Laura, impulsada por su instinto, comenzó a husmear más a fondo.
Visitó la antigua biblioteca del pueblo, un lugar olvidado lleno de polvo y memorias muertas. Allí encontró registros viejos: periódicos locales, actas policiales, archivos del ayuntamiento. Buscaba el nombre del muchacho que mencionó su abuela, el otro cadáver olvidado por el tiempo.
Tras horas de búsqueda, encontró una noticia enterrada:
"Joven local, Hernán Palacios, encontrado muerto en el río Toso. Autoridades clasifican la muerte como accidente."
La foto era borrosa, pero la expresión del joven era inconfundible: miedo.
Laura apretó el recorte contra su pecho.
Al salir de la biblioteca, la niebla la envolvió. Y juraría que, por un instante, alguien la observaba entre las sombras.
Editado: 29.04.2025