Somnus

A R C H I V O

—¿Has estado toda la noche en tu departamento?— indagó Sabas.

La joven se limitó a asentir.

—Hemos observado que la entrada dispone de cámaras de seguridad. ¿Está bien si comprobamos su coartada?. Siento preguntárselo, pero es parte del proceso.

—No se preocupe, en recepción podrá verificarlo.

—Por cierto, ¿cuál es el nombre del bar?

—Es el bar 'Moon' que se encuentra a unas cuadras de aquí— informó.

La mujer tomó un anotador en conjunto con un bolígrafo y garabateo algo en él para más adelante extender la hoja hacia Callen.

—Es la dirección del bar, había dicho que era allí donde estaría.

Callen asintió.

—Agradecemos su tiempo. Le notificaremos cualquier noticia que haya al respecto y por cierto, realmente sentimos su perdida.

La mujer soltó un suspiro de angustia. 

—Solo deseo que atrapan a su asesino, no es justo que haya sido asesinada de esa forma— sus palabras se entrecortaron.

—Haremos hasta lo imposible para atraparlo— respondió Lain.

Antes de dirigirse hacia el bar, pasaron por recepción para comprobar la coartada de la joven y tal como lo había declarado, había pasado la noche en su departamento.

—¿Cuál es tu veredicto?— indagó Callen a Sabas.

Sabas era un agente que se destacaba por sus habilidades en lenguaje corporal y es por ello que había sido incorporado al equipo.

—En ningún momento ha levantado la mirada, ni siquiera nos ha mirado a los ojos. Ese comportamiento en lenguaje corporal puede demostrar sumisión, esto puede darse por pena, tristeza o autoreflexión. En este caso, parece darse por las tres razones, pero más debido a la tristeza que es la más notoria. No hubo nada en ella que me hiciera dudar.

—Bien, dirijámonos hacia el bar.

Solo unas cuadras los separaban del bar al cual había acudido la víctima.

Estacionaron frente al bar y lo observaron momentáneamente hasta que un hombre ingresó con un manojo de llaves por la entrada principal del lugar.

—Vamos— ordenó Lain.

Los tres agentes se dirigieron hacia el bar e ingresaron en busca del hombre.

—Disculpe, somos agentes de la policía local de Beazley y necesitamos realizar algunas preguntas— pidió Lain mientras observaba a su alrededor en búsqueda del hombre.

—¿Policial?— interrogó el hombre que salía de lo que parecía ser un depósito.

Se acercó hacia los agentes y extendió su mano hacia ellos en presentación.

—Soy Blaise, el dueño del bar. ¿A qué se debe su presencia?

Podían deducir que el hombre probablemente tenía alrededor de treinta y cinco años, lucia joven con un cabello azabache alborotado.

—Esta mañana se ha encontrado el cuerpo de una mujer que ha sido vista por última en este bar alrededor de medianoche y estuvo aquí hasta pasada las dos de la madrugada, dos días atrás.

—¿Una mujer? Que desgracia— respondió absorto—Lamentablemente no he acudido al bar los últimos días durante la noche. Solo me he estado encargando de abastecer el lugar para la apertura de la noche y solo lo hago durante la mañana.

—Entiendo. Hemos observado que dispones de cámaras de seguridad, ¿están en funcionamiento?— interrogó Callen.

El hombre asintió.

—Pueden acompañarme hasta el depósito y buscar las grabaciones de aquel día— ofreció.

—Se lo agradeceríamos— respondió Callen.

Avanzaron hasta el interior del depósito en donde se encontraba una pequeña sala de moritoneo.

Dieron un breve recorrido con la mirada alrededor de la habitación y el hombre emprendió la búsqueda de las grabaciones.

—¡Detente!— pidió Callen al observar a una mujer con un vestido rojo que ingresaba al bar cerca de los dos de la madrugada.

—¿Es ella?— interrogo Lain.

—Eso creo.

—Puedo hacerle zoom a su rostro— ofreció el hombre.

Lain asintió y el hombre amplio la imagen en el rostro de la mujer.

Callen verificó en su teléfono la foto de la víctima y efectivamente se trataba de ella.

—Es ella— confirmó Callen— Agradecería que continuaras reproduciendo la grabación.

El hombre asintió nuevamente y en la grabación se podía observar como cerca de las dos y cuarto de la madrugada, la mujer se acerca hacia la barra de tragos y toma asiento junto a un hombre que llevaba una gorra.

—¿No tienes cámaras frente a la barra de tragos?— indagó Callen.

El hombre negó con la cabeza.

La grabación continuo hacia pasada las dos y media de la madrugada en la que se observa al hombre y la víctima saliendo junto del lugar, pero no podían el rostro del hombre con claridad.

—¿Puedes retroceder hasta el ingreso de aquel hombre al bar?— pidió Callen.

Blaise retrocedió la cinta hasta llegar a medianoche y allí observaron al hombre ingresando al sitio.

—El gorro le cubre la mayor parte del rostro y que observe hacia la acera no sirve de mucho— se quejó Lain.

Callen formó una sonrisa irónica.

—Probablemente, tenía conocimiento de las cámaras de seguridad y las forma de evitarla. ¡Debemos encontrarlo!

Lain y Sabas asintieron.

—Muchas gracias por su cooperación y tiempo— agradeció Lain.

—¿Cree que podría brindarnos información acerca de la residencia del bartender de aquella noche? Tal vez podría ayudarnos con la descripción del hombre.

—Ha solictado tomarse unos dias de descanso y no debería hacerlo, pero haré una excepción debido a la delicada situación. 

El hombre se dirigió hasta un cajón y ojeó una carpeta. En una hoja cercana a él anotó la dirección del empleado para posteriormente entregársela a Callen.

—¿Ha solicitado unos dias de descanso?

El hombre asintió.

—Ha enviado un mensaje.

—Bien, gracias nuevamente— Callen extendió su mano hacia Blaise y se despidieron de él para luego partir del bar.

—Interroguemos primero al empleado— sugirió Lain.




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