Te volví a ver de nuevo, y a pesar de haber cumplido veintidós años hace dos días, estabas precioso.
Observé, a lo lejos, como te besabas con ella mientras algo ardía en mi interior, pero lo ignoré.
Estábamos todo el grupo hablando y riendo en la playa, y tú llegaste para sentarte a mi lado.
Noté tu mirada en mí y te miré para ver que no me equivocaba.
Me estabas mirando.