El amanecer bañaba el mar de Alborán con tonos anaranjados mientras Álvaro y Lucía observaban desde un acantilado. La Guardia Civil acordonaba la piscifactoría, pero Álvaro sabía que el golpe no había sido definitivo. Said el-Jattari seguía en libertad.
—Esto no ha terminado —murmuró él.
Lucía asintió, con el rostro pálido tras la larga noche.
—¿Y ahora qué? —preguntó.
—Vamos a cazarlo —respondió Álvaro, con una determinación feroz.
Horas después, se encontraban en la redacción del periódico donde trabajaba Lucía. Ella accedió a bases de datos y cruzó información sobre Said. El nombre apareció vinculado a una naviera marroquí con operaciones sospechosas en el puerto de Melilla.
—Aquí está su ruta —dijo ella—. El carguero Al-Mansour atracará esta noche.
Álvaro ajustó la pistola en su cintura.
—Nos adelantaremos.
Esa noche, en el puerto, se ocultaron tras contenedores mientras el carguero llegaba. Vieron cómo hombres armados descargaban fardos.
—Ahí está —susurró Lucía, señalando a Said.
Álvaro apretó el puño. Pero en ese instante, una linterna los iluminó.
—¡Alto! —gritó un hombre.
Álvaro disparó y derribó al guardia. Said giró la cabeza y lo reconoció.
—¡Matadlos! —ordenó.
Los narcotraficantes abrieron fuego. Álvaro empujó a Lucía detrás de un contenedor y devolvió los disparos.
—¡Corre hacia la lancha! —le gritó.
Ella dudó, pero obedeció. Álvaro cubrió su retirada, derribando a dos atacantes. Cuando corrió tras ella, una bala lo alcanzó en el costado. Cayó al suelo con un gemido de dolor.
Said se acercó con una sonrisa cruel y una pistola en mano.
—¿Creías que podías ganar? Este es mi mar —dijo.
Álvaro lo miró, desafiándolo a pesar del dolor.
Said levantó el arma.
Un disparo rompió el silencio. Said se tambaleó, sorprendido, y cayó al suelo. Detrás, Lucía sostenía una pistola con las manos temblorosas.
Corrió hacia Álvaro y lo ayudó a levantarse.
—Tranquilo, lo logramos —susurró.
Mientras las sirenas se acercaban, Álvaro miró el cuerpo de Said. Sabía que habían ganado, pero que la guerra contra la droga en el mar de Alborán apenas comenzaba.
Editado: 19.02.2025