Sombras del Pasado

12

Asher.

Hoy no era el mejor día de todos, me había despertado pensando en cosas sin sentido y con un humor pésimo.

Durante el camino hacia aquí pensé en invitar a Nyx al café que le prometí hace cuatro días, pero como no habíamos hablado nada desde nuestro encuentro, me pareció que podría haber sido algo extraño.

En la oficina, me encontraba revisando unos cuantos documentos.

Dios, necesitaba unas vacaciones cuanto antes.

Tocaron un par de veces la puerta y le di el pase a la persona que se encontraba al otro lado de esta, para mi sorpresa y confusión, era Melissa.

—¿Estás ocupado? —preguntó sin despegar su hombro de la puerta.

Desvié la mirada de ella, ubicándola en mi computador, esperando que entendiera que no estaba de humor, menos con ella.

—¿Necesitas algo?

—No, solo quería hablar contigo.

—Bien, entonces hablemos.

Su sonrisa se ensanchó, lo que me hizo fruncir el ceño.

—Lo que sea que tengas que decir, que sea rápido —le dije con un tono más frío de lo que pretendía.

Melissa pareció no notar mi actitud y se acercó a mi escritorio.

—¿Sabes? Deberíamos hablar de aquellas fotos.

—Ya están borradas —dijo ella, a modo de defensa.

—Pero no puedo permitir que algo así vuelva a pasar, lo sabes.

—Oye, esas solo eran unas fotos con otro chico, no es mi culpa que hayan malinterpretado quién era.

Sus palabras solo aumentaron mi frustración. Aquellas fotos habían sido un recordatorio de la falta de respeto y de los límites trazados en nuestro trabajo.

—No se trata de eso, Melissa. Simplemente necesito que respetemos el espacio que hemos establecido entre nosotros. No quiero generar confusiones, tampoco quiero que tú te hagas ilusiones por algo que es obvio no va a pasar.

Ella asintió lentamente y se quedó mirándome, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos. El silencio se alargó antes de que finalmente suspirara.

—Lo siento si te hice sentir incómodo. No era mi intención.

Suspiré, sintiendo una mezcla de frustración y comprensión. No quería ser grosero, pero tampoco quería darle falsas esperanzas.

Ella asintió de nuevo, aunque su mirada no mostraba ninguna señal de rendirse por completo y eso solo confirmó mi teoría cuando se acercó más a mi puesto.

—Podría ser algo que mantengamos en secreto —dijo Melissa, sentándose en mi mesa, hablando en un tono suave, y se inclinó ligeramente sobre mi escritorio, como si estuviera tratando de tener una conversación más confidencial.

No podía creer lo que estaba escuchando. Esta mujer era imposible, estaba loca.

 Tomé una respiración profunda, tratando de mantener la calma a pesar de la creciente incomodidad.

—Asher, solo piénsalo. No estamos haciendo daño a nadie. Podemos mantener esto bajo control.

No pude evitar sentir que Melissa estaba tratando de manipular la situación a su favor. Mi paciencia se estaba agotando, y sabía que tenía que poner un límite claro a esto, a ella.

—Melissa, esto no es apropiado en un lugar de trabajo. Te pido que respetes mi decisión y te vayas. Ahora. 

—Entendido, Asher. Lo dejo aquí —dijo Melissa, aunque su tono parecía resignado, su mirada aún era intensa.

Asentí, agradecido de que finalmente pareciera que habíamos llegado a un entendimiento. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, Melissa se inclinó hacia adelante y me besó.

Mis ojos se abrieron de par en par en shock, incapaz de reaccionar de inmediato.

Ella se apartó apenas unos centímetros, cuando la puerta se escuchó abrirse de nuevo.

Solo que hubiese deseado que fuera otra persona quien miró la escena.

—Eeh, yo solo... Venía a dejar unas cosas... Pero creo que volveré más tarde.

—Nyx —no, no, no. Esto no podía estar pasando.

Mi mente se movió a toda velocidad, tratando de encontrar una manera de explicar lo que había sucedido. Nyx estaba parada allí, con una expresión que era una mezcla de sorpresa, confusión y, posiblemente, tristeza, aunque no estaba seguro de eso último.

—Nyx, esto no es... —comencé a decir, mi voz sonaba apresurada y desesperada.

Ella me miró con un ceño fruncido, su mirada saltando entre Melissa y yo.

—No tienes que darme explicaciones sobre lo que haces, Harper. Eres adulto, además... Estás soltero.

Las palabras de Nyx resonaron en el aire, y su expresión era difícil de descifrar. Parecía haber tomado una decisión, y aunque su voz sonaba tranquila, podía percibir una ligera nota de decepción.

La tensión en la habitación era palpable, y mi mente estaba trabajando a toda velocidad para intentar resolver esta situación que se había salido completamente de control.

—Nyx, esto no es lo que parece, en serio. Melissa y yo solo estábamos discutiendo, no...

—Yo también quiero discutir así —susurró, aunque solo parecía haber pensado en voz alta. 

Mis palabras quedaron suspendidas en el aire cuando vi la mirada de Nyx moverse de mí a Melissa y luego de nuevo a mí. Su expresión cambió de una forma que no pude entender del todo.

—No es asunto mío, Asher. No tengo por qué juzgar tus acciones —dijo Nyx con calma, y luego se dio la vuelta—. Regresaré después.

Antes de que pudiera decir algo más, Nyx se alejó, dejándome atónito y confundido. Melissa también parecía desconcertada por la reacción de Nyx.

Mi sorpresa se mezcló con una mezcla de enojo y frustración por lo que había pasado. Mi voz salió más dura de lo que pretendía.

—Vete. Largo, Melissa, ¡Ahora!

Se asustó un poco por la fuerza de mi voz, pero ella pareció entender la seriedad en mi tono y se apresuró a salir de la oficina sin decir una palabra más. Suspiré profundamente y pasé una mano por mi cabello, sintiendo la tensión en mis hombros.

La situación se había salido completamente de control, y ahora tenía que enfrentar las consecuencias de todo esto y de la manera en que las cosas habían sucedido.




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