Sombras Y Promesas

CAPÍTULO 12: ATENTADO PARTE 1

ELIAN

Fue cuestión de minutos.

Gritos. Bullicio. El suelo vibraba con la alarma ensordecedora.

Todos se ponen de pie a la vez. El pánico los arrastra, toman sus cosas y corren hacia las grandes puertas.

Yo me mantengo inmóvil. Frío. Calculando. Hasta que mis ojos encuentran a Arabella.

Está paralizada, con las manos temblorosas y los ojos desorbitados.

—Haz lo que te diga —le ordenó, firme. Mi voz es lo único estable en medio del caos.

Ella traga saliva y asiente, aferrándose a mis palabras, como si buscara algo de calma en medio de todo

La tomó de la mano y espero que la estampida se despeje antes de movernos. Cuando lo hago, no voy hacia la salida.

—¿Qué haces? Todos van por allí —su voz se quiebra, señalando la dirección contraria.

Todos huyen hacia el campus exterior. Pero si tengo razón, esa no es la mejor opción

No respondo. La jalo hacia mí, pegándola casi contra mi pecho, y pasó un brazo por su espalda para guiarla por las escaleras de emergencia. Siento cómo respinga ante mi contacto, pero no aflojo.

La alarma queda atrás, lejana. En el pasillo oscuro, al final, una puerta metálica casi oculta me indica el destino. Por fuera parece un depósito, pero sé qué hay detrás.

Al entrar, Arabella olvida el miedo por un instante. Sus ojos recorren la sala: sin ventanas, con pantallas encendidas, escritorios desordenados, repuestos apilados y tableros garabateados con fórmulas.

—¿Qué es este lugar? —pregunta en un susurro, caminando hacia las computadoras.

Cierro la puerta tras nosotros y la aseguro.

—El refugio del club de robótica. Bastian lo acondicionó. Solo siete personas conocen esta sala —le explico, tomando asiento junto a ella.

Arabella roza la pantalla. Sus pupilas se dilatan al ver lo que ocurre afuera: estudiantes en estampida, detenidos por un cordón policial; camionetas negras llegan, hombres con insignias del UKSF bajan armados.

—¿Qué está pasando? —murmura, la voz cargada de angustia.

—Si no me equivoco, es un atentado —respondo sin rodeos.

Ella se queda rígida. Se cubre la boca, como si fuera a vomitar. La sostengo de las manos y sus ojos regresan a los míos. Por un segundo se distrae, respira.

—¿Quién haría algo así? ¿Por qué? —su voz tiembla. Estoy por responder, pero su grito corta todo.

—¡Celeste! Tengo que ir por ella, no sé dónde está. —Su rostro se deforma en terror.

—No vas a ninguna parte, Arabella —mi tono es gélido, definitivo.

Ella se suelta de mi agarre, retrocede con el ceño fruncido.

— No voy a quedarme aquí mientras mi amiga corre peligro —intenta girarse hacia la puerta, pero la detengo, sujetándola del brazo.

—No te pondrás en riesgo. Es mi última palabra. Buscaré a los gemelos, ellos saben moverse. —Mi mirada le deja claro que no aceptaré un no.

Marco de inmediato. André responde jadeando:

—¿Dónde estás? Todos estamos en la entrada…

—Estoy en la sala de robótica. Escúchame: asegura a Celeste, no la pierdas de vista. —Habló con calma, mientras ella me observaba en silencio, queriendo descifrar cada palabra.

—Está con nosotros —responde André, bufando—. Quiere volver a buscar a Arabella.

Ambas igual de inconscientes.

—Dile que no se mueva. Arabella está conmigo y está a salvo. —Corto la llamada tras acordar vernos en mi departamento cuando todo termine.

—Está bien —le digo, mirándola—. Celeste está con ellos.

Arabella exhala el aire que retenía y se deja caer en una silla, hundiendo la cara entre sus manos.

—Nada de esto tiene sentido. Esta universidad no decía tener la mejor seguridad. ¿Cómo pudo pasar? —Su voz me raspa el pecho.

—Aquí estudian hijos de reyes, magnates, políticos. Este tipo de ataques buscan dinero y caos. Pasaba antes con frecuencia… pero llevaba años sin repetirse. —Mis palabras son simples.

No es la primera vez que lo vivo. Y siempre queda la duda de qué tan lejos están dispuestos a llegar los que irrumpen aquí.

—Mis padres deben estar al borde del colapso… —murmura ella con los ojos vidriosos.

La observo en silencio, sintiendo esa punzada molesta en mi pecho. No debería afectarme. Pero lo hace.

Arabella se lleva las manos al rostro, respirando con dificultad. Me inclino un poco hacia ella y, casi sin pensarlo, dejo que mis dedos rocen su brazo para atraer su atención.

—Estás a salvo —digo al fin, más suave de lo que debería.

Cuando sus ojos se levantan hacia los míos, algo me golpea en el pecho. No es miedo lo que veo en ellos ahora, es otra cosa. Algo que me incomoda más que cualquier amenaza afuera.

Ella sostiene mi mirada unos segundos, demasiado largos, demasiado intensos. Luego se aparta de golpe, como si hubiera recordado que no debería.

—Gracias… por no dejarme sola —susurra, y la vulnerabilidad en su voz me desarma.

No respondo. No puedo. Solo noto cómo mis dedos todavía guardan el recuerdo del calor de su piel.

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un poco corto, pero tuve que dividirlo por que la parte dos es mas extensa

FUERZAS UKSF: United Kingdom Special Forces, responsables de operaciones especiales contra terrorismos y atentados, especializados en ataques que incluyen rehenes, accion directa y reconociemiento encubierto

gracias por leer 🌷




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