Capitulo 5: El regreso de las sombras.

La llegada de Katherine Pierce a Ashwood no fue silenciosa; su presencia se sentía en el aire como un eco frío y persistente, un murmullo que recorría las calles y despertaba viejas heridas. Elena la había visto por primera vez en ese café, pero ahora Katherine estaba decidida a reclamar lo que creía suyo, y nada ni nadie la detendría.

Esa noche, un viento cortante azotaba la ciudad mientras Katherine caminaba por el bosque que bordeaba Ashwood, acompañada de su hermano Iker. Los dos parecían figuras surgidas de un tiempo olvidado, envueltas en un halo de misterio y peligro.

— El tiempo nos ha separado — dijo Katherine con voz firme—, pero ahora es el momento de unir nuestras fuerzas.

Iker asintió, con una mirada tan fría como la noche.

— Ashwood será el campo de batalla. Y Elena... ella será la llave para abrir las puertas que llevamos siglos buscando.

Mientras tanto, Elena estaba en su habitación, sumida en pensamientos oscuros. La sensación de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre la envolvía como una tormenta inminente. Sabía que Katherine y Iker no eran simples visitantes; eran un tormento del pasado que amenazaba con destruir todo lo que amaba.

El timbre de su teléfono rompió el silencio. Era Stefan.

— Necesito verte — dijo él con urgencia—. Hay cosas que no puedo decir por mensaje.

En cuanto llegó, Stefan la llevó a un lugar apartado, un viejo depósito abandonado en las afueras de la ciudad, donde los secretos podían hablar sin miedo.

— Katherine no es solo un peligro para ti — explicó Stefan—. Ella busca algo más grande. Algo que podría cambiar el equilibrio entre los mundos.

Elena sintió que un frío intenso la atravesaba.

— ¿Qué es lo que quiere? — preguntó, con la voz temblorosa.

— Poder. Y con Iker a su lado, será casi imparable.

Damon apareció entonces, su presencia rompiendo la tensión.

— No vamos a dejar que eso suceda — dijo con determinación—. Pero necesitamos a Elena en nuestro bando.

Elena se quedó callada, atrapada entre dos fuerzas que la empujaban en direcciones opuestas. Sabía que su papel en esta guerra era más importante de lo que imaginaba.

Los días siguientes estuvieron llenos de encuentros clandestinos, de planes y estrategias. Katherine y Iker comenzaron a mover sus piezas con astucia, tejiendo una red de alianzas y traiciones que amenazaban con envolver a todos en Ashwood.

En una de esas reuniones, Elena enfrentó a Katherine por primera vez cara a cara. La atmósfera era tensa, cargada de resentimientos y viejas heridas.

— Siempre fuiste la favorita — dijo Katherine, con una sonrisa amarga—. Pero eso no te salvará.

Elena respondió con firmeza.

— No soy tuyo. Y no seré parte de tus juegos.

Iker observaba en silencio, su expresión impasible, pero sus ojos revelaban una tormenta interna.

— El pasado no se puede cambiar — murmuró—, pero el futuro aún está en juego.

La tensión entre Stefan y Damon alcanzó un punto crítico. La rivalidad entre hermanos se mezclaba con la preocupación por Elena, y la incertidumbre por lo que estaba por venir.

Una noche, Damon tomó a Elena de la mano y la llevó a un antiguo cementerio, un lugar cargado de memorias y secretos.

— Aquí es donde todo comenzó — dijo—. Y aquí es donde debe terminar.

Elena sintió el peso de esas palabras, y supo que el destino la había elegido para una batalla mucho más grande de lo que jamás imaginó.

Mientras tanto, Katherine y Iker preparaban un ritual antiguo, un conjuro que requería la sangre de Elena para abrir las puertas entre mundos. Una noche oscura, bajo la luna nueva, los hermanos Pierce se reunieron en un círculo de runas grabadas en la piedra, y comenzaron el proceso que podría cambiar para siempre el equilibrio de Ashwood.

Elena, Stefan y Damon sabían que la cuenta atrás había comenzado. Cada segundo los acercaba más a un enfrentamiento inevitable, donde los lazos de sangre y amor serían puestos a prueba.

El capítulo concluye con Elena mirando al horizonte, con la luna alta en el cielo, consciente de que el verdadero enfrentamiento apenas comenzaba, y que las sombras de su pasado y su futuro estaban a punto de entrelazarse para siempre.