Sombras Eternas

Capitulo 7: La encrucijada del destino.

La luna llena se alzaba alta sobre Ashwood, bañando las calles con una luz plateada que parecía revelar secretos ocultos. Elena caminaba sin rumbo, atrapada en un torbellino de emociones. El peso de su linaje, las amenazas de Katherine y Iker, y la lucha silenciosa entre Stefan y Damon se entrelazaban en su mente como un nudo imposible de deshacer.

Ella sabía que había llegado a una encrucijada. Cada decisión podía alterar el destino no solo suyo, sino de toda Ashwood.

En el centro de la ciudad, una reunión secreta se estaba gestando. Katherine y Iker habían convocado a un grupo selecto de aliados, seres que caminaban entre las sombras y esperaban el momento para actuar. La atmósfera en la vieja mansión era tensa, cargada de energía oscura y promesas veladas.

— Ashwood ha sido nuestro hogar y nuestra prisión — declaró Katherine, con voz firme—. Pero ahora, vamos a liberarla... a cualquier costo.

Iker asintió, y sus ojos brillaron con un fuego frío.

— El pasado pesa, pero el futuro nos pertenece.

Mientras tanto, Stefan y Damon discutían acaloradamente en el porche de la casa de los Gilbert. La tensión entre ellos era palpable, y aunque ambos compartían un mismo objetivo, sus métodos chocaban con fuerza.

— No podemos permitir que Katherine destruya todo — dijo Stefan, con el ceño fruncido—. Pero no podemos perder a Elena en el proceso.

— A veces, para protegerla, hay que dejar que vea la verdad, por dura que sea — replicó Damon—. No podemos seguir escondiéndole lo que es.

Elena los escuchaba en silencio, sintiéndose atrapada en medio de una guerra que apenas comenzaba.

Esa noche, los sueños de Elena se volvieron más vívidos y perturbadores. Vio imágenes de su antepasada Isabela enfrentándose a una sombra negra, una criatura indescriptible que amenazaba con devorar la luz. En la visión, Isabela extendía una mano, ofreciendo a Elena una llave antigua.

Al despertar, Elena supo que esa llave no era un objeto físico, sino una metáfora: el poder para decidir qué parte de su naturaleza abrazar.

Al día siguiente, Elena buscó a Iker en un intento desesperado por entender la complejidad de su familia. Encontró al joven Pierce en el bosque, bajo un roble gigante que parecía vigilar el tiempo.

— ¿Por qué tanto odio? — preguntó Elena—. ¿Por qué esta guerra?

Iker la miró fijamente, sus ojos reflejando un dolor antiguo.

— No es odio, Elena — dijo—. Es miedo. Miedo a perder lo que somos, a ser olvidados en la oscuridad.

Su conversación fue interrumpida por un ruido detrás de ellos. Stefan apareció, seguido por Damon, y una tensión palpable llenó el aire.

— Esto no es un juego — advirtió Stefan—. No podemos permitir que la oscuridad crezca.

Iker asintió, pero su mirada se suavizó.

— Tal vez haya una forma de detener esto sin más sangre.

Mientras tanto, Katherine tramaba su siguiente movimiento. Sabía que el enfrentamiento con Elena sería inevitable, pero también que su poder no era absoluto. Necesitaba algo más: una alianza con fuerzas antiguas que podrían cambiar el curso de la batalla.

En las profundidades de la mansión, desplegó un antiguo grimorio, sus páginas llenas de símbolos arcanos y hechizos olvidados.

— El poder está en el equilibrio — susurró—. Y yo controlaré ese equilibrio.

El capítulo termina con Elena enfrentándose a una decisión imposible, consciente de que el camino que elija marcará el destino de todos. La luna llena brilla con fuerza, iluminando la encrucijada donde la luz y la sombra se encuentran.



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En el texto hay: vampiros, humana

Editado: 05.08.2025

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