Somnus

F R A G M E NT O

La señora Dolz lo observó completamente pasmada. No era capaz de creer que el pequeño Callen estuviera de pie frente luego de varios años.

Entreabrió la puerta para permitir el ingreso de los agentes y no podía contener su sorpresa.

Habían pasado tantos años queriendo olvidar aquel día.

—Probablemente, usted me recuerde, aunque siento informarle que yo no. Era demasiado pequeño y los recuerdos simplemente se borraron de mi mente, pero la señora Bailen nos ha hablado de usted. Nos ha contado que usted residía en la subunidad a la nuestra— comentó Callen.

La señora Dolz se limitó a observarlo.

—Tal vez pueda resultar duro para usted, pero necesitamos saber todo lo que ha visto aquel día del asesinato—pidió.

La señora Dolz se acercó hacia Callen y acarició su rostro.

—Jamás podría olvidar tus relucientes ojos topacios que emanaban gran regocijo.— la señora Dolz formó una sonrisa—Siempre tenías una sonrisa en tu rostro, incluso llevando esa vida, siempre sonreías.

La señora Dolz lo observó con aflicción y se acomodó en un asiento cercano.

—Pónganse cómodos— ofreció.

Los tres tomaron asiento frente a la señora Dolz.

—¿No puedes recordar lo que paso aquel día?— interrogó la señora.

Callen negó con la cabeza.

—Lo poco que sé, lo he descubierto mediante recortes periodísticos y la estación en la que trabajo, la cual fue la encargada de cubrir el caso, pero la razón por la cual necesito que nos brinde información de aquel día es porque ha surgido un nuevo asesino serial y se ha descubierto que ha utilizado la misma forma para asesinar a las víctimas que la que utilizo Cam aquel día.

La señora lo observó horrorizado.

—Necesitamos saber quienes llegamos a ver el cuerpo de Millana, además de usted.

—¿Por qué eso es importante?

 —Hay detalles que solo las personas que vieron el cuerpo pueden saber, sin embargo el asesino lo sabe. Es por eso que debemos descartar todas las posibilidades.

—¿Crees que haya sido alguno de los que estuvieron presentes?

—Aún es una suposición. Como no tenemos la seguridad, estamos haciendo todo lo posible para averiguarlo.

La señora Dolz inclinó su cabeza y se silenció momentáneamente para seguidamente levantar la mirada hacia Callen.

—Aquel día fui la primera en recurrir, incluso antes de que llegara la policía. Recuero que cuando me levante por la mañana, había una mancha inusual en el suelo de nuestra unidad, lo cual me pareció extraño y cuando la examine de más cerca, una gota cayó en el mismo lugar, por lo que levante la mirada hacia el techado y otra mancha roja se había formado en él. Tenía entendido que Millana trabaja con pinturas y cera, así que rápidamente supuse que se había caído un pote de pintura que se estaba filtrando por nuestro techado.

La señora Dolz cerró sus ojos y se lamentó en silencio.

—Nunca imagine ver algo así— nuevamente abrió sus ojos—Me dirigí hasta la unidad para hacerle saber lo que estaba ocurriendo y fue Cam quien abrió la puerta. Pregunte por Millana y señaló la cocina, pude verla de pie frente a la encimera y una extraña sensación recorrió mi cuerpo, algo no estaba bien, ella simplemente no se movía por más que la llamara. Algo me decía que tenía que salir de allí inmediatamente, pero no pude hacer más que preguntar por el pequeño, temí por él. ¿Dónde está el pequeño, Cam?, interrogue mientras intentaba mantener la compostura.

Sus manos comenzaron a temblar.

—Yo tampoco lo sé, respondió desinteresado. Pregunte si estaba bien que lo fuera a ver y él alzó sus hombros en respuesta. Camine hasta la habitación del pequeño y cuando ingrese, se encontraba resguardado debajo de su cama con el teléfono de Millana en manos y su rostro...su rostro se encontraba completamente horrorizado.

Lain y Sabas inclinaron su mirada, no podían siquiera imaginar todo lo que sufrió Callen. 

—Lo siento, Callen— se disculpó la señora Dolz.

—No se preocupe, honestamente no recuerdo lo que ocurrió aquel día, así que no se preocupe y puede continuar— consoló.

La señora Dolz lo observó con abatimiento. 

—Para entonces, el pequeño había llamado a la policía, así que pregunte que estaba ocurriendo y solo dijo que su madre no podía moverse por más que la llamara, que cuando le pregunto a Cam que le pasaba dijo que solo no se sentía bien. Dijo que la señora Bailen le había dicho que cuando sintiera miedo, llamara a la policía y le hizo memorizar los tres dígitos que dieron aviso de lo que estaba ocurriendo.

Los ojos de la señora Dolz se cristalizaron.

—Salí de la habitación con el pequeño mientras Cam se encontraba sentado frente al televisor y caminamos hacia la salida. Fue allí cuando arribo la policía y encontraron el cuerpo de Millana sin vida. Los residentes cercanos comenzaron a arribar y recuerdo que se encontraba la joven pareja de la subunidad a la de la señora Bailen, el hijo de la señora Bailen.

—¿Se refiere a su hijo menor?— interrogó Lain.

La señora Dolz asintió.

—El pequeño Keb, quien solía ser muy cercano a Callen.

—¿Qué sabe de él en la actualidad?

—Según la señora Bailen, se ha ido a vivir a Beazley y estaba trabajando como guardia de seguridad en un museo.

Sabas se levantó del asiento y se alejó unos pasos de los presentes.

Tomo su teléfono para posteriormente comunicarse con Athan.

—¿Qué hay, Sabas?— se oyó la voz de Athan del otro lado del teléfono.

—¿Puede hablarme con respeto? Soy mayor que tú— regañó.

—Lo siento, había olvidado que eres dos meses más grande que yo— respondió con diversión—¿Qué necesitas?

—¿Puedes averiguar acerca de un hombre llamado Keb Bailen?, es residente de un barrio de Beazley.

—Haré la investigación y me contactaré enseguida en cuanto tenga los resultados.

—Gracias, hablamos luego.




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