Sombras en El Encanto

Capítulo 15: La Verdadera Naturaleza

La tarde en El Encanto estaba cargada de una atmósfera de tensión palpable. Mariana, aún conmocionada por el comportamiento enigmático de Gabriel la noche anterior, se sumergió en su investigación con una renovada determinación. Sentía que era momento de desentrañar la verdadera naturaleza de los Velasco, especialmente después de descubrir las referencias oscuras en el diario antiguo.

Decidió que su siguiente paso sería confrontar a Javier. Aunque había sido amable y encantador, Mariana sentía que había algo más oculto detrás de su fachada. Con la esperanza de obtener respuestas, se dirigió a la casa de los Velasco, encontrando a Javier en el jardín trasero, donde parecía estar cuidando algunas plantas.

—Javier —dijo Mariana, acercándose con una mezcla de nerviosismo y determinación—. Necesito hablar contigo.

Javier levantó la vista de las plantas, y una sonrisa cálida se extendió por su rostro al verla.

—¡Mariana! Qué bueno verte. ¿Qué pasa? —dijo, secándose las manos en un paño.

Mariana respiró hondo, tratando de reunir el valor necesario para abordar el tema delicado.

—He estado investigando sobre los recientes eventos en el pueblo y he encontrado algunas cosas que me preocupan —comenzó—. Creo que tú y tus hermanos tienen algo que ver con todo esto.

Javier frunció el ceño, y por un momento, su sonrisa desapareció. El cambio en su expresión hizo que el corazón de Mariana latiera con más fuerza.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Javier, su tono ahora cargado de una seriedad que no había mostrado antes.

—He encontrado un antiguo diario que habla de rituales oscuros y de una familia que llegó a El Encanto con intenciones ocultas —dijo Mariana, su voz temblando ligeramente—. Los detalles coinciden con lo que he visto y oído sobre tu familia.

Javier la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. Por un momento, pareció como si estuviera evaluando si debía decirle la verdad o no.

—Mariana, hay cosas que no entiendes —dijo finalmente, su voz baja—. Hay razones por las que mi familia se comporta de la manera en que lo hace. Pero no puedo contarte todo... no todavía.

Mariana sintió un nudo en el estómago. Sus sospechas se estaban confirmando, pero las respuestas que buscaba seguían siendo esquivas.

—¿Por qué no? —preguntó con frustración—. Necesito saber la verdad. La gente está muriendo, y me estás haciendo sentir como si estuviera atrapada en una red de mentiras.

Javier la miró fijamente, como si estuviera luchando con un dilema interno. Luego, con un suspiro, se acercó a ella, sus ojos reflejando una mezcla de dolor y resignación.

—No sé si estás lista para la verdad completa —dijo—. Pero voy a decirte algo. Mi familia y yo no somos lo que aparentamos. No somos solo una familia que llegó al pueblo. Estamos aquí por un propósito mayor.

Mariana lo miró, sintiendo una mezcla de miedo y expectativa. Su voz era apenas un susurro cuando continuó.

—Hay una fuerza antigua y poderosa en este lugar, y mi familia ha estado vinculada a ella durante generaciones. Los rituales que hemos realizado no son solo para nuestra protección; son necesarios para mantener ese poder bajo control. Sin ellos, el equilibrio se rompería, y las consecuencias serían terribles.

Mariana sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Lo que Javier decía encajaba con las historias del diario, pero había algo en su relato que no terminaba de cuadrar. El hecho de que su familia estuviera relacionada con una fuerza oscura explicaba los rituales, pero no justificaba los asesinatos ni el comportamiento extraño de los Velasco.

—¿Y qué tiene que ver todo esto con los asesinatos? —preguntó Mariana—. ¿Cómo encaja eso en todo esto?

Javier bajó la mirada, su expresión ahora llena de dolor y culpa.

—No todos en mi familia están de acuerdo con la forma en que manejamos las cosas —dijo—. Algunas personas quieren usar el poder para sus propios fines, y eso ha llevado a conflictos internos. Esos conflictos... han tenido consecuencias trágicas.

Mariana sentía que estaba recibiendo solo fragmentos de la verdad. Javier estaba abrumado por una carga que parecía ser más grande de lo que él mismo podía manejar. Las piezas del rompecabezas se estaban uniendo, pero aún quedaban lagunas importantes.

—¿Qué debo hacer ahora? —preguntó Mariana—. ¿Cómo puedo detener los asesinatos y proteger al pueblo sin saber la verdad completa?

Javier la miró con tristeza, y por un momento, su mano se posó en el hombro de Mariana en un gesto de consuelo.

—No sé si puedo darte todas las respuestas —dijo—. Pero lo que te puedo decir es que debes tener cuidado. No todos en mi familia tienen buenas intenciones, y hay cosas que se deben hacer para restaurar el equilibrio. Necesitas encontrar la verdad y descubrir qué parte juega cada uno de nosotros en esto.

Mariana asintió, sintiendo una mezcla de gratitud y desilusión. Javier parecía genuino en su desesperación, pero la falta de respuestas claras dejaba muchas preguntas sin resolver. Se despidió de él con un sentimiento de incertidumbre y una determinación renovada.

Mientras se alejaba de la casa de los Velasco, Mariana se dio cuenta de que había dado un paso hacia adelante en su búsqueda de la verdad, pero aún estaba lejos de comprender el cuadro completo. Los fragmentos que había recibido solo añadían más capas de complejidad a un misterio que se estaba convirtiendo en una pesadilla interminable.



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En el texto hay: misterio, suspenso, mentiras dolor

Editado: 04.02.2025

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