Somnus

P A S A D O

Callen se encontraba de pie observando fijamente el nombre impreso en la lápida frente a él: Millana Odix.

 

—Continúan atormentándome incluso después de la muerte, incluso con mis recuerdos perdidos— el rostro de Callen se entristeció—¿Tanto me odiaban? ¿Qué tanto mal les hice?— un suspiro se escapó de sus labios— Solo era un pequeño niño.

 

Los ojos de Callen se cristalizaron.

 

—Hice todo lo posible para continuar normalmente con mi vida— Callen estiro su placa policial hacia la lápida— ¡Incluso me he convertido en policía!— una lágrima se formó en el lagrimal— ¿No pueden dejarme vivir al menos solo por un momento? ¿Fue difícil únicamente para ustedes? ¡¿Qué hay de mí?!

 

Callen cayó de rodillas hacia la acera.

 

—He vivido estos últimos años intentando ser un buen policía, he intentado vivir mientras trataba de evitar que mi pasado me persiga. Intente convencerme a mi mismo de que aquel niño con manos temblorosas que tomó el teléfono y llamó a los operadores policiales para reportar el asesinato de su madre, no era yo, porque no podia recordarlo pero las noticias siguieron diciendo lo contrario..

 

Callen se silenció momentáneamente para posteriormente continuar.

 

—No he visitado a Cam ni una sola vez, ni siquiera he asistido a su entierro y a ti es la segunda vez que vengo a visitarte para evitar ser una molestia, entonces, ¿por qué?— una lágrima se deslizó por su mejilla—¿Por qué continúan atormentándome?

 

Callen cerró momentáneamente sus ojos y se lamentó en silencio hasta que su teléfono sonó.

 

Callen lo tomó y en la pantalla observó el nombre de Lain.

 

—Iremos a la casa del empleado, habíamos quedado en ir juntos.

 

Callen observó una última vez el nombre de su madre y se retomó su postura para posteriormente retirarse del panteón.

 

—Te veo allí— avisó.

 

Callen se adentró en su vehículo para posteriormente conducir hacia la casa del empleado. Para cuando él llegó, Lain y Sabas ya se encontraban allí.

 

—¿Alguna noticia?— indagó Callen al acercarse hacia ellos.

 

Sabas negó con la cabeza.

 

—Hemos llamado a su puerta reiterada veces, pero creemos que no hay nadie dentro.

 

Callen se acercó hacia la puerta e intento llamar nuevamente, pero no había caso. Apoyo su rostro sobre la ventanilla ubicada en la puerta e intentó observar hacia adentro, pero no pudo observar nada extraño.

 

—¿Se habrá ido de descanso a algún sitio?— indagó Sabas.

 

—Es una gran coincidencia que justo en estos momentos haya solicitado unos días de descanso.

 

—¿No crees que sea una simple casualidad?

 

—No lo sé, tal vez estoy precipitándome demasiado rápido— Callen se alejó de la puerta y se acercó hacia Lain y Sabas—Regresaré al bar y le pediré a Blaine que intente llamarlo, quédense un rato más por si regresa y en cuanto tenga noticias les avisaré.

 

—Yo iré, tú regresa a casa— pidió Lain.

 

—No es momento, Lain. ¿Crees que estaré mejor sin hacer nada sabiendo que hay un demente suelto?

 

Callen suspiro con molestia.

 

—Sé que intentas protegerme, pero no necesito que lo hagas. No ahora.

 

Callen nuevamente se adentró en su vehículo y se dirigió hacia el bar Moon.

 

Al llegar, el bar se encontraba cerrado, Blaine ya se había marchado.

 

—¿En serio? ¿Algo más va a pasar hoy?

 

Callen avisó en un mensaje que el bar se encontraba cerrado y que podrían ver a Blaine mañana por la mañana.

...

—Blaine no se encuentra en el bar— avisó Sabas.

 

Lain suspiró con molestia.

 

—Nada sale bien últimamente— se quejó.

 

Una señora mayor que pasaba por allí se detuvo en la casa del empleado.

 

—¿Están buscando a Neil?— interrogó la anciana.

 

—¿Conoce al chico que vive allí?— preguntó Lain señalando la casa.

 

La anciana asintió.

 

—Si, Neil.

 

—¿Usted vive cerca de aquí?

 

—Dos casas adelante.

 

—Entonces puede decirnos si ha visto al chico el día de hoy o últimamente.

 

La anciana se silenció brevemente.

 

—Lo veo siempre que dirige hacia su trabajo, pero últimamente no lo he visto.

 

—¿Crees que es posible que se haya tomado unas vacaciones o haya ido a algún sitio?

 

—No estoy segura. Por cierto, ¿quiénes son ustedes?

 

—Somos agentes de la estación de Beazley— Sabas exhibió su placa policial.

 

—¿Agentes? ¿Algo le ha pasado a Neil?— interrogó con preocupación.

 

—No se preocupe, solo queremos realizarle unas preguntas acerca de alguien.

 

Lain se acercó hacia ella y le estiró una tarjeta de presentación con sus datos.

 

—¿Puede pedirle a Neil que se contacte conmigo si llega a verlo? Es realmente importante— pidió.

 

La anciana observó la tarjeta.

 

—Claro que si, agente Boyle.

 

—Realmente se lo agradecemos, señora.

 

Lain y Sabas se despidieron de la mujer y regresaron hacia la estación.

 

Al llegar fueron en búsqueda de Callen y es que las pistas no los conducían a ningún lado.

Lain observó que Callen se encontraba en su escritorio mientras se preparaba para salir nuevamente.

 

—¿Hacia dónde te diriges?— interrogó Lain.

 

—Conseguí la orden para interrogar a la familia que solía vivir junto a nuestra unidad en aquel entonces y antes de que preguntes, si, regresare al lugar en donde solía vivir y no podrás detenerme.




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