Sombras Del Pasado

El peso del Pasado

Capítulo 1: El Despertar del Recuerdo

El sol se asomaba tímidamente sobre las colinas, bañando el tranquilo pueblo de Willowbrook con una luz dorada que se filtraba entre las hojas de los árboles. En una de las casas más antiguas del pueblo, Sarah Collins se despertaba lentamente, sintiendo el peso de una noche agitada sobre sus hombros. Se levantó de la cama con un suspiro y se dirigió hacia la ventana, observando el paisaje familiar que se extendía ante ella.

Mientras tanto, en la cocina, el aroma del café recién hecho llenaba el aire cuando David, el esposo de Sarah, preparaba el desayuno. El chirrido de la cafetera se mezclaba con el sonido de los pájaros que cantaban afuera, creando una atmósfera serena y acogedora.

Sarah se unió a él en la cocina, con una mirada preocupada en su rostro. “¿Has tenido alguna pesadilla esta noche?”, preguntó David, notando la expresión sombría de su esposa.

Ella asintió lentamente, incapaz de apartar de su mente las imágenes inquietantes que habían invadido sus sueños. “Es el mismo sueño una y otra vez”, murmuró. “Siempre estoy en el bosque, persiguiendo algo que nunca puedo alcanzar.”

David le ofreció una sonrisa tranquilizadora y le tomó la mano con ternura. “Son solo sueños, cariño. No dejes que te afecten tanto.”

Sin embargo, Sarah sabía que había algo más en esos sueños, algo que se escapaba a su comprensión. Se prometió a sí misma investigar más a fondo, buscar respuestas a las preguntas que la atormentaban.

Después del desayuno, Sarah se despidió de David y salió a dar un paseo por el pueblo. Mientras caminaba por las calles empedradas, las sombras de los árboles parecían susurrarle secretos olvidados, despertando en ella una sensación de inquietud.

De repente, una voz la sacó de sus pensamientos. “Sarah, ¿estás bien?”

Era Emily, una vieja amiga de la infancia que ahora trabajaba en la librería del pueblo. Sarah forzó una sonrisa y asintió. “Sí, estoy bien. Solo un poco distraída, supongo.”

Emily le lanzó una mirada escéptica pero decidió no presionarla más. En cambio, cambió de tema y comenzó a hablar sobre los últimos chismes del pueblo, intentando distraer a Sarah de sus preocupaciones.

Sin embargo, mientras continuaba su paseo por el pueblo, Sarah no podía quitarse de la cabeza la sensación de que algo oscuro y desconocido se estaba gestando en las sombras del pasado. Y estaba decidida a descubrir la verdad, sin importar las consecuencias.

 

Capítulo 2: Entre Sombras y Susurros

Las calles de Willowbrook parecían envueltas en un manto de silencio cuando Sarah regresó a casa, pero su mente seguía llena de inquietud. Mientras preparaba el almuerzo, el sonido de la lluvia golpeando suavemente contra las ventanas solo servía para aumentar su sensación de opresión.

David notó la preocupación en el rostro de Sarah y decidió abordar el tema directamente. “¿Qué te está molestando, Sarah?”, preguntó mientras se sentaban a la mesa del comedor.

Ella jugueteó con su tenedor, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. “Es solo que… siento que hay algo más, algo que estoy olvidando o reprimiendo. Los sueños que he estado teniendo, las sombras en el bosque… hay algo más en juego aquí, pero no puedo poner el dedo en ello.”

David la miró con preocupación, sintiendo el peso de su angustia. “¿Crees que deberíamos hablar con alguien sobre esto? Tal vez un terapeuta podría ayudarte a desentrañar lo que está sucediendo en tu mente.”

Sarah sacudió la cabeza con determinación. “No, no creo que sea necesario. Puedo resolver esto por mí misma, solo necesito un poco más de tiempo.”

Aunque David no estaba completamente convencido, decidió respetar la decisión de Sarah y la abrazó con cariño. “Estoy aquí para ti, Sarah, pase lo que pase. Si necesitas hablar o simplemente un hombro en el que apoyarte, estoy aquí.”

Esa noche, mientras Sarah se sumergía en un sueño inquieto, una presencia oscura se deslizaba por los oscuros callejones de Willowbrook, susurrando secretos olvidados y sembrando el miedo en el corazón de sus habitantes. Y en la penumbra de la noche, las sombras del pasado se alzaban una vez más, listas para reclamar lo que les pertenecía.

 

Capítulo 3: Encuentros en la Penumbra

La mañana siguiente amaneció envuelta en una bruma espesa que parecía envolver todo el pueblo de Willowbrook en un abrazo gélido. Sarah salió de casa temprano, decidida a despejar su mente dando un paseo por el bosque cercano, ignorando las advertencias no dichas que le decían que era mejor quedarse en casa.

Mientras caminaba entre los árboles cubiertos de musgo, una sensación de intranquilidad la invadió, como si estuviera siendo observada por ojos invisibles que la seguían en la oscuridad. Trató de sacudirse la sensación, pero persistía, aumentando su nerviosismo con cada paso.

De repente, un crujido en la maleza la hizo detenerse en seco, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. “¿Hay alguien ahí?”, llamó, su voz apenas un susurro en la densa niebla que la rodeaba.

No hubo respuesta, pero la sensación de ser observada persistió, intensificándose con cada segundo que pasaba. Con el corazón en la boca, Sarah dio media vuelta y comenzó a retroceder lentamente por el sendero, con la sensación de que algo oscuro y malévolo la seguía de cerca.

Fue entonces cuando lo vio: una figura borrosa entre los árboles, apenas visible a través de la niebla. “¿Quién está ahí?”, preguntó Sarah, tratando de mantener la calma a pesar de la creciente sensación de peligro que la invadía.

La figura se acercó lentamente, revelando una silueta familiar que Sarah reconoció al instante. “Emily, eres tú”, exhaló con alivio, relajándose un poco al ver a su amiga.

Emily emergió de la niebla con una sonrisa nerviosa en el rostro. “Lo siento, no quería asustarte”, dijo. “Solo estaba dando un paseo y pensé que te encontraría aquí.”




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