Capítulo 19: El Ojo en la Tormenta
Punto de vista: ?
La nieve caía con lentitud fantasmal sobre los tejados de Moscú, cubriendo la ciudad con un manto blanco que absorbía el sonido. Silencio. Belleza gélida. Un entorno perfecto para cazar.
Desde la cúspide de un rascacielos abandonado. Una figura oscura observaba el panorama. Su figura permanecía inmóvil bajo una capa térmica negra, el rostro cubierto por una máscara de polímero con lentes adaptativos. No necesitaba moverse para sentir el pulso de la ciudad; lo sentía vibrar a través de la tecnología que portaba, en los canales encriptados que monitoreaba, y en el ritmo irregular de los corazones que palpitaban dentro del viejo edificio industrial frente a él.
—Ahí están —susurró, su voz distorsionada por el modulador de frecuencia—. La Sombra y el Lobo… juntos.
Ajustó el visor. Irina Romanova, con el cabello empapado, el rostro endurecido por la furia, descargaba su arma con precisión letal. Nikolai Volkov, cubriéndole la retaguardia, se movía como una bestia acorralada, poderosa, imparable.
El Observador se permitió una sonrisa bajo la máscara.
—Arkadi, siempre tan impaciente… pensaste que eliminarla resolvería tu problema. Pero los problemas que respiran fuego y caminan en la nieve no mueren tan fácilmente.
Activó un canal seguro. Un ícono rojo parpadeó en su pantalla.
—Contacto con el nivel Alfa —dijo. Su tono cambió a un respeto helado—. Objetivos primarios están vivos. El vínculo está creciendo. La tensión emocional está en punto de ignición.
Una voz respondió. Firme. Inapelable.
—¿Y Arkadi?
—Está perdiendo el control. No lo sabe, pero su tiempo se acaba. El juego ha cambiado.
—¿Y la Sombra?
—Está despertando —dijo el Observador con una chispa casi reverente—. Empieza a ver los hilos. Pronto dejará de ser una pieza... para convertirse en jugadora.
Silencio en el canal. Luego, la voz volvió con una orden:
—Desestabiliza. Divide. No deben confiar el uno en el otro. Si se alían antes de tiempo, todo se derrumbará.
—Entendido —respondió, cerrando la conexión.
Bajó la vista de nuevo al refugio. Las luces parpadeaban. Un cuerpo cayó por una ventana. Irina y Nikolai se desplazaban, cubriéndose mutuamente mientras salían del edificio en ruinas.
—Tan predecibles. Tan humanos.
Y sin embargo…
Algo le incomodaba. Esa chispa entre ellos. Esa energía peligrosa que ni siquiera los protocolos podían medir. Había visto vínculos forjarse antes. Algunos terminaban en sangre. Otros, en traición. Pero este… este vínculo era distinto.
No se trataba sólo de destino.
Era una amenaza al equilibrio del sistema.
Una grieta en el orden.
—Veremos cuánto aguantan —murmuró. Luego se volvió, caminando hacia una estructura oculta detrás del tejado. Dentro, múltiples pantallas mostraban grabaciones, registros de voz, fotografías. Arkadi, Igor, los Volchya, los Krov, todos fichados. Y al centro, dos imágenes proyectadas lado a lado: Irina y Nikolai.
Debajo, una palabra:
EXCEPCIONES.
El Observador apagó las luces.
—Comienza la segunda fase.
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Editado: 26.06.2025