Somnifobia

Capitulo II: Todo comienza al despertar

Desesperado miré mi rodilla, pero no tenía ninguna herida, a pesar de haber manchado la sabana y mi cobija. El miedo me impactó, lanzándome en una espiral de pensamientos llenos de angustia, mis sentidos se agudizaron tanto que podía escuchar el motor del aire acondicionado, como si lo tuviera justo en mi oreja. 

La habitación parecía ser más grande, y un profundo dolor de cabeza me azotaba una y otra vez como las agujas de un reloj. Mi cuerpo temblaba, y el tan sólo sentir la tela de la cama en mi piel me causaba un gran sufrimiento, salté de la cama soportando la angustia y traté de calmarme mientras me acurrucaba en el piso. Me tomó un poco de tiempo tranquilizarme, no podía respirar adecuadamente, como si mis pulmones no fueran capaces de procesar el oxigeno, provocándome un sensación de asfixia insoportable. Además de eso, pensar parecía intesificar la jaqueca que me azotaba.

No pude dormir luego de eso, más que todo por el miedo que sentía. Así que, temeroso, me levanté y encendí una vieja lámpara encima del escritorio que mi abuela me había dado por mi cumpleaños hace un par de años. Me senté en el borde de la cama para poder calmarme y ordenar mis pensamientos.

Ya no me dolía nada, pero todavía sentía escalofríos. Encendí mi teléfono, eran las 5:42 de la mañana, tenía que ir al trabajo a las nueve así que me dispuse a matar el tiempo con un viejo libro que había tomado de la biblioteca de la Universidad.

Libro que no pensaba devolver.

Traté de relajarme mientras dejaba que mis ojos repasaran cada palabra escrita en el libro. Era demasiado para una simple pesadilla, en ese momento no sabía en qué creer. Una parte de mí quería creer que sólo había sido un sueño que por primera vez no pude controlar. Una bien creativa, trataba de convencerme de que siempre hay una primera vez para todo, y que sea lo que fuera que había pasado en esa «sesión», no era nada fuera de lo normal.

Quería creer que era el resultado de abusar con los sueños lúcidos, o de la pizza que había comido antes de dormir.

 

NO PUEDO DORMIR

Ya ha pasado la medianoche, la verdad no quiero cerrar los ojos, pero llevo sin dormir demasiado tiempo, si aguanto un par de horas más estaré a salvo; es tan curioso el cómo de un momento a otro el miedo a dormir me dominó, a pesar de lo mucho que lo disfrutaba.

El poder controlar mi entorno, poder hacer lo que quisiera, crear y destruir a mi antojo, era un sentimiento de omnipotencia bastante adictivo. Tal vez ese era el problema y tal vez eso es lo que buscamos y por lo que todo ocurrió en primer lugar.

Pasamos nuestras vidas tratando de controlar hasta el más mínimo detalle para no sentir que perdemos el tiempo y que todo ha sido un desperdicio, como si tener todo planificado detuviera nuestro descenso por ese abismo tan profundo que es la incertidumbre.

Mis ojos me duelen, y me pesan los parpados, pero no puedo dormir, no puedo permitírmelo. Se los debo.

Tengo que seguir escribiendo, seguir registrando todo lo que pasó para así recordar y no quedarme dormido.



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En el texto hay: fantasia, misterio, suspenso

Editado: 30.10.2022

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