Abrí los ojos, la habitación ya estaba iluminada por el sol y a mi lado estaba Asher, durmiendo pacíficamente, me quedé un rato observándolo mientras dormía. Tenía una expresión tranquila en el rostro, y su cabello desordenado le daba un aspecto más relajado que la noche anterior.
Sin querer despertarlo, me levanté de la cama, y primero fui al baño para lavarme la cara y los dientes. Cuando regresé Asher aún seguía dormido, así que me vestí con la ropa que había traído para el viaje.
Bajé las escaleras con la esperanza de encontrar a Callie y a los abuelos de Asher en la cocina o la sala de estar. Pero cuando llegué abajo, la casa estaba en silencio, y no vi a nadie.
Mientras buscaba en la cocina algo para preparar el desayuno y despertar a Callie, escuché pasos detrás de mí. Me volví y vi a Asher de pie en la entrada de la cocina, mirándome con una sonrisa somnolienta en el rostro.
—Buenos días —dijo, acercándose a mí y rodeándome con sus brazos.
—Buenos días —respondí, devolviendo el abrazo—. ¿Dormiste bien?
Asher asintió.
—Sí, mejor de lo que esperaba. ¿Cómo estás tú?
—Un poco nerviosa, pero bien. Quiero que todo salga bien hoy.
Él me miró con cariño y me dio un beso en la frente.
Lo miré de arriba a abajo, traía una camiseta blanca que la había usado como pijama y los músculos de sus brazos se marcaban en esta.
—¿Te gusta lo que ves?
—Me encanta —respondí sin pensarlo y cuando caí en cuenta de lo que había dicho, me sonrojé.
Asher sonrió ante mi respuesta y me abrazó más fuerte, con ternura.
—Digo, tú tampoco te ves nada mal —dije, pasando mi mano por su cabello desordenado.
Asher rió suavemente, se acercó a mi, sujetándome del cuello para poder besarme, era más alto que yo, por lo que su espalda se curvaba un poco para alcanzarme, el beso duró más de lo que esperé y después de eso me soltó.
—¿Preparamos el desayuno? —preguntó con normalidad.
Asentí con una sonrisa, todavía un poco sonrojada por el beso.
Sin embargo, en medio de nuestra charla, escuchamos pasos acercándose rápidamente. Giramos para ver a la madre de Asher de pie en la entrada de la cocina, su mirada seria y su ceño fruncido.
—¿Esto es lo que hacen a primera hora de la mañana en mi casa? —dijo con un tono cortante.
Me sentí incómoda e intenté mantener la compostura.
—Lo siento, no era nuestra intención...
Su madre, cambió su expresión de a poco y la vi sonreír levemente, me quedé pensativa al verla así.
La madre de Asher continuó sonriendo, era la primera vez que la veía así desde que llegué y parecía estar disfrutando de la incomodidad en la que nos encontrábamos. Suspiré aliviada por su reacción más positiva, y Asher también parecía más relajado.
—Bueno, es hora de que todo el mundo se despierte en esta casa. Voy a ver como despertar a tu padre, que es como un oso en las mañanas —dijo con un tono más ligero.
La madre de Asher, después de su comentario, se dio la vuelta y se alejó de la cocina, dejándonos a él y a mí solos. Ambos compartimos un suspiro de alivio y nos miramos con una sonrisa.
—Supongo que eso salió mejor de lo que esperábamos —dije con una risa nerviosa.
—Sí, definitivamente. Espero que esté comenzando a aceptar la situación.
Comenzamos a preparar el desayuno juntos, fue algo rápido, Callie bajó las escalera de la mano de su abuela.
—Buenos días, princesa —saludó primero Asher.
La madre de Asher le sonrió a su nieta y la ayudó a sentarse a la mesa mientras Callie comenzaba a comer con entusiasmo. Al terminar el desayuno, Asher se levantó y colocó una mano en mi hombro.
—Ya es hora de que volvamos, queremos evitar el tráfico —dijo con una sonrisa.
Callie asintió y terminó de comer su desayuno.
Asher se ofreció a ayudar con las maletas y llevarlas al carro.
—Yo me encargaré de las maletas, chicas.
—¡Yo voy con el abuelo!
Mientras esperábamos a que terminaran de cargar las maletas, Callie, su abuelo y yo aprovechamos para pasear un poco más por el jardín.
—¿Te divertiste, cariño? —le pregunté a Callie.
Ella asintió con entusiasmo.
—Sí, mami. Me gustó mucho estar aquí.
—Me alegra oír eso, pequeña. Es un buen comienzo.
Pasamos más tiempo en el jardín, el abuelo de Callie le explicó algunas de las plantas y flores que crecían allí, y ella lo escuchaba con gran interés.
Después de un rato, Asher nos llamó cuando terminó de subir las maletas.
Nos reunimos en la entrada de la casa, donde los abuelos de Callie nos esperaban.
La madre de Asher, que ahora parecía estar de mejor humor, también se acercó y me dio la mano.
—Cuida bien de mi hijo y de mi nieta —dijo con una sonrisa sincera.
—Lo haré, lo prometo.
Asher se acercó a su madre, y a pesar de la tensión inicial, la abrazó con cariño.
—Gracias, mamá, por recibirnos y darle la oportunidad a Callie de conocer a sus abuelos. Significa mucho para nosotros —susurró.
Su madre lo abrazó de vuelta y luego se apartaron.
—Cuida de tu familia, Asher. Y a ti también, Nyx, aunque no te conozca completamente, confío en que harás lo correcto por Callie.
Asentí, y nos despedimos una vez más antes de subir al auto, con Callie en su silla de seguridad, y comenzamos nuestro viaje de regreso a casa.
El viaje de regreso fue tranquilo y agradable. Callie estaba contenta y en un momento, se quedó dormida en el auto, hasta que llegamos a casa.
///
Asher.
Tuve que volver a la oficina, por trabajo, era un día ocupado, y estaba revisando algunos informes importantes cuando escuché un golpe suave en la puerta. Al levantar la vista, vi a Melissa entrar a mi oficina.
Hoy no estaba de humor para lidiar con ella.
—¿Qué haces aquí? —dije en un tono algo brusco, pero ella no pareció notarlo, o no le importó.
Melissa entró en la oficina y se sentó en una de las sillas frente al escritorio. Siempre vestía su falda corta, con su maquillaje y delineado en los ojos y hoy no era la excepción.
#419 en Novela romántica
#167 en Chick lit
romance, embarazo insperado, embarazo inesperado desconocido
Editado: 15.02.2025