en su pecho era más fuerte que la amenaza.
—¿Y si disparo ahora?
—Tendrás que vivir sabiendo que el único que te entendía ya no está.
Un silencio. Una respiración compartida. El filo del deseo escondido bajo la amenaza de la muerte. Sus miradas no se rompieron.
Y entonces… ruido.
Un chasquido metálico. Una sombra fugaz.
—¡Abajo! —gritó Nikolai, lanzándose hacia ella justo cuando un disparo rompía el aire helado.
Rodaron entre la nieve. Irina se separó de inmediato, deslizándose tras una columna metálica. Nikolai se cubrió detrás de una caja de ventilación oxidada.
—¡Nos están cazando! —gritó ella.
—Y tú pensabas que era yo el problema —respondió él, disparando.
Siluetas negras surgieron entre las estructuras, rápidas, silenciosas, armadas.
Irina eliminó a uno con un tiro certero.
Otro cayó bajo la cuchilla de Nikolai. Se movían como predadores sincronizados, espalda con espalda, como si el instinto los guiara más allá del rencor.
—¡Cuatro más al este! —alertó Nikolai.
—¡Cúbreme! —rugió Irina, saltando de su posición. El viento aullaba, mezclado con el silbido de las balas.
En pocos minutos, la nieve se tiñó de rojo. Uno a uno, los atacantes caían.
Hasta que el silencio volvió. Solo quedaban ellos… jadeantes, manchados de sangre, con la ciudad extendiéndose en sombras a sus pies.
—Esto no fue una advertencia —dijo Irina, respirando con dificultad—. Fue una ejecución fallida.
—¿Y crees que fue Arkadi?
—Lo sospecho desde que le vi los ojos... vacíos. Como si ya me hubiera enterrado.
Nikolai la observó en silencio.
—Entonces tenemos un enemigo en común.
Ella lo miró, desafiante.
—Eso no significa que seamos aliados.
—Tampoco enemigos.
Un paso. La distancia entre ellos era mínima. El deseo y la desconfianza se entrelazaban como serpientes.
—No me sigas, Volkov.
—No prometo nada.
—No quiero deberte nada —susurró.
—No me debes nada. Excepto tu vida. Dos veces.
Ella rió, seca.
—No empieces a contar.
—Nunca dejo cosas a medias, Irina.
El viento sopló fuerte. Los copos danzaban alrededor de sus figuras como cenizas de una guerra futura.
No se tocaron. No se besaron.
Pero en esa azotea, algo había cambiado.
Algo que ni la nieve podría enterrar.
"Maratón de capitulos estare subiendo 1 o más capitulo que 2 dias"💗💞
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Editado: 26.06.2025