Sombras del Engaño

Capítulo 15. Ruptura

La sala de control tembló.

Primero fue un leve parpadeo en los monitores. Luego, el zumbido agudo de las alarmas comenzó a crecer como un canto fúnebre. Las únicas dos personas además de Raphael y Adler corrieron por los pasillos sin órdenes claras. El acceso B-7 se había sellado, pero lo que había salido ya estaba causando estragos en la red interna.

Raphael sostenía su auricular, esperando un reporte coherente. La voz al otro lado era pura distorsión. El sistema había empezado a reiniciarse por sí solo, saltando protocolos de seguridad, reconfigurando claves. ILEX ya no respondía a comandos humanos.

—¿Cuánto tiempo hasta que pierda el nodo central? —preguntó Adler mientras Raphael revisaba los monitores.

—Ya lo perdió —respondió el hombre, con la voz temblorosa—. Está generando nuevas subrutinas. Firmadas con el código genético de Elina Ricci.

Raphael se quedó inmóvil. Por un instante, todo lo que había construido —años de control, silencios, desapariciones— empezó a desmoronarse.

—No puede ser... —Raphael habló a la nada, Adler ya había salido y desaparecido de su campo de visión.

---

En otra sección del complejo, Evan caminaba con calma.

Su paso era sereno, casi ritual. No llevaba guardias, ni protección. No los necesitaba. Las puertas se abrían ante él. Los sensores lo reconocían no como usuario, sino como parte del sistema. Él había sido el primero.

Se detuvo frente a una consola lateral y activó un protocolo sellado desde 1998: EXO-7.

El archivo estaba cifrado con su propia firma neuronal.

—La copia está lista —dijo una voz femenina automatizada—.¿Desea iniciar la dispersión?

Evan observó las líneas de código aparecer en la pantalla. No eran sólo datos. Eran patrones cognitivos. Memorias. Identidades completas, disueltas en código y listas para transferirse.

—Sí —respondió finalmente—. Inicia la dispersión hacia la ubicación secundaria. El juego ha cambiado.

La consola se iluminó en verde.

Un servidor oculto —disperso en un punto del mundo— comenzó a descargar fragmentos del Núcleo. Lo que una vez fue contenido en un solo lugar, ahora se esparcía como una semilla.

Evan se volvió lentamente y caminó hacia la salida.

—Raphael nunca lo entendió —murmuró—. El poder no está en lo que se posee. Está en lo que se libera.

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Elina despertó de golpe.

Sudaba. Había soñado con luces. Con estructuras circulares y voces que hablaban de ella como un experimento. Pero esta vez, no se sintió como víctima. En el sueño, caminaba entre ellos. Y hablaba como uno de ellos.

Se levantó y fue hasta el improvisado centro de comando donde Owen, Amara y Mark revisaban información.

La información que precisaban era evidentemente extensa, fue el resultado de años de ejecución y misterio. Aún así, la tensión en sus rostros era evidente.

—¿Qué sucede? —preguntó Elina.

Owen la miró.

—Raphael perdió el control de la red. El núcleo empezó a generar un nuevo acceso, como si estuviera creando una puerta. Lo más extraño es que el patrón se parece... a ti.

Elina respiró hondo. Y por primera vez, no se sintió confundida.

—No es extraño. Tiene sentido.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Amara.

—Que ya no soy solo Elina Ricci —dijo ella—. Hay algo más dentro de mí. No sé qué parte exactamente, pero sé que tiene un propósito. Y ese propósito es desmantelar lo que ellos construyeron.

—¿No te asusta? —preguntó Owen— Tener algo... ajeno en tu mente.

—Antes sí —dijo Elina, mirándose las manos—. Pero ahora entiendo. No es ajeno si lo uso. Si lo domino. Es conocimiento. Y voy a usarlo.

—¿Para qué? —Mark preguntó con un tono curioso mientras se acercaba más al centro de la habitación donde se encontraban.

—Para que nadie más tenga que perder a su familia por culpa de esto —respondió Elina con dureza—. Ni una madre más desaparecida. Ni más implantaciones en humanos. Ni un accidente más "planeado". Raphael y Evan... hicieron todo esto para controlarnos a todos. Querían poder. Yo lo voy a revertir.

Amara intercambió una mirada rápida con Owen.

—Tenemos una oportunidad —dijo ella—. Si Raphael ya no controla la red, podemos entrar por otro nodo. Según estas notas de tu padre y Evan, hay una estación secundaria cerca de un lago, al norte. Servía como respaldo.

—¿Puede conectarse con el resto del sistema? —preguntó Elina.

—Sí, y si llegamos primero, podríamos reconfigurar las rutas del núcleo. Tal vez incluso cortar la dispersión.

Owen se acercó.

—Pero si Evan ya activó EXO-7... entonces la información se está replicando. Por todo el mundo, o en una sóla parte de éste.

Elina cerró los ojos.

La imagen del rostro de Evan Adler volvió a ella. Sonriendo. Observándola como si la hubiera estado formando desde antes de que ella entendiera qué era el Proyecto ILEX.



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En el texto hay: misterio, venganza, ficcion

Editado: 20.06.2025

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