Somnus

C A S O 3 1

Los agentes arribaron a la estación y Sabas se dirigió hacia su escritorio para posteriormente buscar entre los archivos, el caso que le había comentado Callen, pero era demasiado viejo para encontrarse allí, por lo que se dirigió hacia la bóveda donde solían archivar casos que habían caducado hace años.

Entre los estantes busco el caso cero treinta y uno del año novecientos noventa y nueve: Millana Odix.

Sabas tomo el archivo con extrañeza y comenzó a ojearlo.

La foto de una mujer se podía observar al inicio del caso.

En la hoja siguiente encontró un informe forense.

—Víctima: Millana Odix— comenzó a leer— Edad: Treinta y tres años.

Sabas omitió el resto de la información personal para dirigirse hacia la introducción.

—Muerte por herida de arma blanca localizada en el pulmón izquierdo y sofocación por excesivo uso del material reconocido como cera.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sabas y continuo leyendo el informe.

—Lugar y posición del cadáver: cuerpo encontrado en la zona de la cocina en posición elevada y firme. El cadáver llevaba un vestido en color carmesí— y nuevamente sintió un escalofrío.

Continuo ojeando las siguientes hojas y una solicitud de adopción llamo su atención.

—Nombre y apellido: Callen Messinas, edad: diez años.

La hoja siguiente se encontraba inundada de recortes periodísticos sobre el caso.

“Una mujer de treinta y tres años fue encontrada asesinada en la cocina de su vivienda. La mujer fue encontrada por su hijo de diez años de edad, quien dio aviso a las autoridades locales, la mujer habría sido asesinada por su esposo, pero lo más espantoso de este lamentable caso es que la mujer fue cubierta con capas de cera para posteriormente ser posicionada sobre la encimera de la cocina"

“Muñeco femenino que aparentemente lucia como una escultura de cera, fue descubierto como el cuerpo humano de una mujer de treinta y tres años”

Y en ese entonces Sabas entendió todo.

Callen había presenciado el asesinato de su madre y el reciente caso era un recordatorio de aquel día.

—Mi madre era esculturista y trabaja con cera— se oyó la voz de Callen apoyado sobre la entrada de la bóveda.

Sabas se sobresaltó y guardo rápidamente el archivo.

—Está bien, pasaron muchos años.

—Habrá sido realmente duro para ti— comento Sabas— Y ahora el caso de hoy…

—Está bien, debemos atraparlo pronto y evitar que siga sucediendo.

Sabas observaba a Callen como siquiera preguntar algo, pero no estaba seguro de poder hacerlo.

—Bien, ¿qué deseas saber?— interrogo Callen ante notoria inquietud de Sabas.

—Tu padre, él…

—Falleció dos años atrás o al menos es lo que he oído. Fui adoptado luego de aquello y no he sabido más nada de él desde entonces hasta hace dos años, cuando mis padres adoptivos me dieron la noticia.

—¿Y si el asesino quiere recrear el caso?

Callen lo observó con curiosidad.

—¿Eso crees?

—¿Recuerdas lo que llevabas puesto aquel día?

—Tengo vagos recuerdos de ciertos detalles, pero imagino lo que podría haber vestido. ¿Lo que llevaba el pequeño de la escena del crimen?

Sabas asintió.

—¿Piensas que me conoce?

—Es probable o conoce el caso a la perfección.

Callen asintió.

—Bien hecho, Sabas— Callen palmeo el hombro de Sabas y tomo el archivo nuevamente del caso cero treinta y uno— Vayamos a la sala de planificación.

Tanto Callen como Sabas se dirigieron hacia la sala de planificación y solicitaron la presencia del resto del equipo.

Callen ubico el archivo en medio de la mesa y sus compañeros lo observaron con sorpresa.

—Sabas ha hecho un gran descubrimiento. ¿No consideran que el reciente caso es similar al de mi madre?— indagó Callen a los presentes.

Como nadie había querido decir algo al respecto, Sabas opto por hablar.

—Pensé en ello mientras leía el archivo del caso, Callen me lo ha permitido. Y tal vez puede que el asesino conozca a Callen o solo conoce el caso. Ambos cuerpos estaban vestidos de la misma manera que en el caso cero treinta y uno— acoto.

—También pensé en ello en cuanto vi los cuerpos— se oyó finalmente la voz de Lain.

—¿Creen que Callen podría encontrarse en peligro?— indago Athan, otro miembro del equipo.

—Tenemos que estar abiertos a todas las posibilidades— respondió Callen— Debemos esperar a la autopsia de los cuerpos y el análisis de la huella.

—Bien, tiene sentido. Sabemos quien fue el asesino del caso de mil novecientos noventa y nueve, puede que estemos ante un imitador, aunque aún es muy pronto para saberlo.

Cuatro horas más tarde, la policía científica se había comunicado con la estación para notificar que ya se encontraba listo el parte de los cuerpos.

Callen y Lain se dirigieron hacia el lugar y una pequeña morgue ubicada en el hospital de la zona les dio la bienvenida.

Los cuerpos se encontraban recostados sobre mesas metálicas cubiertos con una manta blanca y la cera había sido removida lo más posible.

—Quedaron unos pocos rastros de cera— avisó la médica forense— Sin embargo, he encontrado la causa de muerte en ambos.

—¿Fue la misma causa?— indagó Callen.

La médica asintió y destapo el cuerpo de la mujer.

—Una herida de arma blanca localizada en el pulmón izquierdo, al igual que el pequeño.

Callen y Lain se alertaron.

—¿Estaremos realmente ante un imitador?— indagó Lain temeroso.

—¿Cuántas posibilidades hay de que un extraño imite el caso?

—Alguien que adora lo morboso o un psicópata.

Callen suspiró.

En ese momento sonó el teléfono de Callen y al tomar su teléfono observo el nombre de Sabas en él.

—Te escucho, Sabas— dijo al tomar la llamada y puso el modo altavoz.

—Deberían pasar por el centro de análisis, nos han avisado que ya están los resultados del análisis de la huella.




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