Otra vez tú estabas enfrente mía, mirándome como si quisieses ver mi interior, pero yo no quería.
Él me hablaba pero apenas llegaba a escucharle, ya que tenía toda mi atención puesta sobre ti, y tú sobre mí.
Te sonreí tras una semana de conocernos, y tú me correspondiste.
En aquel momento fui feliz.