Corazón encantado

Junto a mi hermano llegamos a la sala común, tenía intención de quedarme junto a la chimenea y calentar un poco mi cuerpo, pero compartir el mismo lugar con James no esta dentro de mis planes, ya no más. El día no es lo único frío en este lugar. Mi hermano se arrojo sobre James comenzando a golpear su rostro incesantemente, no me interpondré a eso, después de todo se lo tiene merecido. Unimos nuestras miradas por un momento, me di la media vuelta hacia las escaleras para posteriormente irme hacia mi habitación. Los estudiantes comenzaron a salir de sus cuartos al escuchar el bullicio proveniente desde la sala común.

Al día siguiente me mantuve en mi cama sin ánimos de salir de esta, había estado llorando toda la noche. Perderme un par de clases no me va a hacer mal, pero no puedo ser tan irresponsable con esto. Sin muchas ganas salí de mi cama y aliste para ir a mi clase de pociones.

El fingir que nada sucede tarde o temprano me va a pasar la cuenta, pero por ahora debo ser lo suficientemente fuerte y no demostrar debilidad frente a el ni a nadie mas. Al llegar a mi clase me acomode en las ultimas filas para estar lo mas lejos posible del maestro.

Tenía entrenamiento y a pesar de que Adam me ordeno que descansara un par de semanas mas, no puedo simplemente darme el gusto de faltar a los entrenamientos, no después de que casi perdemos por mi causa, tengo que recuperarme de los entrenamientos perdidos y ponerme al día con las nuevas estrategias de mi capitán. Nos reunimos en el camerino, intente evitar en todo momento la mirada de James quien tenía uno de sus ojos adornados con un enorme moretón y su labio partido por todos los golpes que mi hermano le había propinado.  

Me quede un momento a solas antes de decidir salir, estaba por avanzar a la salida, pero fui detenida de golpe por James, sentí la sangre de mi cuerpo enfriarse por aquel agarre, quería mantenerme lo mas alejado posible de el, creo que ya es tiempo de dejar las cosas en claro. Aunque en el fondo de mi corazón lo que mas deseo es estar junto a el, es obsesivo lo se, pero anhelo su compañía mas que nada.

• Amanda, yo…
• No digas nada, no quiero que digas nada. Desde hoy solo somos conocidos y ya.
• Espera, no…
• Adam ¿Por qué juegas conmigo así? Me has estado haciendo daño y no te das cuenta de eso.
• Lo siento, de verdad. He sido un completo payaso y me merezco que tu hermano me haya roto la nariz. He sido un ciego y hace días hable con Rose y me contó todo. Lamento haber dañado tu corazón.-Sostuvo con firmeza mi enrojecido rostro entre sus manos acortando la distancia entre ambos.- Tu me gustas Amanda Wood, me gustas de verdad. Ya no quiero negarlo más.
• Adam ya no juegues conmigo, no… yo.-Las palabras quedaron atoradas en mi boca pues sus labios contra los mios habían logrado silenciarme por completo. Quería golpearlo y salir corriendo hacia el campo, pero mis piernas se negaban a responderme.- ¿A que juegas?¿Te estas aprovechando de mis sentimientos hacia ti?
• Claro que no. Me has gustado desde hace un año, desde que te vi en esa fiesta de Hallowen, con ese disfraz de ángel, te veías tan hermosa, Amanda mi corazón revoloteo al verte. Me he comportado como un idiota por miedo a que ya no tuvieras sentimientos por mi. Al comienzo de año, cuando nos encontramos en el tren comenzar a hablarte fuer la escusa perfecta para acercarme completamente a ti. Lamento hacerte sentir mal, realmente estoy arrepentido.
• Hablemos después, tenemos que entrenar. Ya sabes como se pone Adam cuando no le hacemos caso.