Sombras del Pasado

22

Cuando abrí los ojos por la mañana, Asher también ya estaba despierto, acariciando mi espalda mientras que yo dormía sobre su pecho descubierto.

—Buenos días —saludó, aún tenía la voz ronca.

—Buenos días —le di un pequeño beso en los labios y regresé a la posición en la que estaba, posando mis manos sobre su cuerpo.

—¿Dormiste bien?

—Unas cuantas horas, porque el resto de la noche, una persona me entretuvo mucho.

—Por lo menos la pasaste bien... O eso espero.

—Supongo que si podríamos decir que tuvimos una noche muy entretenida.

Soltó una risa, y me acurruqué junto a él por unos minutos más hasta que fue hora de levantarnos, agarré la camisa de Asher del suelo y me la puse para no caminar desnuda por la casa.

Pero, a medida que intenté moverme para levantarme de la cama, sentí un dolor agudo en mi entrepierna, recordando la intensidad de la noche anterior. Asher notó mi expresión de molestia y preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó con un toque de ansiedad al verme hacer una mueca, sentada en la esquina del colchón.

—Si, solo un poco adolorida —respondí con una sonrisa incómoda—. Supongo que si fue una noche intensa.

Asher soltó una risa suave y me abrazó con cuidado.

—Sí, supongo que sí. Pero no te preocupes. El dolor pasará pronto. ¿Te ayudo a levantarte?

Asentí y me dio la mano para no perder el equilibrio, cuando logré acostumbrarme un poco, entré al baño para prepararme y tomar una ducha.

Pasé frente al espejo y me miré distraídamente, puesta la bata. Sin embargo, al enfocar mejor mi reflejo, mis ojos se abrieron sorprendidos al verme todo el cuello repleto de manchas oscuras.

Eran chupetones.

—¡Asher! —grité, llamándolo apresuradamente.

El mencionado apareció en el umbral del baño, confundido y asustado por mi grito.

—¿Qué sucede, cariño? ¿Estás bien?

Señalé los chupetones en mi cuello en el espejo.

—¡Mira esto! ¿Tienes idea de lo que hiciste anoche?

Asher miró mi reflejo en el espejo y soltó una risa nerviosa.

—Bueno..., parece que me emocioné un poco, ¿verdad?.

—Supongo que así cualquiera sabrá que no pasé la noche sola.

Se acercó y me dio un beso suave en la mejilla, diferente a los que me daba anoche, este era más tierno, sus labios se posaban sobre mi piel con mucho más cuidado.

—Te prometo que será nuestro pequeño secreto.

—Tienes suerte que sepa de maquillaje para tapar cosas como esta.

—Puedes usar una bufanda.

—Con este clima, no gracias. No podré usar ningún escote en unos días.

Él soltó una pequeña risa y salió del baño cuando me iba a duchar, después de cambiarme, me maquillé cuidadosamente para ocultar los chupetones y aunque lo diga yo misma, hice un gran trabajo para cubrirlos.

—¿Y qué planes tenemos para hoy? —pregunté, disfrutando de el momento entre nosotros.

Asher se acercó y me rodeó con los brazos, mirándome con una sonrisa.

—Creo que hoy es un buen día para relajarnos, tal vez ir al cine o dar un paseo por el parque después de ir por Callie. Tú decides.

Sonreí ante la sugerencia y le di uno y otro beso. Tocar sus labios era lo más adictivo que había probado.

—Me parece una buena idea. Vayamos a recoger a Callie y luego decidimos qué hacer. Solo asegúrate de no comentar sobre los chupetones con cualquiera por ahí, te juro que te mato antes de la boda si lo haces.

Salimos de la habitación y poco después, nos dirigimos a la camioneta, esa misma camioneta donde habíamos pasado la noche anterior, nos subimos y dentro, recordé las cosas que pasaron anoche sin poder evitar que mis mejillas se pusieran coloradas.

Él encendió el auto para ir a buscar a Callie a la casa de Kate, el ambiente en la camioneta era cómodo y relajado.

Llegamos a la casa de Kate, y Callie salió corriendo hacia nosotros con una sonrisa en el rostro. Asher la levantó en brazos, y ella parecía encantada de vernos juntos.

—¡Mami! ¡Papi! —llegó hasta nosotros y él se arrodilló para saludarla y cargarla en brazos.

Kate se acercó para saludarme, sin embargo, pronto su mirada se desvió hacia mi cuello.

Con una expresión curiosa, no pudo evitar preguntar:

—Oye, Nyx, ¿Qué pasó con tu cuello? ¿Tienes moretones? Parecen... curiosos.

Bueno, tal vez si se notaban un poquito.

Me sentí incómoda ante lo que dijo y un poco nerviosa, mirando a Asher de reojo. Pero ninguno sabía qué decir.

Respondí con una risa nerviosa:

—Oh, es solo un pequeño accidente doméstico, nada de qué preocuparse.

Kate asintió, pareciendo no completamente convencida.

—Ya... Ahora se le llama accidente doméstico. Bueno, bueno. Accidente doméstico. Estoy segura de que hay una historia interesante detrás de eso. Pero no me gustaría saber todo detalle por detalle.

—Pero espero que te interese saber cómo fue la propuesta de matrimonio de anoche —solté de repente y Kate se quedó procesando la información por un momento.

—¡¿Qué?! ¿De qué hablas? ¡¿De verdad?! ¿Te vas a casar? ¿Te propuso matrimonio anoche? ¡Nyx, cuéntame todos los detalles! —ella chilló, estaba emocionada, olvidando momentáneamente los chupetones en mi cuello.

—¿Qué es casar, papi? —dijo detrás de mi Callie, en los brazos de Asher.

Él la miró con cariño y comenzó a explicarle a Callie de manera sencilla:

—Casarse es cuando dos personas que se aman mucho, deciden estar juntas para siempre. Y se hace una ceremonia para celebrarlo.

—¿Entonces te vas a casar conmigo?, porque yo te quiero mucho.

Asher sonrió ante la pregunta de Callie y acarició su cabello.

—No princesa —él sonrió, tratando de ser más especifico—, es un tipo diferente de amor. Me voy a casar con tu mami.

Callie asintió, tratando de entenderlo todo.

—Yo también te quiero mucho, princesa —le dijo antes de darle un beso en su cabecita.

Mientras tanto, Kate seguía emocionada por escuchar detalles sobre la propuesta de matrimonio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.