Sombras del Pasado

16

No hubo nada más que silencio durante unos minutos.

—¿T-tu hija?

Asentí.

—Si es así, ¿Por qué mentiste, diciendo que era tu sobrina?

Las lágrimas llenaron mis ojos mientras intentaba responder.

—Porque tenía miedo, Asher. Miedo de que te alejaras de mí, de que me rechazaras, de que la rechazaras a ella... Tenía miedo de perderlo todo.

Asher me miró con comprensión en sus ojos, pero también con sorpresa. Lo que había compartido era una bomba para ambos y yo no estaba en todos mis sentidos aún.

—Nyx, sé que has pasado por momentos difíciles, y entiendo por qué sentías la necesidad de ocultarlo. Pero, ¿por qué no me lo dijiste antes? Esto no es malo, Callie es maravillosa, nunca la tomaría como un problema.

Mis lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas, y apreté los puños.

—Lo sé. Fue un error.

El silencio en la habitación era casi ensordecedor. Las lágrimas seguían fluyendo por mis mejillas mientras luchaba por reunir el valor necesario para contarle a Asher la verdad completa.

—Solo que, Asher, hay algo más... Callie, ella...

Empecé a temblar, el alcohol sería la solución para este secreto.

—Ella es nuestra hija, es... es de los dos. Hace tres años, en ese encuentro que tuvimos aquella noche, quedé embarazada.

Sus ojos, que normalmente eran tan seguros y amorosos cuando me miraba, ahora expresaban una mezcla de sorpresa, afecto y asombro.

La sorpresa en los ojos de Asher se convirtió en algo de nostalgia, aunque aún parecía procesar la magnitud de lo que le acababa de contar.

Sus cejas se alzaron en ese mismo momento, sus labios se entreabrieron, y sus ojos parecían más brillantes que nunca. Era evidente que estaba experimentando una oleada de emociones abrumadora en su interior.

—No puedo creerlo —susurró—. Estás bromeando, ¿verdad? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué ocultaste algo tan importante, Nyx? ¿Por qué... Por qué no me buscaste antes?

-—Asher, yo... lo oculté porque tenía miedo. Miedo de que me rechazaras, miedo de que te sintieras atrapado. De que estar con Callie fuera una obligación. Y si, intenté buscarte hace años, Kyle me dio tu número, pero otra persona me contestó la llamada, pidiendo que no tuvieras distracciones. Créeme un bebé es más que una distracción.

Él estuvo un momento en silencio, pero después se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Su abrazo era cálido y reconfortante, como si quisiera asegurarse de que yo sintiera su apoyo en ese momento. Sentí su corazón latir contra el mío y su respiración tranquila que comenzó a calmarme.

—Nyx, lo entiendo —Asher finalmente susurró, casi como si no pudiera creer lo que estaba escuchando—. Entiendo por qué ocultaste esto. Pero quiero que sepas que no tienes que pasar por esto sola. No más desde ahora. Callie es parte de nosotros, y juntos la cuidaremos y la amaremos. No importa cuándo hayas decidido decírmelo, lo importante es que estamos aquí ahora, juntos.

Estaba claro que la noticia lo había conmocionado profundamente, y su mirada no dejaba de vagar entre mis ojos y mi vientre, como si tratara de visualizar el pasado.

—Arreglaremos todo, te lo prometo.

Las lágrimas seguían fluyendo, pero esta vez eran lágrimas de alivio. La carga de mi secreto había sido una pesadilla constante desde que empezamos a estar juntos, y finalmente, estaba liberándome de ese peso que me había atormentado.

Los siguientes minutos estuvieron llenos de silencio, solo roto por el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas.

Por primera vez en años, no me sentía sola ni sobrepasada por la responsabilidad de criar a Callie. No ahora que estábamos juntos.

Nuestro abrazo se alargó mientras que los dos nos recuperábamos de lo hablado, y finalmente, Asher se inclinó para besarme suavemente en los labios.

—Te amo, Nyx. Te amo a ti y a la pequeña Callie —dijo Asher.

Tenía una sonrisa amorosa y una mirada decidida en sus ojos.

—Deberíamos pensar en cómo manejar todo esto. Lo de Callie, y... nosotros —habló con calma, como si estuviera midiendo cada palabra con cuidado.

—Tienes razón, hay mucho de qué hablar...

La habitación giraba un poco, y mis palabras seguían saliendo de manera un poco menos coordinada de lo que habría deseado.

—Asher... t-tienes ojos bonitos, ¿lo sabías? —dije con una risa suave y un toque de cariño. Mis ojos, inyectados en sangre, se encontraron con los suyos mientras hablaba.

Asher sonrió y me acarició el cabello con ternura.

—Tú también, tienes los ojos más hermosos que jamás haya visto, Nyx.

Siendo consciente de mi estado, Asher me ayudó a recostarme en el sofá y me cubrió con una manta, prometiendo estar allí cuando despertará. Me sentí en paz mientras cerraba los ojos y me dejaba llevar por el sueño.

///

Cuando desperté, los rayos del sol se colaban por la ventana, y me encontré en el sofá, todavía envuelta en una manta. Me froté los ojos y traté de recordar los eventos de la noche anterior, pero mi mente estaba en blanco.

Me sentí desorientada y un poco asustada por la falta de recuerdos de la noche anterior.

Carajo, no debí haber bebido tanto.

Me incorporé y sentí una punzada de dolor de cabeza, clara señal de la resaca. Me encaminé hacia la cocina en busca de agua, necesitaba algo para aclarar mis pensamientos.

Mientras bebía el agua, traté de recordar cualquier detalle de la conversación con Asher, pero todo estaba borroso. ¿Y si le dije algo que no debía y se enojó?

Mi dolor de cabeza empeoró a medida que estas preocupaciones aumentaban. Beber tanto había sido un error, y ahora me estaba pasando factura.

Decidí buscar mi teléfono para ver si había mensajes o llamadas de Asher, aunque no tenía idea de qué podría haber dicho o hecho en ese estado.

—¿Nyx? —di la vuelta rápidamente para encontrar a Asher parado a un lado de la puerta de mi habitación.




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