Sombras del Pasado

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Con rapidez, agarré mi bolso y metí todo lo que necesitaba en su interior: mi portátil, algunas hojas y una pluma para escribir.

Tomé una de las tostadas que dejé sobre un plato y la sujeté con mis dientes mientras arreglaba mi ropa.

Hoy yo era todo un desastre.

—¿Todo listo?

Ella asintió y yo sujeté su mano para salir de casa.

Estaba apurada, eso he de admitirlo, era mi primer día de trabajo en una nueva ciudad y tenía los nervios a flor de piel.

Salimos de casa casi corriendo y para mi suerte, llegué a mi primer destino sin un minuto de retraso.

La mujer que estaba de turno salió para recibirnos con una cálida sonrisa. 

—Hoy estoy algo ocupada y probablemente saldré tarde del trabajo. Llamaré a mi amiga Kate cuando la jornada termine para que venga —le informé a la mujer con una sonrisa y ella comprendió.

Emocionada por lo que el día me depararía, me despedí y llamé a un taxi para llegar más rápido a mi nuevo trabajo.

Le indiqué la dirección al conductor y busqué en mi móvil el número de mi mejor amiga.

Nyx [8:47:03] Ya estoy de camino. Solo serán unos minutos, te pagaré por ello, Kate.

Kate <3 [8:48:23] ¿Estás loca?. No necesito que me pagues. Por mi mejor, me gusta ayudarte con eso, y además así no tengo que aguantar a Kyle por un rato. Estos días está insoportable, no sé que le pasa.

Nyx [8:49:14] Deberías hablar con él entonces, ya sabes, arreglarlo entre los dos.

Kate <3 [8:49:51] Eso hice la otra vez y le di un ultimátum, espero que esta vez comprenda.

Kate <3 [8:50:20] Mejor cambiar de tema, voy a enojarme si seguimos hablando de eso. Espero que te vaya muy bien hoy en tu trabajo. Besitos cielo, nos vemos en la tarde. ¡¡¡Hoy hay pijamada en tu casa!!! Estás invitada.

Con una sonrisa por el mensaje de Kate, apagué la pantalla del móvil justo cuando llegué al enorme edificio.

El hombre en la recepción me atendió con una expresión amargada, lo cual contrastaba radicalmente con mi amplia sonrisa de oreja a oreja.

—¿Señorita Nyx West? —asentí y el hombre me entregó mi credencial de trabajo—. La están esperando en el segundo piso, primer puerta a la derecha.

Continuó tecleando en su portátil y parecía no tener intenciones de brindarme más información, por lo que me apresuré para llegar al ascensor antes de que se cerrara las puertas.

—Bienvenida —me saludó una de las empleadas cuando llegué a donde el recepcionista me había indicado—, le daremos las instrucciones en unos minutos, por favor tome asiento.

Agradecí y saqué de mi bolso un espejo para revisar si lucía presentable para mi primer día.

—¡Oh, tu debes ser Nyx! —la voz emocionada de esa persona me llamó la atención—. Un gusto conocerte querida, me presento, soy la persona que te va a ayudar a que este trabajo sea pan comido, soy Isabel —la mujer de unos cincuenta años extendió su mano y la estreché con cuidado—. Es un gusto que estés aquí.

—Digo lo mismo, un placer conocerla.

—Háblame de "tú", querida, me siento muy mayor si no lo haces.

Bueno, acabo de tener algo parecido a un déjà vu cuando dijo eso.

 —Por supuesto.

—Te mostraré el lugar, después a tus compañeros y por último tu sitio de trabajo.

Dicho esto comenzó a hablar y hablar sobre cómo se construyó el edificio y cómo la dueña, —alias, nuestra jefa— logró obtener este gran espacio para fundar su propio centro de bienestar y salón de belleza o como a ella le gustaba llamarlo, una producción de moda y estética.

Me habló sobre las tareas que debía realizar y que no, presté atención a sus advertencias y sus consejos que seguramente me resultarían útiles en algún momento.

—Este es Jhon, el encargado en cuidados y enfermedades para la piel —los dos nos saludamos y parecía que yo era la más joven de aquí.

—No dudes en llamarme si necesitas algo mientras te adaptas aquí —dijo mi nuevo compañero, agradecí y me impresionó cómo se veía, aparte de ser alto y con la piel morena, llevaba un traje gris, algo elegante que brillaba un poco. 

Definitivamente aquí importaba demasiado la apariencia también y agradecí que Kate me haya convencido de comprar ropa nueva hace un mes.

—Esta es Gigi, se encarga del asesoramiento de estilo para los clientes VIP, consultora de imagen y la personal shopper exclusiva de algunas personas. También podrás pedirle consejos a ella si lo necesitas.

—Hola —su voz era dulce, aunque un poco aguda—, creo que nos llevaremos bien. También puedo ser tu consultora de imagen si necesitas algún día. 

Todos me cayeron muy bien y sentí un gran entorno de trabajo, definitivamente había hecho bien en aplicar a este lugar.

—Bueno, ahora que quedó claro que yo soy la persona más vieja aquí, es hora de trabajar.

Todos reímos e Isabel me llevó a mi lugar, un gran espejo estaba frente a mí y me sorprendí por la cantidad de brochas para maquillaje que estaban guardadas en los cajones, los productos y máquinas para el cabello también estaban perfectamente organizados y por poco me coloco a saltar de la emoción por estar aquí.

—En una media hora llegará tu primer cliente, el punto de esto es cumplir sus expectativas, haz lo que ellos deseen y si quieres experimentar, primero avísales para que te den su aprobación. Puedes ir acoplándote a tu nuevo espacio. Suerte, vendré más tarde.

Isabel se fue caminando con elegancia hacia su puesto y yo recorrí el lugar con mis ojos. Casi todo era de color blanco y beige, las paredes, muebles, los marcos de los espejos y eso hacía que el lugar se viera elegante, además de espacioso.

Mi lugar estaba muy bien organizado y esperaba poder mantenerlo así por el resto de mi estadía aquí.

Escuché unos pasos acercarse a mí y observé a Gigi a mi lado.

—¿Tienes problemas ubicando las cosas?

—Algo, creo que tardaré un poco en acostumbrarme.




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