Me adentré en el cubículo y miré mi reflejo en el cristal, ¿por qué sentía algo tan extraño ante tu mirada?
Suspiré y lavé mis manos intentando simular que había hecho mis necesidades.
Salí del cubículo para despúes toparme con tu rostro y recibir un largo suspiro de tus labios que acarició levemente mi nariz.
-¿Cómo te llamas?- preguntaste.
-Nicole- te respondí.