Sombras en el Alborán

Capítulo 19: Las Aguas de la Venganza

La luz del amanecer teñía de rojo el horizonte mientras Álvaro Ríos observaba el puerto de Melilla desde el espigón. Las heridas del enfrentamiento aún le dolían, pero la adrenalina seguía fluyendo en sus venas. Karim estaba tras las rejas, pero la red de narcotráfico no había sido completamente desmantelada.

—Esto es solo el principio —murmuró para sí mismo.

Lucía apareció a su lado, con un café en la mano.

—La Guardia Civil ha identificado a varios cómplices —dijo ella—. Todos ellos relacionados con un tal Hassan El-Yazid, uno de los capos más peligrosos de Marruecos.

—¿Alguna pista de su paradero? —preguntó Álvaro.

—Se esconde en algún lugar entre Alhucemas y Nador. Y parece que prepara un gran envío.

Álvaro apretó los dientes. Sabía que debían actuar rápido.

—Vamos a por él.

Horas después, navegaban hacia el mar de Alborán en una embarcación discreta. El sol golpeaba el agua, creando destellos cegadores. De pronto, el radar detectó una lancha rápida que se dirigía hacia la costa.

—Ahí están —señaló Lucía.

Álvaro aceleró. La persecución era frenética; la lancha enemiga zigzagueaba intentando escapar. Los motores rugían mientras las olas salpicaban el rostro de ambos.

—¡Sujetate! —gritó Álvaro.

Giró bruscamente, embistiendo la popa de la otra lancha. Los ocupantes perdieron el equilibrio, y uno de ellos cayó al agua.

Lucía apuntó con su arma.

—¡Manos arriba! Guardia Civil.

El hombre en el agua alzó las manos, pero el piloto restante aceleró de nuevo.

—¡No se nos escapa! —exclamó Álvaro.

La persecución continuó hasta una pequeña cala oculta. Al llegar, el piloto saltó a la orilla y corrió hacia unas rocas. Álvaro lo siguió. El terreno era escarpado, pero el ex legionario avanzaba con agilidad.

En la cima, el fugitivo intentó desenfundar un arma, pero Álvaro fue más rápido. Con un movimiento certero, lo desarmó y lo inmovilizó.

—¿Dónde está Hassan El-Yazid? —preguntó entre jadeos.

—¡No lo sé! —gimió el hombre—. Pero planea salir esta noche desde Cala del Diablo.

Álvaro intercambió una mirada con Lucía, que acababa de llegar.

—Tenemos nuestro objetivo —dijo él, con una mezcla de determinación y cautela.



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En el texto hay: españa, marruecos, melilla

Editado: 19.02.2025

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